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CAMILLE APENAS HABÍA PODIDO pegar un ojo por la noche. Luego de haber regresado a su casa, pasó el resto del día haciendo sus tareas atrasadas y preparándose para el examen escrito que tendría al día siguiente en Biología. Solo llevaban un mes y medio de clases, pero parecía como si los profesores en Forks fuesen mucho más exigentes que los de Chicago. Se esforzaba en realizar cada una de las tareas el doble en que lo hacía en su antigua ciudad. Y el yeso en su brazo hacía que tuviese una letra un tanto ilegible.
Al leer el capítulo del libro de texto, las palabras parecían no ser capaces de reemplazar sus propios pensamientos. La teoría Darwiana era tan aburrida frente a sus ojos, que sus pensamientos iban sin dudarlo a cierto chico en particular. Había intentado olvidarse de Emmett y de lo que estaba pasando en su cabeza, pero falló miserablemente un par de veces. Una vez en su habitación con partida, sacó la libreta debajo del colchón y leyó lo que había escrito. Tomó una lapicera y se forzó a escribir, pero no sentía ánimos de hacerlo. Releyó el texto, sintiendo sus mejillas enrojecerse cuando la protagonista había besado a Emmett.
Soltó un suspiro, guardando su texto una vez más debajo del colchón, en la misma oscuridad. Su musa se había ido, porque ella así lo había deseado. Entonces, sentada en su cama. Acercó sus manos a su rostro y murmuró en voz alta.
—Creo que me estoy enamorando de Emmett Cullen.
Escuchó un jadeo. Al girar su cabeza con sorpresa, Jessica estaba a sus espaldas, entrando a la habitación. Abrió sus ojos en par, no la había escuchado subir las escaleras. Había creído que estaría sola por un buen rato, ya que su prima se había quedado atrapada viendo un reality show con su madre y su tía. Estaba tan confiada con ese hecho, que siquiera había temido en cerrar la puerta. Deseó tener su propia capa de la invisibilidad para poder taparse con ella.
—¡Lo sabía!— gritó su prima, sentándose en la cama de Camille en menos de un milisegundo. Se sintió avergonzada de haber sido atrapada en ese momento, mientras estaba exponiendo sus propios pensamientos. ¿No había manera de poder retroceder el tiempo?— Necesito saberlo todo.
