ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ɪ: "ᴍᴜᴅᴀɴᴢᴀ"

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Salíamos de casa con caras largas, hoy nos mudaríamos a Musutafu, pero sin papá

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Salíamos de casa con caras largas, hoy nos mudaríamos a Musutafu, pero sin papá. El se quedaría aquí por su trabajo mientras que mamá tenia una oferta de trabajo en la ciudad mencionada.

Nos subimos al auto con Mirio después de despedirnos de papá y comenzamos el viaje, mamá contaba historias de la ciudad a donde nos dirigíamos, que ella había nacido ahí y cosas por el estilo.

Llegamos luego de 4 horas de viaje, la casa era grande, era un estilo tradicional japones mezclado con uno moderno, era linda.

Entre corriendo y recorrí la casa completa.

-Mirio! Mira esto!- el nombrado vino corriendo y abrió la puerta, sus ojos se iluminaron como los míos- Es gigante!- abrí mis brazos mucho, estaba muy emocionada.

-Tenemos mucho espacio!- el rubio comenzó a correr por la casa, buscando las habitaciones. La casa estaba llena de cajas con nuestras cosas.

-Chicos, chicos, ayúdenme a desempacar, busquen las cajas con sus nombres!- grito mamá desde el salón.

Revise varias de las cajas, hasta que encontré una con mi nombre, estaba en una habitación espaciosa, había una ventana amplia, que al parecer tenia un balcón.

Abrí la ventana y salí al espacio que había. Se veían las demás casas y a lo lejos un parque.

-Mamá! Mamá! Hay un parque cerca!- dije mientras daba pequeños brincos de alegría.

Mi madre rió por mi reacción y me sonrió, le devolví el gesto con una sonrisa gigante.

-Cariño, puedes ir a buscar a tu hermano y ayudarlo un poco?- pregunto mi madre con su voz dulce.

-Claro!- salí corriendo y grite el nombre de mi hermano, el asomo su cabeza y sonrió, entre a la habitación y encontré la caja con su nombre.

Mi madre nos mostró las habitaciones y nos dijo que abriéramos las cajas.

Cuando termine fui al salón y me tire a un sillón que recién había llegado, era muy cómodo, lo suficientemente cómodo como para que me quedara dormida.

Mi madre comenzó a moverme, cuando abrí los ojos, me dijo que debía ayudar a preparar la cena, ya que Mirio seguía arreglando su habitación.

Camine a la cocina y empece a cortar algunas verduras.

-Mirio, la comida esta lista!- mi madre grito de forma melódica mientras yo servia los platos con comida- Gracias por ayudarme con la comida ____- me sonrió.

-No es nada, siempre me alegra ver tu sonrisa, mamá- le sonreí de forma sincera.

Mirio bajo corriendo las escaleras, su pelo estaba alborotado y se veía cansado.

-Aun no terminas?- pregunte de forma burlona.

El suspiro.

-No..son demasiadas cosas- se sentó en la mesa.

-Se supone que solo teníamos que abrir las cajas y sacar las cosas, no?- pregunte confundida.

Mamá y Mirio empezaron a reírse, mientras yo simplemente los miraba confusa.

-No tontita- me pego el rubio en la cabeza- Tienes que ordenar las cosas y preparar tu habitación- comenzó a reírse de nuevo.

Suspire un poco decepcionada, y seguí comiendo.

-____, cariño, puedes ir a ordenar tu habitación, Mirio y yo limpiaremos- dijo la mayor de forma dulce.

-Oh claro- salí corriendo a la que se supone era mi nueva habitación y comencé a decorar con mis cosas.

Los muebles ya estaban puestos, ya que el camión de mudanza ya había llegado y las personas que trabajaban los habían instalado. Yo solo tenia que decorar con mis cosas y ordenar todo el lugar.

Termine en 2 horas, para ese momento ya era muy tarde, así que le pedí a mamá que me ayudara a ponerme el piyama y así poder ir a dormir.

La pieza de Mirio quedaba al frente de la mía y la de mamá al fondo del pasillo, así que fui a decirle buenas noches a mi hermano y me metí a la cama.

Habían pasado unas cuantas semanas desde que nos mudamos y mamá todavía estaba haciendo los tramites para que nos admitieran en una escuela cercana a casa, era grande y tenia un patio enorme, para lo que yo estaba acostumbrada. Aparte habían varios niños en cada salón. Podría hacer amigos rápido.

Todavía quedaban 2 meses para iniciar la escuela, mamá ya había hecho todo el papeleo y la escuela lo acepto casi al instante, estaba demasiado emocionada.

Todos los días le preguntaba a mi madre si podíamos pasar por al frente de la escuela para poder verla, ella suspiraba y decía que fuera paciente, que pronto llegaría el momento en el que podría entrar.

Me sentaba en el piso mirando el reloj, esperando que el tiempo pasara mucho mas rápido, porque quería entrar a la escuela de una vez por todas.

Estaba mirando un cuaderno para colorear de héroes,  pensando si algún día podría convertirme en uno, esa era mi gran incógnita.

Por lo que me contó mi madre, yo herede el quirk de mi abuelo paterno, Mind Control, se supone que estos quirks son de los mas peligrosos, por su gran poder y potencial. Puedo controlar los sentimientos, pensamientos o acciones de la gente que yo quiera, mover cosas de diferentes tamaños o simplemente leer los pensamientos de la gente.

En mi anterior escuelo todo el mundo me tenia miedo, huían de mi, diciendo que yo era una villana, que para mi ellos solo eran marionetas. Yo me acercaba a la gente porque quería amigos, no para usarlos.

Mirio siempre fue mi inspiración, un chico alegre, que siempre muestra una sonrisa gigante al mundo y que no le importaban los comentarios de los demás. Sus amigos me aceptaban tal y como era, no les importaba que yo fuera peligrosa, porque ellos no creían que yo fuera así.

Ahora ambos nos mudamos y perdimos el contacto con ellos, seria difícil crear nuevos lazos con otras personas, muy difícil.

Tengo que tratar de no decir ni demostrar mi quirk a nadie, la gente se asustaría. Esa no es la idea, tengo que mostrarme como una chica normal, no como una chica que fácilmente podría volverse una villana temida.

Yo solamente quiero convertirme en una héroe, que salve a todos con una sonrisa.

Ese es el camino que quiero seguir, por lo cual, cuando entre a la  escuela, diré que mi quirk es mover cosas de distintos tamaños con la mente.

Comencé a saltar de felicidad, tenia un plan para poder hacer amigos de verdad, por fin la gente podría aceptar ser mi amiga, ese era mi sueño, ser aceptada por la sociedad.

Comencé a saltar de felicidad, tenia un plan para poder hacer amigos de verdad, por fin la gente podría aceptar ser mi amiga, ese era mi sueño, ser aceptada por la sociedad

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