Capítulo 9.

261 45 34
                                    

Barnaby y yo no teníamos pensado en celebrar una luna de miel, puesto que esto es un matrimonio arreglado. No obstante, Amelie se interpuso y nos amenazó con decirlo a todo el mundo, si no nos íbamos al menos tres días. Estuvo una semana peleando con nosotros, hasta que nos sacó de las casillas y finalmente aceptamos la oferta, fue en vano todo nuestro esfuerzo ignorando sus quejas y también, diciéndole que nos daba igual.

Amelie es caprichosa y quiere vernos juntos a toda costa, creo que quiere que sí pase algo entre su hijo y yo. A Louis le molesta todo este asunto y quiso venir también, pero Amelie no le deja. Iremos a una casa de campo lejos del reino.

—¡No lo entiendo! ¡¿No ve que no os amáis?! —espeta, golpeando un mueble de mi alcoba con fuerza.

Cojo sus manos y las entrelazo con las mías, intentando tranquilizarlo.

—Sólo van a ser tres días —susurro con el corazón encogido.

No me gusta verlo así. Tenemos tanta confianza que ya tampoco nos tratamos de usted.

—Louis, por favor.

—No es justo, ni si quiera nosotros hemos tenido una noche a solas... —me reprocha, dejándose caer sobre mi cama habatido.

Se rasca la cabeza y rechina los dientes malhumorado. Arqueo las cejas conmocionada, no sé qué hacer, pero se me ocurre una idea para apaciguar las aguas.

—Esta noche.

—¿Cómo?

Louis rueda los ojos y me mira patidifuso, fijando sus ojos negros en los míos atolondrado.

—Ven a mi habitación esta noche.

Él abre la boca dispuesto a decir algo, pero se lo piensa y calla definitivamente. Asiente conforme y con un resoplido, me da un beso rápido dejándome sola en mi alcoba.

Lo quiero, es amable y atento conmigo. Me trata bien y calma mi desenfrenada pasión. Sé que con él soy feliz y me da lo que necesito. Es tan apuesto, aunque también sé que no me ama. Me lo habría dicho ya y no pienso confesar mis intenciones con él primero. No quiero acabar con el corazón roto como la primera vez. Sin embargo, Barnaby ronda en mi mente a cada rato y removiendo mis entrañas, torturándome y alterando mis hormonas siempre que puede, incluso convirtiendo mis sueños en pesadillas.

Algo invisible e insistente me tira hacia él constantemente. Gruño frustrada y suspiro agotada. Me duele la cabeza. Llaman a la puerta y vienen mis doncellas a prepararme para la cena.

—Buenas tardes, señorita —me saludan al unísono.

—Os he dicho mil veces, que rompáis las formalidades conmigo —las regaño riendo divertida.

Ellas ríen ruborizadas y asienten, captando la orden enseguida.

[...]

Cuando termino de cenar voy directa a mi habitación. Procuro ser discreta y me excuso de que hoy no me encuentro bien. Al llegar me quito la ropa y me pongo un camisón lijero, que a través de la tela deja ver mi cuerpo. Después pongo pétalos de rosa—que pedí a mis doncellas que trajeran—, y las pongo por la cama y el suelo.

Nunca he hecho esto, pero esta noche quiero que sea especial. Quiero demostrar a Louis cuánto lo quiero en mi vida y ... Quiero que si hago el amor por primera vez, sea él. Me pinto los labios de color rojo carmesí y me retoco el cabello. Ya estoy lista. Pongo unas velas como última decoración y espero ansiosa a Louis, sentada en el borde de la cama.

Llaman a la puerta y me retuerzo las manos eufórica y nerviosa, con el corazón latiéndome con fuerza. Louis entra vacilante y cierra las puertas tras él, cuando ingresa a la sala. Trago saliva con un nudo en la garganta. Ahí está, tan guapo y caballeroso como siempre. Él me mira sorprendido y se queda inmóvil, está desconcertado.

MENTIRAS EN LA REALEZA (TERMINADA)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum