Capítulo 3

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Domingo, 25 de noviembre

Esa mañana la cafetería de Amelia estaba más tranquila. Mirando por la ventana, Zayn podía ver que las aceras estaban húmedas y deslizantes por los parches de hielo acumulados durante la noche.

Eso explicaría el tráfico lento de los transeúntes por la calle. El sonido del tráfico se había suavizado debido a que los vehículos se movían con más cuidado para evitar el hielo negro

Hielo Negro: fina capa de hielo sobre la calle.

Todavía había un flujo constante de turistas pasando, pero no había colas enormes y todo el mundo estaba sonriendo. El olor de la Navidad en la ciudad estaba en el aire, y con ello la expectativa de la temporada.

Zayn enfocó su atención, la parte de él que lo hacía sin esfuerzo puso una sonrisa en su rostro y se metió en la cafetería. Podía servir y sonreír, hablar e intercambiar saludos de Navidad  y todavía planificar los textos sobre Dickens en su cabeza.

Zayn no vio a Liam en un primer momento. Se preguntó por qué no había notado antes que estaba allí, parado frente a él.

No era fácil para Liam ocultarse entre una multitud, ya que era una cabeza más alto y con los hombros más anchos que la mayoría, pero Zayn supuso que era porque nunca había esperado verlo de nuevo, ni verlo en uniforme. Pero eso es lo que había pasado.

Liam. En la cola. Liam con dos policías. Liam en uniforme. «¿Liam es policía?»

—Hey— dijo Liam, el policía, vacilante, y eso fue todo lo que Zayn necesitó para dejar sus pensamientos.

—Hey— respondió y luego se detuvo, su mirada parpadeó entre el poli Liam, al poli bajo y al poli ancho.

—Alex y Mikey, mis colegas— presentó. 

—Amaron los muffins de arándanos— Liam dijo amablemente, señalando a sus sonrientes compañeros policías, — y les dije que les enseñaría el sitio.

—Oh —. «Mierda». ¿Por qué no podía conectar su cerebro con su boca?

—Así que... erm... ¿Tienes algunos más? —Liam estaba mirando la vitrina esperanzadoramente, su mirada escaneando los bollos rellenos de crema, las galletas y viceversa.

—No— dijo Zayn al instante, y luego sintió como si se golpease la cabeza contra la máquina de café. «¿No?» ¿Qué tipo de respuesta había sido esa? Era grosera y brusca y, maldita sea, Liam tenía el ceño fruncido.

—¿Qué me recomiendas en su lugar?— El policía ancho interrumpió, y Zayn nunca estuvo más agradecido porque alguien continuara con la conversación.

—Caramelo... Chocolate... Muffins— Zayn finalmente sugirió. Genial, otro día en el que no conseguía decir una frase realmente coherente.

—Amo los muffins de caramelo— ofreció el policía bajo amablemente, y Liam asintió su obvio acuerdo.

—Nos llevaremos quince— Liam ordenó y dio un golpecito en la caja de cristal— muffins de caramelo y chocolate. Por favor.

Zayn llenó de muffins una de las cajas más grandes que guardaban para grandes pedidos y se la entregó a Liam. Esta  vez, cuando Liam le entregó el dinero, Zayn calculó que no habría ningún cambio, y experimentó una punzada de tristeza instantánea porque no iba a tocar la mano de Liam.

Se las arregló para sonreír. Bueno, trató de sonreír, pero en serio, ¿qué se suponía que tenía que hacer? Liam Jodido Payne había regresado y estaba de pie justo en frente de él en la tienda, con el rostro enrojecido por el frío, sus ojos color avellana brillando con luz. Y... estaba en uniforme. ¡Uniforme!

Un Milagro de Navidad - Ziam [Adaptación]Where stories live. Discover now