133 14 3
                                    

Llegamos exhaustos al hotel sin ánimos de ver Amsterdam aún, Rose se había ido a bañar y yo me controlaba para no ir a hacerle el amor en el baño.

Miraba la guitarra que había escondido debajo de la cama y sobre mi mesa estaba mi saco que lleva mi lsd.

Haría una buena combinación tocando guitarra en ese estado... Aún no lo hago porque es cuando le pida la propuesta a Rose. No sé qué canción tocar para ella y temo que salga mal después de lo que dijo Bill.

Ella está muy joven aún... Me encantaría la idea de que esté a mi lado siempre, espero que las cosas no cambien y ella simplemente se vaya. No lo soportaría, y menos aquí, es como si mi alma le perteneciera a Rose.

No me importa nada más que ella y su bienestar, una persona que te salva de tu propia miseria merece todo y más. El amor se trata de dar y recibir, por eso siento que ella y yo estamos conectados... De todas formas y en todos los sentidos yo estoy con ella.

Cómo nos reímos es todo tan maravilloso, cuando compartimos todos esos secretos del otro y ella se muestra emocionada por saber mis cosas más privadas. Siempre me escucha, es lindo que diga "Me encanta escucharte porque sé que luego lo harás por mí".

Ella es lo que necesito todos los días, mi única chica en el mundo a la cual me ama más que nada. Parezco su bebé si vamos al caso.

Escuché la guitarra de nuevo y me asusté. Ya no estaba afuera si no en su estuche debajo de la cama, comenzaba a asustar mucho y sentía náuseas.

– ¿Y esa cara? – Rose llegó en toalla muy preocupada.

– No me siento bien – Me sobe la barriga.

– ¿Que tienes? – Ella me tomó del mentón.

– Tengo ganas de vomitar... – Miraba los vellitos de mi brazo ponerse en punta y sentía mi estómago revolver todo allí.

Tuve que ir rápido al baño y me sorprendía estar vomitando sin razón alguna, Rose estaba preocupada y fue a buscar algo en su bolso, yo seguía vomitando y aplicando toda la fuerza del mundo. Me dolía la garganta y mi espalda estaba muy tensa.

Al terminar ví esa espuma de nuevo y me quedé abrazado al inodoro para descansar. Rose llegó hacia mí y me ayudó a levantarme del suelo.

– ¿Que comiste? ¿Que te metiste? Syd dime la verdad – Rose me miraba con preocupación ahora dejándome en la cama.

Negué.

– Nada, no me metí nada. Solo no me siento bien hoy – Tomé aire y me levanté a vomitar de nuevo.

Pero mi mala suerte pudo más que yo y no llegué a vomitar en el inodoro. Las piernas me temblaban mientras aplicaba más fuerza cada vez, jamás ví tanto vómito en mi vida.

Ví a Rose llamar mientras me miraba muy preocupada.

– Sí, hola. Bueno llamo porque mi novio lleva más de cinco minutos vomitando... – La escuchaba caminar desesperada – Él me dijo que no ha comido nada que pudo haberle hecho daño...

– Cariño yo estoy bien no llames a nadie... – La miré sin fuerza alguna.

Ella siguió escuchando lo que le decían en la otra línea y yo me acosté en el suelo ahora con el alma fuera de mi cuerpo.

Ya no tenía fuerzas para nada.

Rose me llevó a lavarme la boca y me quedé tirado en la cama mientras recuperaba aire y las fuerzas suficientes para calmar a Rose que limpiaba mi vómito.

– No lo hagas Rose... Aquí hay un servicio de limpieza – Dije desde la cama muriendo lentamente.

– Syd, ¿que te metiste? – Dijo ella con seriedad.

𝘽𝙖𝙧𝙧𝙚𝙩𝙩       | 1971©. जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें