Capítulo 6

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Sábado, 01 de diciembre

La clientela cambiaba los sábados. Ya no eran las reuniones de negocios con capuchinos o los secretarios haciendo equilibrio con las bandejas de cartón con los pedidos. Eran turistas, compradores, que se inclinaban más por el servicio de mesa y no estaban por la labor de apresurarse.

Amelia le había preguntado si quería cubrir las mesas de la zona cerca de las ventanas, y le gustaba más eso que estar de pie detrás del mostrador.

Podía arrodillarse para hacerles carantoñas a los bebés y localizar las mantitas perdidas. Podía coquetear un poco, hablar dulcemente con las mamás, sonreír y ser amable.

Podía ayudar a las personas dándoles un poco de calidez frente al frío exterior con un alegre ‘Feliz Navidad’, y luego, cuando las mesas eran limpiadas y sillas colocadas, todo empezaba de nuevo.

No había hablado con Liam desde la iluminación del árbol. Habían intercambiado los números de sus móviles, pero tras una serie de textos intercambiados durante el primer par de días, su móvil había estado deprimentemente silencioso.

La idea de ser la primera persona en enviar un texto... no, eso no iba a ocurrir. No quería verse como un patético necesitado. Excepto, que tal vez estaba realmente bien verse como un necesitado en lo que a Liam se refería.

¿Y si había sido herido? Un policía de Nueva York se enfrentaba a muchos peligros cada día. Zayn se metió en el área de la cocina y se escondió en la esquina, sacando el móvil de sus jeans y mirando a la pantalla, pensativo.

¿Qué diablos iba a decir? ‘¿Hola?’ Buen comienzo, pero realmente eso no iba a frenarlo.

Seleccionó el texto adecuado y comenzó a escribir: ‘Hola, has estado silencioso, esperaba que pudiéramos encontrarnos de nuevo, xx’

Hizo una mueca mientras lo releía y luego eliminó los besos. No debería utilizar las equis. ¿Qué tenía, catorce? Entonces reelaboró el inicio y añadió su nombre al final, en caso de que Liam no supiera de quien era.

«¿Qué? Por supuesto que sabe que soy yo, nos hemos estado mandando textos».

Lo borró, entonces volvió al principio, lo añadió de nuevo,  volvió a quitar el nombre, y finalmente completamente exasperado ante su estupidez, le dio a la tecla de retroceso y lo eliminó todo, volviendo a meterse el móvil en el bolsillo.

—¿Zayn?— la voz de Ame era alta y curiosa, ella estaba claramente tratando de encontrarlo.

—Aquí. —Salió de detrás de la nevera y actuó inocentemente —. Lo siento. —Ame fue hacia él.

—No te disculpes, no has tenido un descanso durante toda la mañana. Creo que tienes derecho a esconderte de las masas que van de compras durante diez minutos. 

De todos modos, yo no estoy aquí para molestarte, sólo para decirte que Alto, Blanco y Guapo está en una mesa en la parte delantera. Tómate cinco, diez, por Dios Zayn, ya que el hombre está ahí, por favor tómate todo el día.

Lo agarró de la manga y sin miramientos lo empujó hacia la tienda en la que se detuvo en seco. Liam estaba de espaldas a él, sentado en una de las mesas del frente, pero no se podía negar que era él.

Los hombros anchos, el suave y castaño cabello que casi tocaba su cuello eran un claro indicativo. Lo reconocería en cualquier parte.

En un movimiento veloz tenía las manos lavadas, se había quitado el delantal y había puesto unos cafés en una bandeja. 

Añadió dos pasteles de plátano recién horneados y serpenteó hacia la mesa junto a la ventana, deslizándose en la silla frente a Liam, que le sonrió a su llegada.

Un Milagro de Navidad - Ziam [Adaptación]Where stories live. Discover now