👁️ Reinicio 👁️

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Iba corriendo con el corazón en la boca porque escuchaba pasos detrás de mí, alguien me estaba siguiendo mientras que yo iba hacia adelante mirando con miedo todos esos ojos que me estaban observando.

Las miradas no pueden hablar y si lo hicieran ¿Que nos dirían?

Voltee de nuevo por dónde entramos y ví a ese chico ser atacado por Gato, volví a correr de nuevo pero ahora tenía muchísimo miedo y más que cuando llegué.

A mitad de camino ví a Gato Siamés tirado en el suelo muy herido y desnudo, lo tomé con cuidado para no lastimarlo y él abrió sus ojos que ahora estaban negros.

– ¿Te hice daño? – Tomé su cara, me alarmé demasiado y toqué sus costillas pero gimió de dolor

– Déjame recuperarme un momento – Se dejó caer en el suelo por el dolor y esos ojos en las paredes seguían viéndonos con esas miradas penetrantes

– ¡Llévatela Siamés! ¡Levántate! – Le dijo Gato cuando cerró esa puerta por donde habíamos llegado

– ¡Rose! – Escuché al otro chico golpear la puerta

– ¡Levántate Siamés! – Gritó de nuevo Gato

Gato Siamés se tomó la cabeza mientras negaba, el dolor lo había hecho gemir sin dejar de mover su cabeza de un lado a otro. Pudo levantarse y me extendió sus manos pero no podía mantenerse porque tambaleaba.

– Ven conmigo Rose – Gato Siamés tenía los ojos cerrados mientras que intentaba mantenerse

Yo lo ayudé a caminar pero él estaba tan débil que se caía cada tres pasos, lo tomé con fuerza y lo arrastré cómo pude pero esos ojos comenzaron a volar por todos lados y yo grité.

El pasillo reflejaba muchos colores y los sonidos de una flauta retumbó el lugar haciendo temblar el piso.

– ¡Rose acuérdate de mí! – Escuché a lo lejos pero esos ojos no me dejaban ver nada

– ¡Siamés tienes que levantarte rápido! – Gritó Gato

– Rose me puedes encontrar en tus sueños... ¡Acuérdate de mí!

Un fuerte maullido hizo que Gato Siamés se levantara del piso y allí me tomó de la mano para sacarme de ese horrible pasillo con ojos volando.

Cerró la puerta roja y tocó mi frente con un dedo.

– Espera... – Dije con nervios al mirar que estaba muy pálido y decaído.

Observé a mi alrededor y ambos estábamos entre una puerta y otra solo que Syd aún no la abría. Tenía miedo al mirar como mantenía su dedo en mi frente pero su cara llevaba tristeza, dolor y esos ojos negros no se iban.

– Llévame a un sitio donde pueda ver tus heridas Siamés por favor – Toqué su cara

Él hizo un gesto de alivio al sentir mis caricias en su cara pero el forcejeo en la puerta nos hizo saltar del susto.

– Discúlpame Rose – Gato Siamés dió un gran suspiro y tocó mi frente dejándome inconsciente.

Nada de lo que viste fue real, ese tipo no existió y nosotros estamos tranquilos aquí en tu bello palacio.

Compartimos frutas y te tratamos como una reina porque eso es lo que eres.

Rose olvídalo, solo olvida su rostro y su atuendo. Él no existió.

-GONG •°*

-GONG •°*

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𝘽𝙖𝙧𝙧𝙚𝙩𝙩       | 1971©. Where stories live. Discover now