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Lejos y cerca
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La semana transcurrió con normalidad, nada fuera de lo común salió.

En unos días tenía que presentarse en la casa del señor Zhan, junto con él y su agencia habían firmado en contrató para empezar con la edición del cómic de Dusk Till Dawn así que como el era el escritor original, tenía que estar al tanto de cada manejo de su novela.

Hoy era fin de semana y no tenía nada de trabajo, así que se dispuso a hacer las labores de la casa como todo ser humano. Limpio cada parte de la casa, obvio tuvo que despertar a Zhao Yao ya que también necesitaba limpiar su cuarto, regó las plantas y lavo la  ropa; si eso suena raro, pero es hombre también debo hacer labores. Además tenía una hija, por lo general podía llevar la ropa  a una lavandería pero no le gustaba que otros tocarán su ropa.

Una vez terminado todo ya eran las 12:00 p.m del medio día así que se dispuso a hacer el almuerzo para que el y su hija comerían, se dispuso a caminar a la cocina como Dios manda.

El timbre de la puerta sono haciendo que se parara  dispuesto a caminar hacia esta, asustado salto en su lugar chocando con la pared.

Su preciada hija a veces no mide el tiempo, pensó que había sido otra cosa pero no era ella. Como relámpago pasó por al frente de él sin dejar que se moviera, impacto chasque la lengua negando con la cabeza. Ya no sabía que había criado, si una niña o un corre caminos.

Doblando llegó a la sala, encumbrándose con la visita menos inesperada.

Cruzo los brazos fruncido el ceño.

Lo más impactante y hasta sorprendente estaba cargado a Zhao Yao en sus brazos mientras cerraba la puerta.

—¿Quién dijo que podías entrar sin mi permiso en mi casa? ¿Además de cargar a mi hija?

—Bueno yo.....-sin dejarlo que terminara volvió a hablar.

—Mi casa, mis reglas. Pero ya no importa. Ahora regreso. No te muevas.-amenaza y se voltea.

Lan Xi Chen, bajo a la niña sonriendo.

Miro al contrario que ya se había volteado, camino hasta el asiento donde la niña lo dirigía pero su instinto hizo que no lo hiciera. El grito de la trigueña hizo que volteará la cara dirigiendo su mirada a donde veía esta.

Si no hubiese reaccionaba a tiempo ya Jiang Cheng estuviera en el suelo.

Sosteniéndolo en sus brazos, lo miró inspeccionando si tenía algún daño, gracias a Dios no tenía nada. Sólo tenía un poco de fatiga, al parecer no había desayunado nada mientras hacía las labores de la casa.

Conduciendolo al sofá lo recostó y busco un vaso de agua, una vez que regresó le extendió el vaso sin soltarlo.

Triste Zhao Yao sostenía la mano de su papá sin soltarla, era la primera vez que veía a su padre de esa manera y le asustaba. Con un puchero en sus labios se acercó a su papá.

—Papá ¿te sientes bien?

-aleja su vaso, sonriendo la mira- Claro, sólo fue en pequeño desmayo. Nada importante.

—¿¡Papá!?-dice enojada, sorprendiendo a ambos mayores.

—¿Porque gritas? Ven..-abre sus brazos a lo que la trigueña se acerca pegando su cabeza a su pecho.- No es nada, o sea , solo me desmaye perdón si te asuste no era mi intención. Me perdonas.

La niña lo mira unos segundos antes de asentir mientras su cabeza seguía en el pecho de su padre.

El contrario que miraba la escena sosteniendo el vaso en la mano, sonrió.

Le hacía feliz verlos así. Tosió llevando su mano a su boca. No quería interrumpir el momento pero era incómodo el momento.

—Oh tu estas aquí.-dice con obviedad.

—Si estoy aquí. ¿Porque no vamos a comer algo? después de esto; ¿no les dio hambre?

Zhao Yao y Jiang Cheng se miraron mutuamente unos segundos.

Sabía que la niña diría si, pero si fuera por Jiang Cheng el no, reinaría sobre todo. De todas maneras ya tenía algo planeado si decía aquella palabra.

—Esta bien, pero antes tengo que mandar algo a mi jefe y Zhao Yao y yo tenemos que tomar un baño.

—Yo espero.-sonríe y se acomoda en el asiento.

—Eso es bueno, no te duermas.- tomando a la trigueña en brazos caminaron alejándose del contrario perdiéndose por el pasillo.

Mientras esperaba, llevo a la cocina el vaso y regresó. Con la mirada observó cada parte de la casa, su vista sobre callo en las fotos que había en las paredes y las mesitas. Cada una refleja cada parte se la infancia de Zhao Yao.

Tomando un cuadro en la mano sonrió, nunca había visto este tipo de cosas.

Si se ponía a pensar cuando decidió que esa mujer tuviera su hija no pensó muy bien las cosas, pero no podía dejarla que viviera hay.

Si, ella era un demonio de hielo pero....quería que su forma de vivir fuera diferente.

Tiempo después los tres se encontraban fuera de una heladería.

Lan Xi Chen tenían una mirada normal, Zhao Yao sonreía y Jiang Cheng tenía el ceño fruncido.

—¿Entramos?-pregunto mirando a los dos que estaban a su derecha.

—Un momento..- miro a su hija- sólo por hoy comerás helado todo lo que quieras, ¿vale?

Esta asintió mientras asentía con la cabeza y entraña, seguida por ambos adultos.

—¿Que estricto eres?

—¿Y tu un sabelo todo?- busca con la vista a si hija y la encuentra.- Si como demasiada comida se pone demasiado imperactiva. Así que comerá solo por hoy.

—¿Y como la controlaras?-pregunta.

—Yo no lo haré.-sentándose al lado de su hija y el mayor frente de él le sonríe con diversión.- Lo harás tu. Es tu primera labor como padre.

Impactado y sin saber que decir su vista se pierde, cerrando sus ojos toma un breve suspiro y mira a la niña que está a su lado.

Era su hija así que no podía negarse, pero....¿como se criaba a una niña? Ni sabía por donde comenzar, sólo había pensado en esto y nunca pensó que era así tan rápido.

—¿Me ayudarás?-pregunta buscando un poco de compasión.

—Eh.. No. Estoy aquí para disfrutar ahora, quiero ver algo. Si sabes cómo llevar un reino, digo en unos días llevarás el Reino del Invierno como me dijo mi jefe. Así que no es tan difícil ganar el corazón de una niña.-sonríe llamano a la mesera.

—Señor Xi Chen.-llama la trigueña al mayor.

—Si...

—Tome...- le extiende una pequeña flor.- No le causaré muchos problemas.

















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🌌Dusk Till Dawn🌌Where stories live. Discover now