Capítulo 31.

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En la iglesia un silencio sepulcral invade la estancia, un olor a podrido avisa de ciertas presencias demoníacas. Yo espero sentada en uno de los bancos frente al altar, la llegada de tres figuras familiares, que no tardan en hacer acto de presencia. Las luces de las velas se apagan y yo vuelvo a encenderlas, estoy sola. Quiero vengarme en esto sin la ayuda de nadie. Barnaby ha insistido en que es una locura de mi parte, así que acepté la ayuda de Lucifer.

A él no he podido negárselo.

Las tres entran y cuando se detienen cerca de mi, me pongo en pie y me quito la capa que cubre mi rostro, y deja a la mira de todos mi vestido, un vestido negro y largo, que yo misma he querido llevar hoy. Ellas me estudian vacilantes y echan un paso atrás conmocionadas. Yo sin embargo, sonrío con malicia.

—Hola, gracias por venir —agradezco, asintiendo con comprensión por su reacción, ante esta inesperada situación, tan repentina, y, que las ha dejado totalmente noqueadas.

—¿Qué quieres? ¿Cómo te atreves a llamarnos como si nada? ¿A caso no sabes ya lo que somos? —cuestiona Callie crispada.

—Sí, tú también ¿Verdad Brisa? —cuestiono desafiante.

—¿A qué te refieres Cedrina? No creerás que soy una bruja, ¿Cierto? —suelta incrédula.

—Bueno, yo creo que sí —agrego sacando tres muñecas con su misma apariencia.

Zali las mira horrorizada y ahoga un grito asustada. Echa a correr hacia las puertas de la iglesia y las cierro, con tan sólo pensarlo. Reconozco que la primera vez me asustaba esto, aunque con un poco de aprendizaje estos días, he logrado controlar ciertos impulsos que debía contener en mi interior, porque no sabía qué podía pasar si los dejaba salir. No sé con exactitud lo que puedo hacer, pero ya me hago una idea y tal vez suene loco, no obstante, me siento más poderosa que nunca, y, también muy segura de mí misma.

Puede ser malo o no, lo que sí tengo claro es que pienso utilizar lo que se me ha concedido.

—Cedrina, cielo... Yo soy Brisa, ya sabes... Tu amiga —miente insistente.

Me acerco a las muñecas y cojo la suya, gracias a esas pesadilla he descubierto la magia del vudú. Eso le hará recordar que ella me lo enseñó en sueños, seguramente intentara manipularme cuando dormía para hacerla ver cómo alguien benévolo, y, así no sospechar nada de ella. Bruja lista, aún así, no supo que podía ser amiga de un demonio empático como Louis, que trabaja para uno de los más poderosos junto a Lucifer, Gusion.

—Oye, tú no sabes utilizar ese tipo de magia —advierte alzando las manos temerosa —. Ni si quiera eres una bruja.

Sin pensarlo aprieto la muñeca con todas mis fuerzas justo en el estómago, y después, en uno de sus brazos. Callie avanza hacia mi con intención de hacerme daño, pero soy más ágil y la expulsó hacia atrás, hasta dejarla en el aire y pegada en la pared, sin poder moverse apenas. Zali gruñe molesta por eso y murmura unas palabras, que me empujan y me hacen perder el equilibrio. Me pongo en pie tosiendo por mi falta de aire, y cojo otra de las muñequitas para retorcerla sin piedad.

Entonces recupero mi respiración y alcanzo la de Callie, para que le haga efecto también. Las tres gritan retorciéndose de dolor y me levanto, chasqueando los dientes, furiosa.

—Esto por Barnaby —amenazo mirándolas con ira y odio.

Vuelvo ha apretar esas muñequitas,
dejándome llevar por la adredalina, que en este momento toma mi cuerpo. Ahora es cuando escucho unas risitas juguetonas, que no me las esperaba para nada, espera... Me resultan familiares. Dos siluetas de unas muchachas, aparecen frente a mí. Son mis primas, Lucifer ha mandado a mis primas.

MENTIRAS EN LA REALEZA (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora