Capitulo 11

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No sabía si era de noche o aún era de día, no me había asedo, sentía mi cuerpo sucio al igual que mi rostro. Unos pasos lento se escucharon, una sombra se convirtió en la anciana a la cual Zayn le decía nana.

— Lauren—susurro la mujer.

— Nana—conteste.

— esto te lo manda Zayn. Te lo tienes que comer todo—indico.

— Es mucho nana—me queje, pero no tenía hambre no con esta situación.

— Me dijo que hiciera guardia, dijo que tenías que tener fuerzas—explico.

— está bien, tratare.

La anciana me paso la comida por lo barrote, termine todo, mi abdomen quería explotar, pero si ha de morir, lo mejor sería morir llena. Después de terminar de comer la mujer se fue y me dejo, otra vez sola y en la penumbra. El sueño se apodero de mi cuerpo, me negaba a dormir, me encontraba asustada y temía de lo que me pudiesen hacer. Pero al final Morfeo gano.

Unos pasos se escucharon, acompañados de una risa y murmullo, ¿o todo fue un sueño? ¿O una pesadilla que se convirtió en realidad?

— Despierta—gritaron ásperamente. Levante mi vista y era Anwar.

— ¿Qué haces aquí?—pregunte con enojo.

— Eso no te debe importar, veo quien no marcha bien conmigo le va mal—burlo.

— Púdrete—grite, tenía tantas ganas de insultarlo—viejo malparido1—grite en español.

— no te funciona el español conmigo, pero gracias, esto es lo que ganas por espiar las conversaciones ajenas.

— ¡Eres un maldito loco!—exclame.

— cállate, suripanta, solo eras un fastidio, espero que cuando no tengas manos te comportes mejor—grito—yo mismo me encargare que te quedes sin ellas y te desintegres en la cárcel—explico—un delito bastante grave lo que acabas de hacer, uh... robar la corona de oro del rey Yasser—estallo en carcajadas.

— Ellos saben que yo no lo hice—contrarreste.

— pero las pruebas dicen todo lo contrario, así que disfruta lo que te queda de tu manos.

— Te maldigo—escupí en su cara y este solo empezó a reír.

— gracias, creo que es recibirlo de buena manera, ahora si me disculpas, me voy, hay una corona que me espera.

Si no salía de esto simplemente quería que Zayn siguiera con su vida y cuidara de nuestros hijos, estaba en una tierra con leyes distintas, no tenía un abogado o algo por el estilo. Zayn estaba en vergüenza ante su pueblo, solo por la envidia de su tío, prácticamente me había tirado en cara que él puso la corona en mis cosas.

Las lágrimas no dejaban de correr por mi rostro y mezclarse con el polvo del ambiente, los gimoteos escapan de mi boca. Mientras que mi cabeza palpitaba y amenazaba con estallar.

Mi teléfono vibro un par de veces. Mire la pantalla y un poco de esperanza volvió a mí, era Zayn.

Lauren, ya es hora.

¿Qué hago Zayn?

Golpea la pared con todas tus fuerzas, trata de no lastimarte.

Está bien, dame un segundo.

Hice lo que Zayn me dijo, no podía golpearla con mis brazos así que me acomode mis pies en la parte baja y golpee la pared un par de veces, esta se hizo miga y revelo una salida. Sentía que me habían quitado un peso de encima. Tome el celular de nuevo y lo puse en mi oreja.

Zayn—grite.

Lauren, tienes que confiar, todo saldrá, bien.

Te amo Zayn, ya sabes, si algo llega a pasar, cuida a nuestros niños.

No pasara nada, Lauren, estaremos juntos, te dije que siempre te protegería y así será.

Has hecho tanto por mi Zayn.

Y tú por mi Lauren, somos como uno solo, te amo, ahora sal ve con mi amigo.

Está bien.

Recuérdalo, siempre estaré contigo, ahora tengo que irme, te amo.

Te amo más—colgué y Salí.

Ahí estaba un hombre, tenía una túnica negra y un turbante, estaba al lado de un camello, grande demasiado, primera vez que veía a uno de tal tamaño.

— ¿Tú debes ser Lauren?—pregunto aquel.

— sí, soy yo—conteste.

— vamos, antes de que te atrapen—rio.

— ¿En camello?—pregunte nerviosa.

— ¿Tienes algún problema?—contesto con otra pregunta.

— Hmm no...

— iras conmigo, no te caerás.

— Está bien—dije insegura.

El hombre le silbo al camello y este se sentó, e hizo un sonido. El me dio ciertas indicaciones de cómo debía montarme, con un poco de torpeza logre subir, luego subió este detrás de mí.

— sujétate bien latinita—rio el hombre.

— tengo mi nombre—reproche.

— vamos, si no quieres que te atrapen ay colócate esto, no quieres que te reconozcan—me entrego un paño negro con el que cubrí mi cara.

Con un par de azotes el camello empezó a galopar, después de una hora llegamos hasta un pueblo al parecer hacia parte de la ciudad, pero no estaba en ella. El dejo el camello en un establo a la entrada, no bajamos y me dijo que el camino de aquí seria a pie.

Caminamos por las calles hasta llegar a lo último, donde estaba una casa grande. Era de concreto y tenía calados. El toco la puerta y abrió esa chica castaña, esa mujer había sido mi ángel. Dahara.

— Dahara—corrí y la abrace.

— Lauren—me recibió entres su brazos y me apego a ella.

— te extrañe tanto amiga, en estos momentos necesito que estés a mi lado.

— sabes que somos amigas desde hace mucho. Siempre te apoyare.

Entramos a la casa, Dahara me dio ropa y presto el baño, después de estar un poco más calmada me senté con ella a hablar, aunque era de madrugada yo no podía conciliar el sueño, estar sin mi familia era algo bastante difícil.

— ¿Cómo paso todo Lauren ?—pregunto.

— la corona apareció entre mis maletas—conté.

— ¿sabes quién la puso?

— si lo sé, fue Anwar el tío de Zayn cuando estaba en el calabozo me lo dijo de forma indirecta—conteste.

— ¿y qué ha pasado con Zayn? ¿Qué ha hecho?

— Me ayudo a escapar, pero todas las pruebas apuntan contra mí.

— esto es muy arriesgado Lauren y lo peor de todo es que no podemos regresar a Miami.

— estoy registrada en el sistema ¿cierto?

— No, aun no, todo esto se ha mantenido discreto—conto.

— esto es tan vergonzoso, no sé qué hacer, esto es desesperante.

— tranquila haremos lo que sea y cueste lo que cueste tu saldrás de aquí.


1persona que actúa de mala fe.





El regreso del Príncipe Árabe [Z.M.]Where stories live. Discover now