Un día como cualquier otro mi Mate el Alpha de La Manada Luna Azul Damien White el chico más codiciado y deseado por todas las Lobas de la Manada, me rechazó como su Mate.
"Yo Damien White Alpha de La Manada Luna Azul te rechazo a ti Elena Black co...
Después de rechazar a Elena sentí que una parte de mí se había muerto, mi Lobo interior Kyle estaba triste y enojado conmigo, por haber rechazado a nuestra Mate.
Me fui del bosque corriendo a toda velocidad a la casa de Elena (como se muestra en la imagen multimedia de abajo)
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Al llegar, abrí la puerta y no estaba por ningún lado, gritaba su nombre desesperado por encontrarla, bajé las escaleras que eran de madera con pasamanos con varios detalles.
Me detuve en la sala de estar y vi una carta en la mesa de centro de madera, la abrí y decía lo siguiente:
"Damien...
A decir verdad... No sé qué fue lo qué hice mal y no necesito saberlo ya que con tú rechazo me lo dijiste todo, al mirarte a los ojos me di cuenta de que jamás me habías amado de verdad, fui tan estúpida por haberme dejado llevar por lo que sentía por ti.
No es enojo lo que siento, es más bien decepción lo que estoy sintiendo y más aún estando embarazada, si, si así como lo estás leyendo, estoy embarazada de tu cachorro al cual también rechazaste, deseaba contártelo más que a nadie pero... ni siquiera me diste la oportunidad de decírtelo y ahora te lo digo a través de esta carta que dudo mucho que la leas, pero si la lees quiero que sepas que si conocerás a tu hijo pero eso será cuando yo regrese... espero de todo corazón que vivas tu vida como siempre quisiste...
Adiós Damien...
Elena..."
No pude evitar derrumbarme en el suelo otra vez, lloré cerca de una hora y a decir verdad nunca había sentido esta clase de desesperación y sentimiento de culpa.
No sólo rechacé a mi Mate sino también a mi cachorro, y es algo con lo que tendré que vivir ya que no me va ha alcanzar la vida para que Elena y mi cachorro me perdonen.
Salí corriendo de la casa de Elena, me dirigí al bosque pensando que la encontraría allí ya que cuando ella se enojaba conmigo se iba al bosque y se dirigía a un pequeño sendero que daba a un río con una hermosa cascada, rodeada de árboles, plantas y demás.
Al llegar allí no vi a Elena, me quería volver loco no aceptaba la realidad de las cosas, no daba crédito a lo que había dicho y hecho a mi Mate y mucho menos aceptaba que la había perdido para siempre.
Me transformé, corrí y corrí hasta llegar a la cima de un acantilado me detuve y solté un aullido lleno de dolor y arrepentimiento.
A los pocos minutos escuché un aullido e inmediatamente supe de quién era.
No lo dudé ni dos veces cuando ya estaba corriendo desesperado por llegar a la carretera para llegar hacia ella.
