Capítulo 2

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Jueves, 22 de noviembre

Zayn empujó su teclado y se desplomó en la silla. Había rechazado pasar Acción de Gracias con Ame, y se suponía que ahora debía estar trabajando. ¿A quién estaba engañando? No había manera de que pudiera trabajar cuando en lo único en lo que podía pensar era en el Sagrado Corazón y el lío en medio del que estaba.

Había intentado duramente alejar de su cabeza el texto en la pantalla, pero al final del día ni siquiera Charles Dickens hubiera podido mantener la cabeza en el asunto.

El trabajo que había conseguido en el Sagrado Corazón le había caído por accidente. Un amigo de un amigo mencionó que la escuela privada estaba buscando un profesor suplente de inglés durante un tiempo y que si Zayn estaba interesado en trabajar allí durante un par de semanas.

Unas pocas semanas se habían convertido en unos pocos años y Zayn no podría haber sido más feliz. Los niños a los que enseñaba eran respetuosos y lo escuchaban, sus compañeros eran amigos y colegas, y se había incluso metido en una relación a escondidas con uno de ellos.

Drew Baxton, hijo de uno de los miembros de la junta, tenía la típica belleza clásica y el típico aire agudo al que Zayn aspiraba.

Todo eso se había ido a la mierda. Había sido encontrado un correo electrónico y el contenido del mismo decía que se fuese con nada más que la caja con sus objetos personales y una advertencia de no poner de nuevo un pie en el Sagrado Corazón.

Trabajar ahora para su mejor amiga desde que se mudó a la ciudad había sido un retroceso hasta que decidiera qué hacer.

Había hecho en línea los cursos de alfabetización, para mantener a los lobos en la puerta. Renunció a mantener su pequeño apartamento y se quedó en la habitación encima de la cafetería donde ahora trabaja. Siempre había esperanza.

Había contratado a un abogado con lo que le quedaba de sus escasos fondos, pero al final del día los fondos habían volado  justo cuando la escuela le dio el ultimátum: “Permanezca tranquilo y no haremos un escándalo”.

El chocolate caliente probablemente ayudaría. O más bien la distracción de elaborar la bebida haría que pareciera como si estuviera tomándose un descanso en lugar de estar dándose por vencido.

Bajó las escaleras, los pies sin calcetines contra el suelo de madera y su cabeza dando vueltas con qué pasaría y si quizás...

—Despierto hasta tarde ¿estás bien?— Ame estaba al final de las escaleras, dos cestas vacías para muffins en sus brazos y una mirada de preocupación en su rostro.

Podía mentir. Podría pasar muchísimo tiempo de pie bajo el aire de la noche fría tratando de convencer a su mejor amiga que sí, que todo estaba  bien. Sin embargo sabía que una cosa siempre sería cierta, que ella vería a través de él en un instante.

—¿Pasaste un buen rato con tu madre?— Zayn era un experto en desviar la atención de sus propios problemas.

—Demasiada comida, fútbol, la habitual familia encantadora. No cambies el tema.

Genial. Ame tenía esa expresión en su cara, la que decía que no iba a dejar pasar la mentira.

—He estado mejor— dijo Zayn. Lo mejor era sacar rápidamente del camino cómo se encontraba. Mejor ser honesto.

—Me llegó la carta final de la Junta del Sagrado Corazón, me esperaba ayer cuando abrí mi correo.

—¿Qué decía?

—Lo que esperaba. Agradeciéndome mi trabajo allí y que lamentan ver que me voy.

—¿Se acabó entonces?— Su voz denotaba tristeza, y colocó las canastas en el suelo, liberando sus brazos para tirar de él en un fuerte abrazo. La pena le hizo una bola en el pecho.

Un Milagro de Navidad - Ziam [Adaptación]Where stories live. Discover now