El regreso del Príncipe Árabe [Z.M.]

Capitulo 7

Regresamos de nuevo a la ciudad, me sentía más tranquila me sentía en paz, ahora podía respirar. Mis hijos y Zayn eran lo más importante para mí. Al llegar a la ciudad uno que otro reportero se hizo presente. No se contestó a ninguna pregunta ya que no se quería recordar el tema, aun me seguía siendo un poco difícil.

Cuando llegamos al palacio, nos encontramos con que Doniya había hecho una fiesta de bienvenida para Ariel, una habitación del palacio estaba completamente decorada con mesas en la cuales había cantidades de dulce y bebidas. Lo mejor que se podía hacer era disfrutar un poco, pero para Zayn no era así, estaba preocupado por su padre así que trataba de pasar bastante tiempo con él.

Anwar el tío de Zayn entro a la habitación, detallo todo, e incluso a los presentes, luego dio unos pasos y se acercó a mí.

— Lauren—saludo el hombre.

— Anwar—conteste y luego sonreí hipócritamente, el no pasaba ni con aceite.

— es bueno tener a Ariel de regreso, es una buena chica—comento-

— Si, a todos nos reconforta mucho tenerla de vuelta—un pensamiento ataco mi mente: Zayn me advirtió que no hablara con él, que no me acercara.

— ¿Sabes si Zayn ya se decidió?—pregunto.

— La verdad no sé nada de esos asuntos, y no creo que sea mi deber meter mis narices en eso—conteste, quise parecer firme pero en realidad soné asustada.

— como no saberlo, si eres su esposa, se suponen que saben absolutamente todo el uno del otro—contrarresto retadoramente.

— pues, creo que eso no me corresponde a mí, son los asuntos de Zayn, no míos, son sus asuntos, personales y yo respeto eso—dije entre dientes. El hombre me estaba hartando y al parecer lo noto.

— sabes, creo que empezamos con el pie izquierdo, todo eso de la cena, y del berrinche de Zayn, tú me entiendes.

— mmm... supongo—alce mis hombros en realidad no me importaba como empezar con él.

— sí, creo eso. Cuéntame un poco sobre ti—pidió.

— que te puedo decir una mujer normal, que tuvo la suerte de encontrar a un buen hombre con Zayn— conté.

— No creo que sea normal cuando estas casada con el príncipe de arabia saudita, ya sabes, todos los lujos que te has dado, que pocas personas se dan, y con todo eso de que eres latinoamericana, se dicen que son un poco vividores—movía su mano derecha de un lado para el otro en un gesto que reflejaba obviedad.

— ¡No estoy con él por el dinero! y a pesar de que con Zayn a mis hijos y a mí no nos ha faltado nada, seguimos siendo una familia normal, nada del otro mundo—rugí.

— ¿Qué harás ahora que Zayn sea el rey?—desafío, la gota que reboso la copa, ya había tensión entre nosotros. Me levante de mi puesto y quede frente a él, para después contestar:

— Apoyarlo, eso es lo que siempre hare.

— Te tendrás que quedar acá en arabia—burlo.

— si lo sé, yo no veo ningún problema.

— veo que tienes muy clara tu vida, es malo hacer planes por adelantado.

— Me da igual lo que quieras pensar, así que te pido un favor, no te metas en nuestra vida.

Él iba a hablar pero no le di tiempo, cuando termine de decir mis palabras puse en marcha mis pies y me fui. Ese hombre era fastidioso, era una persona quisquillosa. Es como si él quisiera ir destruyendo ilusiones y planes.