Capítulo 8.

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En los días siguientes la fiesta sigue en pie, mi madre está distante con mi padre, y él, bueno... Conteniendo su rabia por doquier y fingiendo amabilidad con mi madre en cuanto me ve. Sé que está buscando una forma de vengarse, y no tardará en hacerlo en cuanto tenga oportunidad. Lo dejé en ridículo pidiendo sin escrúpulos que anularan su matrimonio, y poniendo en duda su lugar como marido.

Eso no me lo va a perdonar nunca.

Suspiro irritada, desde mi último encuentro con Barnaby no ha vuelto ha aparecer por la biblioteca. Siempre ponía excusas para encontrarnos ahí y ahora... Huye en cuanto me ve. Por alguna razón eso me duele y mucho. Las ilusiones matan y me lo repetiré las veces que haga falta.

—¿Busca ha alguien, señorita?

Esa voz tan áspera...

Cuando me doy la vuelta Daniel Evans está frente se mi. Sus labios, se curvan en una sonrisa retorcida y mi corazón comienza a latir frenéticamente. Echa hacia atrás su melena pelirroja y posa sus ojos azules en los míos, produciendo un escalofrío en mi cuerpo, que me deja congelada de la cabeza a los pies.

Seguro que ha sido idea de mi padre que venga aquí, tenía que vengarse y lo hizo, lo sabía.

—No... —contesto, procurando ser cortante.

Pero el miedo traiciona a mis intenciones verdaderas y las inmoviliza.

—Uhmm. Entonces no habrá problema en que demos un pequeño paseo juntos —me ofrece, tendiéndome la mano sin vacilar.

Trago saliva nerviosa y busco a cualquiera con quien irme, no quiero estar con él. Rechazo su mano y armándome de valentía, avanzo con lentitud y con miedo de hacerlo. Daniel no tarda en retenerme y forzejear conmigo sin delicadeza alguna. Me está haciendo daño.

—No pretenderá hacer este feo a alguien que pidió su mano y no ganó, ¿Verdad? —amenaza sin piedad.

—Suélteme.

Él abre los ojos sorprendido, pero a la vez ríe divertido. No se le ve nada de empatía, sólo oscuridad en sus ojos.

—¿Por qué? ¿A caso me teme? —insiste, sujetándome con más fuerza.

Intento deshacerme de él, pero no me deja y cierra más el espacio entre nosotros. Asustada cierro los ojos temblorosa y se escucha un golpe seco, liberándome de su agarre forzado. Me froto el brazo dolorida y abro los ojos sorprendida. Barnaby, lo acorrala contra la pared y lo coge por la manga del cuello de su camisa, rechinando los dientes con rabia. Sin embargo, no logra desestabilizarlo. Es más esto le divierte aún más, como si estuviera en su zona de confort. Y con orgullo, se limpia la sangre que tiene en sus labios a causa del golpe de Barnaby.

Otra mano me aparta de ellos y cuando miro a ver quién es, ahogo un grito de sorpresa al ver a Louis y me lanzo a sus brazos. Él deja que me refugie en su regazo y acaricia mi cabello.

—Si una dama te rechaza, la respetas... —le advierte Barnaby, dándole un último golpe.

Daniel gruñe dolido y cae al suelo de rodillas, pero no pierde su compostura fría ni un segundo. Él no deja de observarme con descaro y con una sonrisa maliciosa, que congela mis entrañas. Cuando todo termina él se va y nos deja a solas a los tres. Me giro esperando a que Barnaby haga lo mismo de siempre, y me reprenda pidiéndome que me lea, pero no lo hace. Se dedica a mirarme con cierto rabillo de preocupación en los ojos, al principio, da un paso dubitativo, pero finalmente sacude la cabeza y se aleja decidido y sin añadir nada más.

Mi corazón se rompe en mil pedazos, otra vez me duele, otra vez me hice ilusiones de que mi matrimonio podría ser correspondido. Convulsiono y dejo que un lijero sollozo llame a mis lágrimas, que no tardan en hundir mis ojos de agua.

MENTIRAS EN LA REALEZA (TERMINADA)Where stories live. Discover now