Capitulo 12

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Unas horas antes...
Cuando a Mel le sonó la alarma, se levantó mediante su fuerza de voluntad y bajó a desayunar con Aitana.
Cuando terminaron y Aitana se despidió de ella, se fue a su cuarto para vestirse.
Como tenía ganas de poquito, decidió ponerse un top negro con relieve y unos pantalones de cuadros ajustados. En cuanto a calzado, simplemente se puso unos stilettos de tacón negros.

Tras vestirse, cogió el maletín negro del trabajo junto a las llaves de su coche, y salió.

Nada más montarse en el coche, puso la música lo más alto posible y emprendió el camino hacia la empresa.
La música siempre animaba a Mel, le encantaba bailar y escuchar lo que le gustaba era su vida. Ponía música todo el tiempo, en todas las situaciones posibles.

Cuando llegó al parking de la empresa y aparcó, cogió el ascensor pasa subir a recepción y coger las llaves de su despacho, ya que él último día, se las olvidó.
Al salir del ascensor, vio a su jefe y a Judith mirando unos papeles así que se acercó cuidadosamente, para no molestar.

- Buenos días.- dice Mel, amagando una sonrisa.-Judith, ¿me das las llaves?
- Si, voy a buscarlas. Un momento.

Mientras que Judith las buscaba, Pablo alzó la vista para ver de quien se trataba, y cuando la vio, se quedó mirándola.
Normalmente,él no miraba, lo miraban. Pero, a Mel ,la miraría durante horas, solo por curiosidad.
Era muy misteriosa.

- Aquí tienes Melanie.- decía Judith mientras se acercaba con las llaves en la mano.
- Gracias.- responde Mel, mientras la sonríe.

Antes de irse miró hacia Pablo y le dedicó una pequeña sonrisa, para no quedar como una maleducada. Pablo solo asintió con la cabeza. Que tío tan frío.

Una vez dentro de su despacho, dejó el maletín a un lado y encendió el ordenador, tenía bastante que hacer así que se puso manos a la obra.

Después de un rato, Pablo,entró a su despacho, el cual estaba separado del de Mel por una cristalera.
Ese pequeño detalle, a ella, se le había olvidado, y ahora que había visto el panorama, estaba bastante nerviosa.
Pablo, no paraba de mirarla, y ella, lo notaba ya que lo miraba de reojo o cuando él no la miraba. Tantas miradas, la ponían aún más nerviosa.

- No me jodas.- susurró Mel.

(...)

Unos toques en la puerta hicieron que Mel saliera de su trance.

- ¿Puedo?.- dice Pablo detrás de la puerta, señalando la silla que está enfrente del escritorio de Mel.
- Claro.
- ¿Tienes el informe de esta semana? Se que es para el viernes pero he tenido un pequeño lío.- pregunta Pablo mientras se sienta en la silla.
- Lo tengo, no te preocupes.
- Oh.- responde sorprendido-
Normalmente, estos informes requieren mucho trabajo, y siempre se tarda mucho en hacerlos.
Eres muy rápida, ¿no crees?
- Bueno, soy eficiente.
- Eso espero.- responde Pablo mientras que se levanta de la silla y se ajusta el traje.
Puedes pasarte a recogerlo en una hora más o menos, para archivarlo.
- De acuerdo.

Después de una hora que Mel había aprovechado muy bien, decidió ir a recoger el informe.

- ¿Puedo llevarme el informe?.- dice Mel, intentando captar la atención de su jefe.
- Sí, llevatelo.Por cierto, Melanie, ¿Siempre eres tan sexi cuando trabajas?
- No. No soy sexi.
- Si lo digo yo, lo eres.
- He dicho que no. Y no me mires más.
- ¿Como que no te mire más, Melanie?.- dice Pablo mientras, inevitablemente, se ríe.
- Pues que si crees que soy sexi, es porque me has mirado, y no me gusta que me miren.
- Debes madurar, ya tienes 24 años como para asumir que te miren. Aún así, estás muy graciosa molesta.
- A lo mejor debes madurar tu, que te dedicas a mirar a tu empleada mientras trabaja, Pablo.
- Vaya, que respondona. No obstante, puedo hacer lo que me dé la gana en todo momento. Y para que de aquí en adelante lo sepas, las cosas son, como yo quiero que sean.
- Ya, pues muy bien. Conmigo,no.
Vuelvo a mi despacho, buen día. Permiso.

Tras salir de allí y llegar a su despacho sin mirar atrás, tenía unas ganas terribles de cerrar la persiana, pero no lo hizo. Si Pablo era chulo, ella lo era más. Así que simplemente decidió no cruzar más miradas con él.

Unos mensajes hicieron a Mel salir de su burbuja de enfado.
Eran de Aitana.

Luis ha insistido en comer, y me ha dicho que te avise. Es en el restaurante de la última vez, a las 14:00. Ven. Te quiero.

Se me olvidaba, coge tu coche o el mío, para volver a casa.

Pese a las nulas ganas de ir que tenia, Mel, le dijo que si, que iría.

Mel, odia a la gente tan preponte y no le gustó nada la chulería de Pablo.
El muy estúpido, creía que por ser un pibón tenía todo hecho con todo el mundo. Pues no. Con Mel, no.

Éxtasis Where stories live. Discover now