Capítulo 20

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MARATÓN 2/5

Hace unos días, Luis y Pablo, recibieron una propuesta del jefe del norte y sus socios.
La propuesta consistía en pasar por las empresas Malen durante una semana para ver la manera de trabajar que tenían. Luis y Pablo, orgullosos, aceptaron.

Para dar la noticia, Pablo y Luis, decidieron organizar una reunión en la que estuvieran presentes todos los trabajadores.

Ahora mismo, estaban todos sentándose en sus asientos, esperando así a los últimos trabajadores que quedaban por llegar.

- Mel: Buenos días.- saluda, mientras entra por la puerta con un tono borde. Eso, a Luis, le hace sonreír, puesto que, deduce que ha recuperado las horas de sueño y que por fin, vuelve a ser ella.
- X: Y tan buenos.- añade un hombre, que la mira fijamente mientras que se quita los auriculares que llevaba puestos. Eso, a Pablo, le hace abrir los ojos como platos. Le había sorprendido ese comentario hacia su contable.
- Mel: ¡Oh! Retiro lo dicho.- responde, mirando con cara de asco a el individuo. Eso, provoca una risa en Pablo y en todos los presentes.

- Oscar:Hola a todos, soy Óscar, jefe de las empresas del norte. Estos.- dice mientras señala a hombres a su alrededor .- son mis socios.
Me gustaría que me contarais vuestra manera de trabajar, pero, antes, quiero saber qué pensáis de mi. Las primeras impresiones son muy importantes en estas situaciones.
- Mel: Pienso que tienes un gusto en la música nefasto. Como para todo lo tengas igual...- responde, provocando de nuevo unas risas en todos los presentes.

La reunión continuó, y con ella las miradas entre Óscar y Aitana.

Al finalizar, Óscar, ofreció invitación a todos los presentes para tomar algo en la noche, con el fin, de conocerse más.

(...)

Por la tarde, Aitana, recuperó los días perdidos con su amiga, a la que había echado mucho de menos.

Mel, como siempre, aprovechó también para indagar en las miradas entre Óscar y su amiga,a lo que Aitana, acabo reconociendo que, era bastante atractivo.

Tras arreglarse ambas, pusieron rumbo hacia el pub donde habían quedado.

Al llegar, Óscar y sus socios, estaban en la puerta.

- Óscar: Hola, preciosas.
- Aitana: Hola.- respondió, usando un tono avergonzado.

Mel, decidió pasar de su saludo y fue a saludar a Judith, mediante un abrazo enorme.

Tras entrar a el pub, y sentarse en un reservado, todos, comenzaron a hablar y a beber, todos menos Mel y Pablo, los cuales, apenas habían cruzado palabra en todo el día.

- Erik: Mel ,¿bailamos?, que se que lo haces muy bien.
- Mel: No lo creo, pero estoy encantada.

Después de que Mel aceptara, Erik, la cogió de la mano y la colocó tras el, guiándola así hacia la pista.

Mel, bailaba demasiado bien, como ya dijo Erik.
Todo tipo de canciones sonaron, y todas, fueron bailadas por Mel y Erik.

Mel, era la que lo llevaba a él, a el pobre de Erik no se le daba bien bailar, pero como veía aburrida a Mel, se le había ocurrido sacarla a bailar.

- Luis: ¿Asombrado, amigo?.
- Pablo: ¿Qué? No.- respondía Pablo, intentando despistar.

La verdad, es, que, Pablo, al ver los primeros movimientos que realizaba Melanie, quedó sin habla y asombrado.
Cada movimiento de cadera le dejaba aún más asombrado.
Nunca había visto a alguien sentir la música como lo hacia ella.

A su vez, maldecía por no ser él quien agarrara las caderas de Melanie.
Igualmente, no le molestaba que Erik fuera quien bailara con ella. Su novia estaba cerca, y Erik, era muy buen chico.

Mientras tanto, en la mesa, Aitana, se sentía incómoda, incluso intimidada por Óscar, él, no paraba de acercarse y de tirarle los tejos.

Luis, que se percató de aquello,no podía ser tan hijo de puta como para dejarla sola aguantando al tío pesado, así que, decidió interrumpir.

- ¿Me acompañas fuera?.- le pregunta a Aitana.
- Si.- responde, saliendo tras el.- Gracias.- dice una vez que estaban fuera del pub y lejos de Óscar.
- No lo he hecho por ti.- contesta seco y sacando un cigarro.
- Luis
- Qué, Aitana.- responde, demasiado borde.
- Nada.- dice, mientras hace el amago de volver a entrar, cosa que él, impide.
- ¿Por qué no te apartaste?. Te di tiempo, ¿Por qué no lo hiciste?. No sé si es que piensas que la vida es un juego, y que, con tu carita angelical, puedes hacer lo que te dé la gana y con quien te de la gana.
A lo mejor, puedes hacerlo, ni si quiera lo dudo, pero conmigo, te advierto que no. Los juegos de crías, no son mi especialidad.

Tras eso, Luis dio media vuelta y entró a el pub.

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