Mi Mate y Yo

Capítulo 3 "En busca de una oportunidad" parte 1

Narra Elena

Desperté gracias al llanto de Mateo, quien tenía hambre, me levanté y lo cargué en brazos a la cocina para darle de comer.

Al llegar a la cocina vi a Damien, durmiendo en el sofá lo ignoré y le di su biberón a Mateo.

Después de alimentarlo, lo dejé a en mi cuarto y fui a despertar a Damien.

No se despertaba y luego de batallar por varios minutos no logré nada, entonces me harté.

-¡Despierta estúpido simio!-Grité con todas mis fuerzas.

Y había logrado despertarlo, se cayó del sofá. -¡Me comí todos los vegetales! ¡Lo juro!-Me aguanté la risa.

-Buenos días perezoso.-Dije aguantando la risa y finalmente me reí.

-¡¡Elena Black!! ¡¿Por qué me despiertas así?!-Me reclama asustado.

-No, te despertabas y además no iba esperar todo el día.-

Bajó la cabeza y no dijo nada.

-Levántate si quieres estar con tu hijo.-Asintió y fue con Mateo, fui con él pisándole los talones.

Llegamos a la habitación y vimos a Mateo, dormido que por fortuna no había escuchado los gritos de Damien y los míos.

Entramos, nos recostamos en la cama con Mateo, durmiendo. El sueño nos ganó a los dos y nos quedamos dormidos.

Al poco rato despierto y me doy cuenta de que Damien me está abrazando de la cintura, intento liberarme de su agarre pero no pude, su agarre se volvió más fuerte.

Tomé una de las almohadas y se la di para que la abrazara así logrando liberarme de su agarre.

Fui a mi armario y saqué de él un pantalón de mezclilla, una blusa azul marino, un suéter negro con capucha y unos tenis blanco con negro.

Me cambié y vi que Damien y Mateo, seguían dormidos todavía entonces aproveché para salir un momento fuera de la casa y admirar el paisaje un momento y pensar en todo lo que me había enterado ayer.

A decir verdad sentí una gran impotencia y enojo al saber que... por culpa de Damien,.. Meredith, había muerto.

Meredith, era una persona alegre, carismática, una sola de sus sonrisas te contagiaba, era valiente, fría cuando tenía que serlo, pero dentro de todo era una gran mujer.

Cuando supe que había muerto... me sentí culpable pero luego entendí en ese momento que la culpa no me serviría de nada. Y además Meredith, odiaría verme así.

En eso sentí el olor de Damien y Mateo acercarse, volteé y los vi en la entrada de la casa.

Sonreí a Mateo, y lo tomé en brazos y le di un beso en la mejilla. Damien me mira detenidamente desde mi rostro hasta mi busto. ¡Depravado!

Lo miro un momento y desvió su mirada a otro lado.

Después de varios minutos tediosos Damien, rompe el silencio.

-Elena... Yo... no te pido que me perdones ni mucho menos que no me odies... Lo que quiero decir es que... me des una oportunidad de ganarme tu confianza, tu afecto y sino funciona te dejaré en paz y no volveré a molestarte.-

Suspiré un momento y dije:-Damien... odiarte es una cosa, pero... perdonarte es algo que ya hice hace 6 meses atrás pero no del todo... y no sé si sea capaz de darte otra oportunidad... no lo sé.-