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Aquel árbol donde se había besado con Samuel la primera vez se había convertido en su refugio desde que llegó a Karmaland, había logrado escapar del castillo para tener un momento a solas. Todo estaba pasando sumamente rápido para el muchacho de la isla, Mathias había intentado asesinarlo, no sólo una, sino dos veces, ocasionando que su hermana Akira casi pereciera esa noche. La noche en la que se supone lo nombrarían príncipe heredero al trono de Argath... por segunda ocasión.

Se sentía frustrado, tenía miedo y sabía que quería llorar, pues el nudo en su garganta apretaba fuertemente, su labio inferior temblaba levemente y su pecho dolía.

—Rubén— escuchó una voz bastante familiar, no había necesidad de mirar, no había nadie que lo entendiera mejor que aquella persona, ya que con su ayuda se forjó su personalidad, sus esperanzas y sus miedos, después de todo Auron y él eran como hermanos. Con una leve seña con su cabeza, el príncipe de Aris lo comprendió, comenzando a trepar el enorme árbol, apoyándose en las pequeñas ramas, tal como habían aprendido en la isla para buscar frutos de los gigantescos árboles que crecían en su antiguo hogar.

Se posicionó en silencio a su lado, sabía que debía tener paciencia o la oleada de sentimientos que el príncipe de Argath cargaba sobre su espalda estallaría en cualquier momento.

-Si de saber que todo esto pasaría, hubiera preferido quedarme en la isla-.

Raúl se sorprendió. ¿Desde cuando Rubén pensaba así? ¿En que momento pasó?

-Rubius- se acercó cuidadosamente- Se que han pasado cosas difíciles, pero eso de lo de menos ahora...-fue interrumpido.

-¡Raúl, mi hermana casi muere!- sus lagrimas caían con bastante fuerza- ¡Llegué y destruí mi familia!- sus sollozos delataban el dolor y los destructivos pensamientos que rondaban su cabeza-No debí venir, yo no pertenezco aquí-.

-Rubius- habló suavemente- Tú no destruiste a tu familia, Mathias lo hizo. Intentando deshacerte de ti fue el inicio de todo, se que esto te sienta mal, pero date cuenta de que si te hubieras quedado en la isla no hubieras descubierto quien eres en verdad, no hubieras encontrado a tu familia, a Akira específicamente, no hubieras encontrado el amor con Samuel- rodeó con suavidad los brazos del castaño, buscando confortarlo, sabía la facilidad con la que Rubén se rayaba y ambos conocían la preocupación de Auron por aquel chico.

Como aquella vez que intentó bajar cocos por primera vez de una palmera, Auron se asustó muchísimo al verlo en lo alto, pues nunca le había enseñado como bajar aquellos frutos y podría ser muy peligroso para el pequeño. En ese momento, Rubius resbaló y cayó, el mayor logró detener su caída atrapándolo, pero eso no evitó que Auron saliera lastimado. Rubius se rayó muchísimo, pues su hermano estaba herido por su culpa, por su torpeza e imprudencia, sin embargo Auron lo perdono y consoló, pues ambos eran como hermanos y no había nada que los pudiera separar.

-Eres alguien muy fuerte, muy valiente e increíble y bajo todo lo que es la capa del príncipe Rubén, sigues siendo Rubius, mi hermanito, aquel chico que no teme a enfrentar los retos que se te pongan enfrente. Deja que Rubius sea tu escudo para salir adelante, no por que seas un príncipe significa que debas dejar de ser quien eres, solo míranos, estamos en la rama de un árbol en lugar de una habitación como las personas normales-.El castaño limpió cuidadosamente sus lagrimas, mientras sonreía tierna mente- Es verdad, salimos de la isla, pero la isla nunca saldrá de nosotros-.

Se unieron en un tierno abrazo, las palabras de Auron siempre lograban darle la tranquilidad que necesitaba.

—Todo saldrá bien, Rubén— susurró mientras acariciaba su espalda.

No te preocupes, amiguito— susurraba aquel muchacho en su oído, mientras lloraba en sus brazos— Todo estará bien, lo prometo—

🌸

—No entiendo qué haces aquí— Mathias observaba con furia a Rubén, era bastante temprano, así que el castaño escapó de la cama y la comodidad de los brazos de Samuel para tratar de hablar con su hermano.

—Vine a hablar contigo, Mathias—dijo firmemente. No le había dicho a nadie que iría a las celdas del castillo para eso, pues no lo hubieran permitido.

—Tú y yo no tenemos nada de que hablar, idiota— respondió agresivamente.

—Lo siento— dijo Rubén de la nada, confundiendo al pelinegro— Se que piensas que fue mi culpa que me nombraran heredero cuando éramos niños, así que me disculpo por eso—.

—No lo entiendo...— susurró, levantándose y caminando hacia los barrotes.

—Y te perdono, Mathias. Elegiste un mal camino, pero no es tarde para arrepentirse. Lo único que no perdonaré es que por tu culpa Akira casi muere, somos hermanos debemos apoyarnos entre nosotros —.

—Tú no eres mi hermano— susurró el joven— Nunca lo fuiste y nunca lo serás— le dio la espalda rápidamente.

—Te quiero, Mathias— respondió, sabía que su hermano no iba a responderle, no había motivos para esperarlo, así que solo dio la vuelta y se fue.

hola

||Valiente|| Karmaland 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora