Capítulo 17

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Lunes, 07 de enero

Ese día la terapia física había sido más intensa de lo que había sido desde que comenzó, y cuando llegaron de nuevo a la cafetería Zayn estaba de mal humor por el gruñón de Liam en sus manos.

—Yo sólo quiero volver a trabajar—Liam chasqueó mientras trataba de ponerse cómodo en una de las mesas redondas de la cafetería.

—Ha pasado poco tiempo, Liam—Zayn colocó un café frente a su novio y pegó en su rostro la mejor expresión de apoyo que podía reunir.

El entrenamiento físico estaba funcionando bien y no pasaría mucho tiempo antes de que Liam pudiera regresar a la comisaría.

Egoístamente, el pensamiento de que volviera allí, al peligro, lo llenaba de temor. La otra parte de él, la que se había enamorado tan condenadamente duro que dolía, sólo quería a Liam feliz.

—Podría volver y estar detrás de un escritorio—Liam repitió por enésima vez desde que había dejado los fuertes medicamentos y estaba en recuperación.

—De todos modos es lo que me tendrán haciendo en una semana.

Dios, no quería ni siquiera empezar a pensar en Liam en la comisaría. Siete cortos días y no lo tendría más para sí mismo.

Se negó a que su miedo de lo que podría sucederle gobernara cómo se sentía ahora y se centró en el hecho de que tenía un papel que desempeñar.

Él estaba resultando sorprendentemente ser el mejor novio de toda la ciudad de Nueva York, y hasta ahora, la fachada no se había agrietado para exponer al hombre asustado que estaba debajo.

—Bebe tu café y deja de quejarte, gran hombre—dijo Ame con una sonrisa en su voz mientras dejaba caer dos platos con magdalenas de triple chocolate. —Cualquier otro amaría las vacaciones forzadas.

Claramente Liam estaba confundido en cuanto a qué emoción debía mostrar ante la llegada de los muffins. Las reacciones enfrentadas de ‘odio estar enfermo’ y ‘me gusta mucho el chocolate’ eran cómicas de ver.

Liam se decidió por hacerse el gruñón con los ojos entrecerrados, pero eso no le impidió sumergirse en el cielo de los muffins.

—¿Has sabido ya algo de Maria?—Zayn vio la necesidad de cambiar la conversación y se decidió casi al instante por un tema bastante seguro.

—Dijeron que la cesárea está programada para mañana. Más o menos a las diez.

—¿Y todo bien?—Liam murmuró alrededor de un bocado de muffin de chocolate obscenamente grande. Tragó saliva y luego repitió la pregunta. —¿Está bien?

—Los médicos dicen que está haciéndolo bien, pero su presión arterial todavía no es buena, incluso con el reposo en cama, el bebé tiene que estar aquí más pronto que tarde.

Zayn escuchaba a medias mientras veía como se rompía en el magnífico rostro de su amante con una sonrisa. Liam amaba los bebés, era un imán para ellos.

Desde Navidad, cuando bajaba desde la habitación de Zayn a la cafetería y mientras se bebía el café, atraía a las mujeres con bebés.

Ame lo había descrito como ‘moscas alrededor del trasero de una vaca’.

Tal vez era el tema de ser un policía herido lo que tenía Liam a su favor, o que durante un tiempo había utilizado un bastón para mantener el peso de su pierna lesionada.

Tal vez era su pelo castaño que parecía tener brillo por lo sedoso que era o los más increíbles ojos color avellana cambiantes conocidos por el hombre.

Un Milagro de Navidad - Ziam [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora