Cuando una rara afección se presenta en el mundo, la liga de la justicia y los vengadores deberán unirse y usar todo elemento a su favor para evitar que el planeta se suma en el caos.
Una oscura y fría noche en Gotham. La lluvia golpea suavemente los edificios y a los pocos autos y transeúntes que se encuentran en las calles durante la madrugada. Durante el día la vida es buena, el crimen a bajado y las personas pueden salir de sus hogares sin miedo a perder sus pertenencias o su vida, pero en las noches el miedo regresa. Todo gracias al ente que protege a la ciudad bajo sus alas. Nadie lo ha visto con claridad y rara vez sale de día. Los criminales le tienen miedo, lo creen un espectro o un vampiro, que acecha en las sombras a todo aquel que rompa la ley. Nunca ha atacado inocentes, pero estos también le temen, pues los lugares donde ataca se ven cubiertos de sangre y dolor mientras los criminales son recogidos por la policía con huesos fracturados, hemorragias internas y algunas veces miembros cercenados, el terror no es a la muerte, sino a algo mucho peor.
Pocos saben que bajo la intimidante figura del murciélago, hay un hombre, un simple humano sin cualidades sobresalientes más allá de su gran intelecto. Un mortal que camina entre los nuevos dioses.
La noche esta tranquila y el vigilante no tiene pistas que seguir, por lo que se ha tomado un merecido descanso. Pero este es interrumpido cuando la alarma de la cueva bajo la mansión Wayne se activa, a lo que el propietario del hogar baja a revisar, tratándose de algo rutinario para el, un motín en Arkham.
Rápidamente se coloca su traje, sube a su avión y salta de el una vez sobre el asilo, arrojando varias bombas de humo al aterrizar. Muchos de los lunáticos corren al interior del edificio nada más ver al espectro, pero los más valientes, y los más locos, correr hacía el, con la intención de acabarlo. Los golpes no tardan en llegar y a Batman no le toma mucho deshacerse de los internos, para así entrar al manicomio, que esta vuelto un infierno. Recorre los pasillos, dejando fuera de combate a los reclusos y poniendo a salvo a los trabajadores, hasta que un rayo azul impacta contra una pared, congelandola en el acto. Señor frío dobla la esquina, apuntando con su enorme arma al justiciero al verlo.
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- ¡¡Maldito!!- grita antes de disparar, cosa que Batman esquiva sin dificultad para comenzar a acercarse, mientras Freeze continua con sus ataques - Tu me metiste aquí, tu me impediste tomar venganza, tu me negaste la oportunidad de buscar una cura ¡Tu mataste a mi esposa!- grito al final con lagrimas amenazando salir de sus ojos, disparando directamente contra Batman, quien logro cubrirse con su capa. Freeze se acerca para comprobar que su víctima este muerta, pero la capa congelada se rompe en pedazos y detrás de ella Batman lanza un Batarang al arma del criminal, explotando justo antes de que lograse disparar. Frío retrocede por la explosión y dos gacho se incrustan en la pared a cada lado suyo, antes de que Batman los active para acercarse a el con impulso y embestirlo en el pecho con las piernas, haciendo que ambos atraviesen la pared para terminar en la cocina. Una vez allí, Bruce golpea una y otra vez el vidrio sobre la cabeza del criminal hasta romperlo y retirarse, sabiendo que Freeze no sera una amenaza. El señor frío, en su desesperación, termina metiendo la cabeza en un congelador para evitar morir.
Batman continua su camino, dejando fuera de combate a Firefly, Maxi Zeus, Tarantula, Pinguino, Dos caras y algunos otros locos menores. Continua su camino, observando cadáveres a medio comer y percatándose de un olor a alcantarilla, saltando justo a tiempo para evitar que Killer Croc lo atrape, pasando sobre su cabeza para aterrizar a sus espaldas.
