El regreso del Príncipe Árabe [Z.M.]

Capitulo 18

— Sé que esta situación es difícil, Doniya, no solo eres tú la afectada, también nosotros—regañe, con su pesimismo no llegaríamos a nada.

— Si pero todo esto es difícil, maldito Anwar—grito.

— ¡Doniya! No maldigas—le reprendió mama.

— Tenemos que estar unidos, somos una familia y saldremos junto de esto—añadí.

— Zayn tiene razón, es verdad, se supone que somos una familia—mascullo Safa y luego dio un suspiro.

— De nada vale está discutiendo y maldiciendo si no nos ayuda a salir de aquí—comente.

— ¿Qué sugieres entonces príncipe Zayn heredero al trono?—pregunto Doniya.

— Escapar – sonreí.

— ¿cómo? Es imposible, por favor, esta es la segunda vez en mi vida que bajo aquí y no veo salida—dijo mamá.

— No es imposible—contradije.

Le entregue él bebe a Doniya, cabe un poco y aparte la arena, hasta llegar a la compuerta de maderas. Las abrí y todos quedaron sorprendidos. Anwar tenía razón, era yo quien mejor conocía el palacio.

— ¿Cómo sabias que había algo aquí?—pregunto mamá.

— Es mi palacio y lo conozco perfectamente, ahora salgan hasta que llegue Anwar—ordene.

Todos empezaron a salir cuidadosamente, pero mamá se regresó, su mirada lo decía todo, estaba atemorizada.

— Ummi ve con Doniya y los niños—pedí.

— ha pasado tanto tiempo desde que me llamaste así...Zayn, me da miedo dejarte a la intemperie de Anwar él está loco, y por más que seas un hombre que ahora tiene una familia siempre serás mi pequeño.

— No me pasara nada mamá—indique.

— Cuídate Zayn—se acercó y me abrazo.

— Lo hare ummi.

Me quede en la celda donde después de que mamá, Doniya y los niños se fuera llego la nana con una canasta de comida. Ella sabía cómo consentirme, por más de que Anwar le diera órdenes ella nunca le haría caso.

— Mi niño, el príncipe heredero—dijo Aasiyah.

— No nana, ya no soy el príncipe—corregí.

— claro que si lo eres, es más, eres el rey Zayn—animo ella con cierto carisma.

— Según Anwar estoy de destierro, de seguro ya está la corona en sus manos—le explique.

— sin importar lo que él diga o hagas tú eres el rey de este palacio Zayn, quien mejor que tú para gobernar a arabia.

— muchos están contra mi nana.

— Zayn muchacho, mucha gente solo mira una caratula y no investiga en las hojas, para encontrar un buen libro nunca te debes dejar llevar por la portada, pero ese es justo lo que está haciendo parte del pueblo, simplemente se están dejando llevar por unas palabras vacías de Anwar, y tarde que temprano verán el resultado

— ¿lo crees? ¿Y si no llego a salir?—pregunte.

— eso no pasara, porque yo te ayudare—rio la mujer e hizo un ademan con su mano.

— Aasiyah es arriesgado, además no me perdonaría si algo te llega a pasar.

— patrañas Zayn sé que tu harías lo mismo por mí, ahora come, no quiero que estés débil.

La mujer metió la mano en un bolsillo de su vestido y saco una llave con la que abrió la reja de la celda y entro.

— ¿De dónde la sacaste?—pregunte asombrado.

— le serví a tu abuelo desde que era joven, esto debió tener sus beneficios—dijo y luego prosiguió después de unos segundos: —ahora te serviré a ti. Zayn ten mucho cuidado y da bien tus pasos, Anwar es muy astuto, y lo de tu padre no fue natural—confeso en manera indirecta.

— ¿qué tratas de decir?

— Zayn en este mundo la envidia es grande y puede cegar a las personas, no todos los reyes han sido buenos, pero tus bisabuelos rompieron la cadena de nuevo, siendo justos y sabios, lo mismo con tu abuelo y tu padre, no dejes que Anwar dañe lo que con años de esfuerzo ellos construyeron, confió en ti, ahora vete, Anwar te quiere muerto—aclaro.

Lauren

La angustia estaba en el aire, Dahara y yo no dormíamos bien por todo el caos, y la vigilancia que había en el pueblo. Pero por otra parte estábamos tratando de idear un plan perfecto para que Anwar se resbalara más rápido, necesitábamos que todo se agilizara más.

— ¿Y si se enamora de mí?—pregunto insegura.

— creo que ya lo está, ese cabeza dura no deja entrar tan fácil a el palacio y contigo lo hizo—conteste.

— Bueno si, pero Lauren ¿cómo hará Zayn? Es uno contra un Rey.

— un rey falso—corregí.

— buen punto, pero falso o no ahora es quien tiene el poder.

— no seas negativa Dahara.

Varios golpes se escucharon en la puerta, Dahara y yo nos miramos, mientras que mi mente no estaba clara, y mis piernas me traicionaban temblando.

Dahara se acercó a la puerta, se volvieron a sentir los golpes de nuevo, y ella pregunto:

— ¿Quién es?—pregunto Dahara.

— guardias del palacio, por favor abran la puerta—contestaron del otro lado.

Una punzada se hizo presente en mi cabeza, si ellos me llegasen a ver, de seguro me cortarían las manos, y la darían como alimentos a sus perros o tal vez a otros animales.

— Cubre tu cara Lauren— ordeno Dahara.

— Abran la puerta o la derribamos—gritaron los guardias.

Tome la túnica que estaba tirada en una silla, rápidamente la envolví en mi rostro dejando ver solo mis ojos, retrocedí unos pasos y me senté en el diván con la cabeza gacha. Dahara abrió la puerta y los guardias la empujaron haciéndose paso dentro de la casa, revisaron cada rincón para luego llegar de nuevo a la sala.

— ¿han visto al príncipe Zayn o a su esposa?—pregunto el más viejo.

— No señor—respondió Dahara.

— ¿Segura?—inquirió el otro.

— Totalmente segura—afirmo ella.

— Porque todo aquí que los oculte será tan culpable como ellos—sentencio el hombre.

— Lo entendemos—murmure.

— está bien, vámonos esos miserables no están aquí.

Los hombres salieron, Dahara cerró la puerta y yo me quite la túnica de la cara para sí poder respirar, me sentía calmada e insegura a la vez, ahora revisaban de casa en casa.

— Por un pelo nos pillan—masculle.

— Lauren, somos más inteligentes que esos gorilas—rio ella.

— Son unos fariseos—escupí con enojo.

— Y medios, pero el punto es que Zayn tiene que llegar a ese trono, o esta ciudad acabara como las ruinas.