Capitulo 7

718 96 137
                                    

El jueves había llegado, pero que terrible día. Alex despertó quejándose levemente, se había desvelado toda la noche por hablar con Elizabeth, al menos su madre no se había dado cuenta.

Se sentó en la cama y bostezo mientras tallaba su ojo izquierdo no muy cuidadosamente, tomó su celular y lo desconectó, se sintió feliz al ver el 100% en el dispositivo. Se levantó intentando ignorar el frío de la mañana y fue a buscar su ropa, miro su muñeca y sonrió al ver un verde casi puro.

Salió de su cuarto y fue abajo donde su madre estaba desayunando. –¡Mamá! –Gritó emocionado, haciendo que Rachel saltara levemente.

–¡Alexander! Asustas. –Golpeó el hombro de su hijo suavemente. –¿porque tanto escándalo? Y ¿porque no te has cambiado?

–¡Mira! –Le mostró su muñeca y su madre jadeó de sorpresa. –¿tenemos ropa verde? Ya quiero salir con ese color. –Rachel sonrío y asintió suavemente, fue hacia el piso de arriba y Alex aprovechó para comenzar a desayunar los panqueques que había preparado con casi desesperación.

–Encontré esto. –dijo sosteniendo una camisa verde de botones, el caribeño notó un pantalón negro que reposaba en su brazo, eso era lo bueno, nunca verías a nadie con el color negro en su muñeca, pues el color representaba muerte. Se limpió sus labios con la servilleta y se levantó para ver la ropa.

–Me encanta ma, gracias. –Beso su mejilla y subió rápidamente para cambiarse, Rachel sonrío suavemente, le alegraba ver a su hijo tan feliz.

Alex bajo cuando ya estaba completamente listo, se despidió de su madre. –Quiero que invites a ese niño John para comer mañana, ¿bien? Quiero conocerlo. –Alex asintió y salió corriendo, alcanzando el autobús, extrañamente no encontró a John y se pasó solo la mayor parte del viaje.

***

Elizabeth Schuyler se encontraba en una banca, comiendo una barra de granola mientras estaba hipnotizada por cierta persona, sus curvas le parecían preciosas y sus labios se movían con delicadeza cuando hablaba, apoyo su codo en su rodilla y descanso su cabeza en su mano, admirando a la otra roja, María Reynolds.

Sus pensamientos eran tan fuertes que solo se dio cuenta de la presencia del caribeño cuando este habló. –Está viendo a su novia, que bonito. –Dijo alegremente, Eliza se sonrojó y golpeó la nuca de su amigo.

-Sabes que, te diría que te callarás, pero me puedo vengar, ¡John y Alex son novios, se besan, se pasan el chicle, se-! –prácticamente gritó antes de que Alex le tapara la boca, sumamente sonrojado, Eliza lamió la mano de Alex para que la dejara ir y el caribeño soltó un gritito.

–¡Estúpida mi mano! –Limpio si palma contra las ropas de la roja la cual no dejaba de reír, aunque escuchó una risa suave detrás de él, volteó y se encontró con el chico más hermoso, quien sorpresivamente también estaba vestido de verde. –H-Hola...

–Hola...

–Te dejó con tu novio. –le susurro Eliza y se alejó muy alegre, John se sonrojó y se sentó a un lado de Alex.

–Es agradable poder sonreírte sin estar escondidos, ¿no crees? –Alex asintió y sonrió ensimismado, se sumió en sus pensamientos, apenas escuchando un >>creo que me...<< hasta que John chasqueó sus dedos frente a él. –¿me estás escuchando?

–¡S-Si! Claro, ¿crees que te qué?

–Mmm, ya no te voy a decir por no hacerme caso. –se levantó pareciendo dispuesto a irse, aún con la sonrisa en su rostro.

–No, dime... –comenzó a seguirlo, intentando que volteara, todo parecía inútil hasta qué pasó sus brazos por el torso del contrario y lo abrazo suavemente por detrás. –Dime... –susurro apoyando su mejilla en la espalda de contrario.

Green [Lams]Where stories live. Discover now