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Lo qué pasó después fue muy rápido.

Akira abrazo con fuerza a Rubén mientras lloraba en su pecho, recordando todas las noches que lloró por haber perdido a su querido hermano.

Su madre también se unió al abrazo, pues recordaba el vacío que le había generado la desaparición de su hijo.

El rey Enrique cayó de rodillas al piso, recordó el dolor que sintió al perder a su heredero, comenzando a disculparse con el castaño del trato recibido de su parte.

Rubén lo perdonó.

Mathias simplemente no podía reaccionar, sentía que se había quitado un peso de encima pero a la vez sentía la rabia y enojo de ver a su hermano.

Todos estaban muy felices, pues Rubén había recordado quien era, darle la bienvenida al segundo príncipe de Argath sería su siguiente evento.

La mano de Samuel se deslizó por el brazo del castaño para tomar la suya, sus tímidos dedos se entrelazaron. Ambos quedaron frente a frente, un par de lágrimas aún corrían por las mejillas del menor que el azabache limpio con sus dedos.

Soltó el agarre para rodear su cintura, acercándolo hacia él con su mano acariciando sus sonrojadas mejillas. Ambos notaban aquel tenue brillo iluminando los ojos del contrario, se sentían tan completos.

Sin preámbulos, sus labios se unieron en un cálido y tierno beso, mientras Rubén rodeaba su cuello y Samuel lo acercaba más a él. Una acción que, sin duda, sorprendió un poco a los reyes. Ahí fue cuando entendieron las acciones del príncipe de Karmaland, Samuel de Luque, habían sido influenciadas por su corazón, por su amor hacia Rubén.

La boda de Samuel y Akira fue cancelada, por obvias razones; gracias a esto, Rubén y Samuel iniciaron su relación, siendo celebrado por ambos reinos.

Todo estaba siendo felicidad para cada persona en Karmaland, Argath, incluso Aris

Bueno, todo estaba siendo felicidad para casi todos...

—¡Esto no puede estar pasando!— Mathias había lanzado todos los libros que tenía en su escritorio, su plan de años estaba completamente arruinado.

Sabía que el evento de bienvenida a Rubén sería en cuestión de días y no dudaba en que su padre le regresaría su título de trono heredero.

—¡Valentina!— gritó, luego de unos minutos una muchacha bajita entró corriendo a su habitación.

—¿Qué necesita, su alteza?—

—Necesito que me consigas esto— entrego un pequeño papel doblado, que tomó para verificar, Valentina quedó atónita—Antes del baile de bienvenida—.

—¿Veneno? ¿Acaso..?—

—Así es, Valentina, tú te encargarás de eso— la castaña asintió rápidamente, saliendo de la habitación.

—Intente deshacerme de él y falle, me aseguraré que esta vez funcione—.

🌼

—¿Tú eres la bruja del pueblo, cierto?— la noche había caído, Valentina había salido, cubriendo sus ropas de trabajadora del castillo de Karmaland, utilizando una capa, le era leal al príncipe Mathias. Sabía que tenía en mente y eso le podía dar una oportunidad con su amado Samuel, haría lo que fuera.

—Depende de quien me busqué. ¿Qué necesitas, niñata?— respondió aquella mujer desde las sombras.

Extendió su mano con el papel, su pálida mano lo tomó con cuidado leyendo aquel pedido— No eres la primera persona en pedir algo así— mostró un pequeño frasco de vidrio café— 5 Karmas de oro, señorita—.

—De acuerdo— hicieron el intercambio rápidamente, antes de que la guardia real cruzara por aquel desolado camino.

—Fue un placer negocios contigo— mencionó la joven antes de desaparecer entre las sombras.

—Igualmente, Mónica—.

Las instrucciones eran claras, quien dijera el nombre de quien hizo aquel veneno, su boca explotaría. Aquella joven que trabaja todos los días había aprendido de la brujería, magia negra y blanca, estaba decidida a hacer lo que sea para obtener dinero y así poder escapar con el amor de su vida: la princesa Akira de Argath.

Quería darle la mejor vida posible, que nunca le faltase nada y tratarla como la princesa que es, así que, se escabulló como la mayoría de las noches a la habitación de la rubia en el palacio de los reyes de Karmaland. No la había visto desde... su baile de compromiso con el príncipe Samuel de Luque.

Su plan era sencillo, huir unos días antes de la boda, era peligroso, ya que si las atrapaban, ella sería acusada

Así que al entrar por la puerta de su balcón y verla durmiendo tan tranquila en su habitación, se dio cuenta de que todo lo que había trabajado y todo lo que había ganado, valdría la pena si podían ser felices juntas.

Se acercó silenciosamente a la cama, su tranquilidad le transmitía mucha paz. Sus dedos acariciaron con delicadeza sus suaves mejillas, ocasionando que la rubia despertase.

—¿Mónica?— bostezó, antes de sentarse a su lado—¿Qué haces aquí a estas horas?—.

—Necesitaba verte— la cálida mano en la mejilla de la rubia encajaba a la perfección.

—Han pasado muchas cosas, Mónica—

La pelinegro se recostó sobre la enorme almohada, abriendo sus brazos para que Akira descansase en ellos.

—He escuchado muchos rumores, pero he decidido ignorarlos— beso suavemente su frente—Pero no te preocupes, Akira, ya tengo los karmas suficiente para poder escapar juntas, desaparecer del mundo para ser felices... tú y yo—.

—Mónica—

—Dime—

—Ya no hay motivos para escapar— dijo incorporándose, mirando a la confundida bruja.

—¿Qué estás diciendo?—

—Mi matrimonio con Samuel fue cancelado— una sorpresa y una alegría inundaba el rostro de Mónica, recordó lo mucho que le dolió aquella noche en que Akira le dijo que se casaría por el bien de reina. El corazón de ambas estaba destrozado.

—¿Y eso?— preguntó, su enorme sonrisa delataba su felicidad.

—¿Recuerdas que te dije que tenía un hermano que desapareció en el océano?—

—¿Quieres hablar de eso? Se que es un tema difícil para ti hablar sobre Rubén y...— fue interrumpida.

—Es algo bueno, no te preocupes— Mónica asintió— Samuel me dijo que hace unos días fue a comer al restaurante donde trabajas— volvió a asentir—¿recuerdas el chico que iba con él?—

—Si, nunca lo había antes por el pueblo pero lo recuerdo. ¿Qué tiene que ver él con tu hermano?—.

Akira sonrió y rió levemente al notar como el rostro de confusión de Mónica cambiaba a uno de sorpresa.

—¡¿Él es tu hermano?!— cubrió la boca de la pelinegra, aún riendo levemente.

—Baja la voz— susurró— mis padre podrían estar cerca—.

—Lo siento— susurró del vuelta— Estoy tan feliz por ti, Akira— ambas se abrazaron.

—Antes de que lo olvide, en 3 días se realizará un baile por el regreso de Rubén y yo...— hizo una pausa.

—¿Y tú..?— Mónica se mostraba atenta.

—Quiero que vengas a este baile, Mónica, quiero presentarte ante mis padres—

—Akira, sabes que siempre estoy apoyándote, pero ¿estás segura de esto?— la rubia entendía su miedo, sus nervios y sus inseguridades, pero debía intentarlo.

—Completamente segura, Mónica— se acercó a su rostro para depositar un dulce beso en su boca, haciendo que el rosa de su labial y el negro del suyo hicieran una bonita combinación.

—Vale. Nos veremos en 3 días entonces, Akira—.

Capítulo recién salido del horno(?)
Es lo mejor que pude sacar de mi bloqueo en esta historia uu

||Valiente|| Karmaland 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora