Epílogo

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Miró su reflejo y se obligó a sonreír, se sentía nervioso, no sabía si sería suficiente y eso le aterraba.

—Amor, ¿qué haces? —Miró hacia el chico detrás de él y suspiró.

—No sé... ¿estás seguro de esto? —Preguntó, Alex rió dulcemente y se acercó para acariciar su mejilla.

—¿Seguro de que? ¿Casarme contigo? ¡Obviamente! —El caribeño se acercó y le abrazó por la espalda. —No puedo imaginarme mi vida con alguien más...

—¿Ni con Eli? —Bromeó el castaño, Alex volvió a reír, cosa que hizo que John sonriera, su risa realmente era preciosa.

—Ni con Eli... —Cerró sus ojos y besó su mejilla. —Vamos ya, mi madre nos asesinará si no llegamos temprano.

John asintió, si era honesto Rachel a veces le daba miedo, pero no podría decirlo en voz alta. Menos después de que cuando pudieron regresar las amenazas en la mesa crecieron, solo aumento su paranoia.

Ambos se tomaron de la mano y se dirigieron fuera de la habitación, donde fueron interceptados por Eliza y Martha.

—Hasta que al fin salen, vamos, se tienen que cambiar y ya saben que ver a la novia antes de la boda es de mala suerte. —Habló Eliza. —John tapate los ojos por favor. —Alex fingió estar ofendido y golpeó a su amiga en el hombro.

—No seas tonta. —Rió suavemente y se volteó con John. —Te veo pronto futuro esposo. —Tomó las mejillas de su prometido y le dio un beso dulce antes de alejarse.

John se quedó embobado viendo como el caribeño se alejaba, tanto que Martha tuvo que arrastrarlo a donde se cambiaria.

***

Alex se sonrió a sí mismo en el espejo, casi sintiendo que lloraría. Era su boda. Se estaba casando con el amor de su vida después de casi 6 años juntos.

Fueron casi 5 meses de planear, y los años anteriores solo eran soñar con ese día, y cuando John se lo propuso en la cena de su cumpleaños tuvo que pellizcarse para cerciorarse de que no fuera una fantasía.

—¿Alex? ¿Estas listo? —Escuchó la armoniosa voz de su madre, así que volteó para verla.

—Hola ma... —Rachel lo miró y sus ojos brillaron con orgullo, se acercó a abrazar a su hijo y sonrió.

—Mi amor, te ves increíble. —Se separó un poco para poder observar su rostro. —Me siento tan feliz por ti. —Sus ojos se cristalizaron, soltó un sollozo entrecortado. -Como pasan los años, ¿no? Se siente como si apenas ayer te hubiera visto tan pequeño, comiendo tierra.

—Mamá. —Se quejó Alex deshaciéndose de sus propias lágrimas.

—Y ahora, a punto de casarte. —Ambos se sonrieron dulcemente. —No llores, ¿sí? Me imaginó lo mucho que le costó a Eli hacerte ver así de lindo.

—Bien, no lloro. —Se limpió las mejillas y miró a su madre, se sintió pequeño, como si los años no hubieran pasado. Todo hasta que la puerta se abrió abruptamente.

—Oh, lamento interrumpir, pero ya es hora. —Esa oración hizo que Alex tuvieran un escalofrío, asintió y salió junto con su madre.

Pudo escuchar a la gente hablando detrás de la puerta, tragó duro y sintió como comenzaba a ponerse nervioso, ¿Y si olvidaba que debía decir? ¿Y si alguien se oponía? ¿Y si John no quería casarse?

Toda preocupación fue borrada cuando su madre le ofreció su brazo para que los sostuviera, suspiró y se repitió a si mismo que todo estaría bien. Observó como las puertas se abrían mientras tomaba el brazo de Rachel.

John había estado hablando con Laff, quien sería su padrino, hasta que escuchó la música. Miró hacia el final del pasillo y divisó a su prometido. Se veía extremadamente hermoso.

Vestía un traje negro, al igual que él, pues eso se permitía en las bodas. Aunque mantuvo su esencia con una bella corona de flores de colores azul y amarillas pasteles. Caminó a paso lento, saludando a los invitados, tratando de mantener su nerviosismo a raya.

John pudo analizar a quienes saludaba, mirando a sus amigos, a sus familiares y conocidos. El castaño suspiró y giró su mirada hacia la parte izquierda del salón, la primera fila. Ophelia le dedicó una sonrisa.

De alguna forma y en algún momento sintió el deseo de que su padre estuviera ahí, aunque más tarde comprendió que, aunque fuera de su sangre, nunca fue familia. Su tía se había vuelto su única familia biológica. Y ahora Alex sería su familia.

Pero, aunque lo pospusiera con esos pensamientos, llego lo inevitable, encontrase frente a frente con el caribeño. Su madre tomó su mano y la acercó a John.

—Gracias por hacer tan feliz a mi hijo, John... —Le agradeció la mujer antes de dejar que su hijo tomara la mano del pecoso.

—Hola. —Saludó el caribeño al subir el pequeño escalón para estar frente a John.

—Hola. —Se sonrieron justo antes de la ceremonia donde se volvieron esposos legalmente. Aunque para ellos aún faltaba lo más "simbólico."

Después de firmar, Alex miró con ternura como una pequeña se acercaba a ellos con dos anillos.

—Sophie, ¿Qué tal pequeña? —La niña le sonrió a Alex, era una amarilla y sobrina, casi hija adoptiva, de María. Le ofreció la almohadita que sostenía a ambos y John tomó un anillo primero.

—Alex yo...no sabes lo mucho que te amo. No creo que todas las palabras del mundo expresen de alguna manera lo que siento por ti, me conoces como nadie lo hace, me amas a pesar de todo y por eso no quiero esperar a estar toda mi vida contigo. —El castaño tomó la mano de Alex, colocándole el anillo con una sonrisa. —Aceptó estar aquí, solo para ti.

El caribeño tomó aire antes de hablar y tomar el otro anillo. —Siempre me dejas sin que decir. —Rió un poco y volvió a tomar más aire. —Eres el amor de mi vida, creo que nunca me he cansado en decírtelo. Recuerdo cuando me gradué, cuando logramos cosas, y mi parte favorita siempre fue ver el orgullo en tus ojos, ver a la persona que más ha confiado en mí a pesar de lo que haya ocurrido en el pasado, me haces darme cuenta cada segundo qué pasó contigo que acepto a todo, solo si significa estar contigo al final del día. Te amo, Laurens. Te amo demasiado.

John miró como su Alex le colocaba el anillo y sonrió melancólico. —¿Siempre tienes que ser tan extra con las palabras?

—Oh, sabes que soy mejor orador que tú. Ahora, ¿porque no besas a tu esposo? —El pecoso asintió y se acercó a poseer sus labios, un beso lleno de sentimiento y cariño, que pudo callar incluso los gritos y celebraciones de la gente alrededor.

Un simple beso que les dejó en claro con quien querían pasar la eternidad. Juntos, siendo un solo color en sinfonía, un tono que ni las más bellas palabras pudieran describir. Un verde, tal vez eso eran. Juntos.

Fin.

***

Les dejare las notas en el próximo capítulo porque voy a hablar mucho 🤠❤️.

¿Qué les pareció el epílogo?

Green [Lams]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin