ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ɪɪɪ: "ᴄʜɪᴄᴏ ɴᴜᴇᴠᴏ?"

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Ya llevábamos viviendo en Musutafu por 3 años, me había vuelto amiga de todo el salón ya que estos ahora pensaban que mi quirk era algo genial, me hacia sentir bien conmigo misma

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Ya llevábamos viviendo en Musutafu por 3 años, me había vuelto amiga de todo el salón ya que estos ahora pensaban que mi quirk era algo genial, me hacia sentir bien conmigo misma.

Hoy era la misma rutina de siempre, despertarme, ponerme la ropa e ir donde mamá para que cepillara mi cabello, para ella yo era su pequeña muñequita de porcelana.

Siempre me esperaba sentada con un peine con flores de sakura, para que yo me agachara y ella me hiciera mis respectivas trenzas.

Luego, salí de casa junto a mi hermano y caminamos a la escuela, esta quedaba cerca de casa así que usualmente llegábamos temprano a menos de que Mirio se demorara preparándose.

Abrí la puerta del salón encontrándome con la chica de cabellos salmón que se había vuelto mi mejor amiga, sentada en su pupitre. Me senté a su lado y la salude.

-Aiko-chan, buenos días!- le dije en el oído haciendo que esta saltara, comencé a reírme.

-____-chan- bufo- Buenos días, para de asustarme cada vez que estoy distraída, baka- me regaño por 4 vez esta semana.

-Si, si, lo que usted diga mi reina- nos quedamos en silencio y luego nos empezamos a reír.

Sonó el timbre, marcando que era hora de que empezaran las clases, Matemática, la clase más aburrida que me podía tocar, es ahora.

No es que me vaya mal, de hecho soy bastante buena pero la sensei es un poco lenta cuando explica así que me aburro fácilmente.

Mire por la ventana, hacia el edificio de al lado, en ese se encontraba el salón de Mirio.

Choque miradas con un chico de cabello azabache, este desvió la mirada rápidamente, sonrojándose.

Nunca lo había visto lo cual significaba que era un chico nuevo, me pico el bichito de la curiosidad.

-Quien sera?- dije en voz alta sin darme cuenta.

-Señorita Togata, algo que aportar a la clase?- me pregunto mi profesora, mi cara comenzó a arder por la vergüenza. Me pare de mi asiento e hice una reverencia.

-No, sensei!- dije casi gritando, los demás comenzaron a reír, lo cual hizo que me pusiera aun mas roja.

Porque soy tan tonta? Estampe mi cara contra mi pupitre y volví a mirar por la ventana, el chico ya no estaba en su asiento, una lastima, me hubiera gustado verlo mas.

Toco el timbre para comer almuerzo, y salí a entregarle el suyo a Mirio, como el sale antes de casa siempre se le olvida así que normalmente se lo llevo yo.

-Miriooo!- abrí la puerta de su salón y el rubio me miro- Obentoo!- extendí mi mano hacia el y el tomo su almuerzo, le sonreí y antes de irme mire hacia atrás, estaban los amigos del rubio hablando con el chico de antes.

𝕋𝕖 𝕡𝕒𝕣𝕖𝕔𝕖𝕤 𝕒 𝕦𝕟𝕒 𝕗𝕝𝕠𝕣 - ᴛᴀᴍᴀᴋɪ x ʀᴇᴀᴅᴇʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora