①⑤ Dimensiones (incógnitas)

169 15 20
                                    

Yo no puedo hablarte porque no me permiten que lo haga, sin embargo lo haré de todas formas, todos tienen una misión aquí al igual que yo.

Me llaman el caballero, el hombre que abre las puertas o el botones. Pero además de eso sé muchas cosas que debes de saber tú también.

No tengo nombre y tampoco un rostro como los demás y por eso puedo asustar a quien sea, yo no soy malo y tampoco pretendo hacerle daño a nadie. Solo soy un caminante y un guía, las puertas rojas no tienen límites y puedes viajar a dónde quieras con ellas.

Pero solo las puedo aparecer yo, y como quiero ayudarte voy a romper las reglas por tí pase lo que pase.

Me ví a mi misma entrando hacia una puerta roja donde ví a Lucifer Sam tocar su guitarra de aire con suavidad, eso hacia que la más grande suene pero no con tanto volumen, él no quería despertar a Gato que estaba muy cansado por tantos almohadazos que le dí.

Él cruzó miradas conmigo y me dedicó una tierna sonrisa.

– Discúlpame por haberte traído así como así pero ya logré afinar mi guitarra – Me sonrió.

– ¿Cómo hiciste para traerme? – Observé mis manos y me toqué la cabeza

– Aquí solo está tu alma, tú sigues durmiendo allí con Gato – Me señaló una ventana redonda que él mismo dibujó.

Me acerqué a ella y me miré siendo abrazada cómodamente por Gato mientras ambos descansamos para irnos mañana.

– Es de madrugada aún pero yo quiero saber que tal eres con la guitarra – Se me acercó

– Soy malísima – Confesé con las mejillas rosadas

– ¿Que tanto? – Sonrió leve

– Mucho. Perdí algo de práctica – Toqué un broche de gato que tenía en su abrigo.

– ¿Te gusta? Yo te había hecho uno igual hace tiempo, creo que Gato tuvo que habértelo dado.

– No sabía que lo habías hecho tú – Recordé haberme lo visto cuando comenzó todo este viaje extraño.

– Soy algo anónimo al regalar cosas pero por fin tuve al valor para decirlas, no espero incomodarte ni nada por el estilo. – Me miró sonrojado

– No me incomoda, de hecho me pareció un detalle muy lindo.

Él me sonrió y me dió su guitarra de aire pero esta si podía sentirse como si tuvieras una de verdad.

– Toca algo – Sonrió.

– Me da vergüenza – Mis mejillas ardían.

– Vamos por favor – Suplicó viéndose muy lindo

– Bueno... – Tomé aire – No soy buena tocando, lo digo de antemano.

Él me sonrió y yo comencé a tocar.

Por la noche salgo y veo a la gente
At nightime I go out and see the people

El aire se enfría y se apresura en mi camino

Air goes cool and hurrying on my way

𝘽𝙖𝙧𝙧𝙚𝙩𝙩       | 1971©. Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ