Capítulo 6.

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1 mes después...

Todos corren de un lado a otro agobiados y sin apenas tiempo para hablar, mientras yo me preocupo por la llegada de mi familia. Me voy a casar en unos días y muchos invitados van a venir, así que el palacio va ha estar repleto de gente. Miro angustiada por el balcón con discreción, no sé si estoy preparada para ver a mi padre de nuevo, aunque sí a mi madre porque deseo hablar con ella. Muchos carruajes están aparcando afuera y se oyen muchas risas y gritos de júbilo.

El olor a comida y a perfume deleita mis sentidos. Suspiro con satisfacción relajada y disfruto del ambiente cada milésima de segundo. Desde mi llegada, no he visto el palacio tan alegre y tan lleno de vida. Mis doncellas confeccionan los últimos retoques de mi vestido de novia.

Es un vestido blanco, de tela fina y de seda, de encaje y de mangas largas, con una larga cola por detrás y la espalda al descubierto.

—Está preciosa, señorita —me halaga Olivia riendo con dulzura.

—¿De verdad lo cree? —cuestiono dubitativa, mirándome al espejo grande que han colocado en mi alcoba hace unos días.

—No lo dude, Cedrina.

Me vuelvo hacia un lado y Louis me sorprende con un ramo de flores. Ahogo un grito de sorpresa y me lanzo a sus brazos. Mis criadas ríen burlonas y niegan con desaprobación.

—Compórtese señorita, su vestido se va ha arrugar —avisa Olivia, guiñándome un ojo.

—Lo que va ha acabar es roto —comenta Felicity con descaro, provocando un coro de carcajadas en la sala.

—¡Felicity! —exclama Tris, escandalizada por sus irrelevantes locuras.

Ella es la más tímida de todas.

—¡Vamos querida! Tenemos cosas que hacer —añade Beca, empujando al resto hacia el exterior.

Louis sacude la cabeza pasmado y desvía la mirada ruborizado. Cuando nuestros ojos se cruzan sonreímos a la par. Él acaricia mi mejilla y le dejo hacer. Hace un mes que estoy en palacio y se volvió una costumbre irresistible para mi, que no quiero deshacerme de ella. Sus dedos bajan por mi cuello y su nariz lo roza también, dejando su aliento impregnado en mi piel.

No quiero pensar que me desea pues ya me lo habría dicho, él sigue siendo el mismo hombre caballeroso y amable conmigo, nada más. Ya me ilusioné demasiado en mi llegada, y recuerdo lo doloroso que fue escuchar aquella conversación.

—Debe detenerme si no quiere que...

Alguien llama a la puerta interrunpiéndolo y se aparta a un lado de golpe. Los dos nos volvemos hacia la puerta sobresaltados, y con las hormonas revolucionadas. Me coloco el vestido y compruebo que todo esté en orden.

—Adelante.

Espera un momento, ¿Me iba a besar? Sacudo la cabeza y alejo ideas ridículas de mi mente. Entonces de nuevo aparecen mis doncellas con otro vestido, para quitarme este. Esta vez están más relajadas y actúan con discreción. Malditas, seguro que luego me avasallan a preguntas. En cuanto se vaya Louis de seguro.

Él carraspea y cuando lo miro, veo que está malhumorado y murmura cosas sin sentido en voz baja.

—Debo irme. Os dejo a solas, señoritas... —anuncia a regañadientes, dejando la habitación al instante.

Me quedo mirándolo y sorpresivamente recibo un fuerte latigazo en el cuello, que hace que me escueza y me pique horriblemente esa zona.

—¡Ay!

—¡Ni ay, ni uy! ¡Diablos, señorita! Se va a casar... ¡Compórtese! —me reprocha Felicity, aparentando ser estricta en su deber, pero no tarda en soltar una risita maliciosa y acercarse a mi —. Aunque la entiendo, yo ya me lo habría llevado a la cam...

MENTIRAS EN LA REALEZA (TERMINADA)Where stories live. Discover now