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La gente comenzó a murmurar, los reyes miraban sorprendidos la escena, nadie sabía que hacer, el pánico invadía a todos.

—¡Auron!— Rubius se escapó de los brazos de Samuel para lanzarse a su querido amigo, que lo recibió con todo el cariño del mundo.

—Rubén, mi niño— susurró— ¿Estas bien?— este asintió aún entre lágrimas.

—¡Guardias!— gritó el rey Emilio, los cuales corrieron para rodear a la familia real de Aris, quienes se mantuvieron en tranquilidad, excepto Auron, que cubrió aún más a Rubius para que no lo lastimaran.

—¡Alto! ¡Bajen armas!— gritó Samuel, sus padres le miraron confundidos al verlo caminar hacia la reina enemiga.

—¿Qué se supone que hace?— susurró Enrique.

—Su majestad— dijo inclinándose— Para mi, Samuel de Luque, es un placer tenerla a usted Ariana De Aris en nuestro reino—.

—El placer es todo mío— respondió la reverencia.

Ambos caminaron a donde los actuales reyes de Karmaland.

—Ariana—

—Emilio— la reina hizo una reverencia— He venido a ofrecerte mis más sinceras disculpas— todo el salón enmudeció— Tu hijo Samuel, ha traído de vuelta a mi hijo, el príncipe Raúl, me ha contado lo que realmente sucedió aquella noche-.

Los miraron a Raúl rápidamente, quien tomaba a Luzu con una mano derecha y con su brazo izquierdo cubría a su hermano.
Y ahí fue cuando se dieron cuenta del gran parecido que tenía el chico con su fallecido padre, el rey Patricio.

—Y por eso, Aris está a la disposición de Karmaland— Ariana hizo una reverencia.

—¿Samuel?— el azabache miró a su madre— ¿Tú lo sabias?—.

—Por supuesto, madre— respondió— Lo hablamos y partieron ayer. Lamento no habérselos dicho, pero para mi y el reino es importante que esta enemistad terminará—.

—Sin enemistad, no hay guerra y sin guerra, no hay boda— Akira caminaba elegantemente hacia ellos, de un momento a otro había aparecido de la nada.

—Así es— aclaró Samuel.

—En eso tienen razón— dijo el Rey Emilio—Tomando en cuenta que los 3 reinos principales podrán forman una alianza con la llegada del príncipe Raúl, la boda será cancelada entonces—.

Akira sonrió complacida.

Raúl abrazo con más intensidad a Rubius, antes de separarse y qué el corriera donde Samuel.

Todo estaba saliendo conforme a lo planeado...

—¡No podemos cancelar la boda!— gritó Mathias, llamando la atención de todos.

—Mi hijo tiene razón, Emilio. ¿Para que cancelar la boda, si ellos están muy enamorados— con una sonrisa fingida, sacó una hoja de sus bolsillos, la desdobló con cuidado y aclaró la garganta.

—Para Akira...— comenzó a leer.

Samuel enmudeció, esa era la declaración que él había escrito, la declaración que había escrito para Rubén.

El cual se separó rápidamente al escuchar el primer verso.

Miraba fijamente al azabache, quien aún seguía mudo, sus manos comenzaron a temblar, de sus ojos salían unas lágrimas rebeldes.

—Firmado, Samuel de Luque—.

—¡¿De dónde sacó eso?!— gritó el azabache, arrebatando la carta de sus manos, revisando que, claramente, había tachoneado el nombre Rubén y puesto el de Akira.

—¡Samuel!— regañó su padre— ¿Donde están tus modales?—.

El príncipe iba a contestar rápidamente pero un sollozo llamó la atención de todos.

Rubén al darse cuenta de qué todos le miraban, se sintió expuesto, se sentía juzgado, se sentía tan pequeño.

Mathias se acercó curioso a él— ¿No sientes vergüenza? los hombres de verdad no lloran— susurró, haciendo que Rubén saliera corriendo de aquel salón.

—¡Rubén!— gritaron Raúl y Samuel al mismo tiempo.

Samuel salió corriendo tras el castaño, no podía dejarlo ir simplemente, debía aclararle todo, debía confesarle sus sentimientos.

—¡Luzu! ¡Auron!— la aguda voz de Alex, hizo ver que él joven se acercaba a él, junto a sus amigos, entre ellos Frank.

—¿Qué haces aquí?—Mathias se había puesto a la defensiva al ver a Frank.

¿Qué hacia él en Karmaland?

¿Qué hacia aquí en el castillo?

—Mathias— dijo, su rostro se había tornado serio, confundiendo a los chicos, se colocó al frente de todos, poniendo a la defensiva. Su rostro se giró hacia Luzu—¿Dónde esta Rubius?— preguntó.

—¿El de la isla? Se ha ido llorando cual cobarde— respondió el príncipe burlesco.

—No te pregunté a ti, no te metas— todos miraban asustados y preocupados la actitud del moreno.

—Soy un príncipe y, por si lo olvidaste, el heredero al trono de Argath, puedo hacer y decir lo que me plazca— sonrió victorioso, pues tenía toda la razón. En unos meses, sería nombrado Rey.

—¡Te ganaste ese puesto por las malas!— gritó, sorprendiendo a sus amigos.

—¡Y vamos a lo mismo!— dijo riendo sarcásticamente— ¿Cuánto tiempo más seguirás jugando esto? ¿Cuándo dejarás de odiarme? ¿Cuándo dejarás de mentir?— preguntó burlesco.

—¡Hasta que lo aceptes!—

—¡¿Aceptar qué?! ¡Vamos dilo, Frank!—.

—Aceptar qué tú...— su pecho subía y bajaba con intensidad, Alex miraba preocupado la escena.

—Dilo— susurró.

—¡Acepta que tú te deshiciste de él!— gritó.

—¡Vamos! !Di su nombre!—

—¡Tú lo lanzaste del barco!..— Alex se alejó asustado.

—Di su nombre...— susurró desafiante.

Su pecho subía y bajaba con intensidad, sin embargo la ira estaba apoderando de su cuerpo, no podía evitarlo, aún que no le creyeran, él lucharía—¡Al príncipe Rubén!—.

Capítulo corto y a mi parecer muy flojo:(
Es lo mejor que pude sacar de mi bloqueo, PERDÓN

||Valiente|| Karmaland 4Where stories live. Discover now