Capítulo 24.

134 27 4
                                    

Pasan las horas y me desespero al ver que Barnaby no despierta. Louis sigue sin aparecer y no es que las cosas estén bien por palacio. Mi familia pide explicaciones, se impacienta y esperan que mi salud mejore. Un día decido levantarme y al ponerme en pie con brusquedad, me mareo y pierdo el equilibrio, pero unos brazos me sujetan con firmeza y me levantan. Al darme la vuelta y ver a Barnaby apoyado en mi, hace que chille de alegría.

Él agita la mano pidiendo silencio y gruñe dolorido.

—¡Perdón! ¡Lo siento! —me disculpo envolviéndolo en un abrazo con cautela.

Barnaby ríe forzosamente y lo ayudo a sentarse en el borde de mi cama. Ahora vuelve a tener puestos los guantes y la tela que cubre su boca. Se me hace raro, todavía recuerdo sus labios húmedos y suaves, que me embriagaron con ese beso tan efímero y especial, que fue para mi.

Barnaby tose y me hace despertar de mi pequeño trance, para sentarme a su lado conteniendo mis ganas de llorar, gritar y no separarme de él más. Aunque, sé que no nos queda mucho tiempo juntos. Callie dijo que sólo sería hasta que él se recuperara y... Ya se ha despertado. No obstante, por un lado me alivia verlo bien, aunque eso signifique no estar cerca de él.

—Deja de mirarme así... —me regaña coqueto.

Me sonrojo al instante y asiento sonriente. Él se me queda mirando anonanado y acaricia mi cabello. Después vuelve a tumbarse. Yo me dejo caer a su lado y me arrastra con él, para que apoye mi cabeza en su pecho. Escuchar los latidos de su corazón me relaja.

—¿Lo ves? Incluso cuando menos lo espero, eres capaz de despertarte después de haber estado inconsciente, y, ayudarme a levantarme —le hago recordar con dulzura —. Te amo y no vuelvas a dudar de ti.

Él suspira y asiente conforme.

—¿Cómo estás? —me pregunta mirándome fijamente a los ojos.

—Bien, ¿Y tú? —cuestiono con tímidez.

—He estado peor, así que estoy bien dentro de lo que cabe —contesta respirando hondo aliviado.

—¿Qué hiciste para acabar en este estado Barnaby? ¿Sabes que susto me llevé cuando desperté y te vi así? —le reprocho malhumorada.

Barnaby ríe victorioso al verme preocupada por él, entonces me acorrala más hacia su cuerpo.

—Yo sabía que no iba a poder vivir sin ti. También me esperaba una vida de tortura, con lo cual... Quise irme contigo, pero antes me aseguré que no te fueras viéndome cómo me quitaba la vida —me explica, arrugando su rostro con semblante sombrío —. Quería asegurarme de que sólo tuvieras el recuerdo de mi beso.

—Barnaby... —lo llamo por su nombre — Te amo.

Él se gira hacia mi y fija sus ojos oscuros en mi con admiración e infinito amor.

—No me vuelvas a pedir otra vez eso, porque no sé si seré capaz de hacerlo de nuevo —me pide con súplica —. Yo también te amo Cedrina Soto Valdés.

Cuando dice mi nombre palidezco, al recordar que ahora tengo los apellidos de alguien que me repugna. Él capta mi tristeza y vuelve ha abrazarme con fuerza. Me acuna entre sus brazos a pesar de estar herido, seca mis lágrimas cuando me da por llorar y me hace reír. No puede besarme ni puedo ver su sonrisa, pero desde que entré aquí siempre me lo imagino riendo, la forma de sus labios.

Y aunque no pueda besarme, no necesito nada más, porque el beso que me dió cobró una fuerza en mi que desconocía y, me ha dado un empujón para tener un poquito de ganas de vivir.

Su primer beso fue... Mi primer beso.

[...]

Para disgusto de los dos, cuando nos recuperamos Callie cumplió con su advertencia y tuvimos que separarnos. Daniel va a dormir conmigo a partir de ahora, yo le recordé lo de mis primas y él hizo oídos sordos, Barnaby se opuso, pero Callie lo recriminó y lo detuvo bajo un hechizo. Ahora mismo nosé cómo se encuentra.

MENTIRAS EN LA REALEZA (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora