ᴘᴏʟʏᴇsᴛᴇʀ

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ʟᴇᴇʀ ᴄᴏɴ "sᴄᴀʀʏ ʟᴏᴠᴇ -ᴛʜᴇ ɴᴇɪɢʜʙᴏᴜʀʜᴏᴏᴅ"

Era su día libre así que caminaba tranquilamente en el centro comercial de Los Santos, admirando las vitrinas con gran ilusión pensando en qué podría regalarle a sus seres queridos

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Era su día libre así que caminaba tranquilamente en el centro comercial de Los Santos, admirando las vitrinas con gran ilusión pensando en qué podría regalarle a sus seres queridos. Las decoraciones de Navidad sin duda eran lo que más llamaba su atención, logrando llenar su corazón de una sensación cálida. Paró frente a una cafetería para poder comprar un chocolate, no era un secreto que odiaba el café por su amargo sabor.

—Hola, buen día, ¿Qué desea llevar?— el chico le sonrió amable mientras esperaba pacientemente la orden.

—Quisiera un chocolate caliente mediano, por favor.

—Chocolate caliente mediano.— repitió el castaño solo para confirmar el pedido. —Sería 1 dolar con 99 por favor.— Horacio sacó un billete y pagó. —Bien, le entrega mi compañera.— le entregó un ticket junto con la última sonrisa.

Dio unos pasos mientras repasaba mentalmente su lista de personas a las que iba a comprar un regalo; Conway, Gustabo, Michelle, Volkov y Greco, eran pocas personas pero eran las más allegadas a él además de ser las únicas que consideraba verdaderamente su familia.

—¿Chocolate caliente mediano?

—Oh, es mío.— se acercó dejando en la barra el ticket, la chica solo lo miró y asintió.

—Que lo disfrute.

Salió de la cafetería volviendo a su recorrido entre las tiendas, en busca de los regalos perfectos además quería organizar un pequeño intercambio entre la malla y estaba seguro que el Super no le diría que no. Paró frente a una tienda de ropa donde Gustabo solía comprar sus camisetas y pantalones, se adentró y a los minutos salió con dos bolsas en sus manos, ahora podía tachar a su hermano de la lista. Siguió caminando hasta que encontró una barbería, ¡Era perfecto!, minutos más tarde una bolsa con productos para el cuidado y mantenimiento de una buena barba colgaba de su muñeca.

Para Michelle pensaba algo que seguro le causaría algo de enojo y risa pero terminaría utilizando. Entró a una tienda de lencería para damas y terminó comprando un lindo conjunto de sujetador, bragas y medias, todo era negro pero el encaje lo hacía ver elegante y sexy.

El regalo de Conway no fue nada fácil de escoger ya que al hombre no le gustaba nada, además de la violencia y las armas, pero no podía regalarle una porra o una pistolera nueva; después de minutos de pensar y reflexionar una idea vino a su mente recordando que su jefe siempre se quejaba de la poca duración de los mecheros baratos que vendían en el badulake. Terminó comprando un lindo mechero de gasolina que mandó a rotular con las palabras "God" en grande, se lo entregarían en un par de días pero podía esperar.

Ahora solo faltaba el regalo de su Comisario favorito, lo había dejado al último para darse su tiempo y pensar en qué darle, quería quedar bien con el ruso además de demostrar que le ponía atención aunque nunca había escuchado a Volkov hablar de sus gustos o algo más allá del trabajo, ni en su pijamada.

Vagó por el centro comercial hasta que se dio por vencido pensando en volver en otro día y dedicar todo el tiempo en buscar un regalo especial; pero recordó el juego de vídeo que había llamado su atención un par de días atrás, cuando un niño que acompañaba a su madre a hacer una denuncia se lo mostró, Animal Crossing. Fue hasta una tienda que vendía todo ese tipo de cosas, entró y buscó el juego que encontró a los pocos segundos, al parecer era muy famoso; en el caminó a la caja algo llamó su atención. Una figura de una chica con pelo negro, vestido blanco, alas negras y dos cuernos lo hizo recordar aquel sticker que Greco había pegado a la taquilla de Volkov, que cuando la vio solo se sonrojo hasta las orejas.

—¿Puedo ayudarle en algo?— una linda y pequeña chica llamó su atención, parecía salida de uno de esos animes.

—Estoy buscando un regalo para un amigo, ¿Quién es esta?— preguntó señalando a la figura de la mujer ángel-demonio.

—¿No sabe quién es?— la chica anime abrió los ojos sorprendida mientras Horacio solo negaba con la cabeza apenado. —Esta es Albedo, es la supervisora de los Guardianes de Piso, en la Gran Tumba de Nazarick. Es la encargada de la dirección general y supervisa las actividades de los Guardianes de los Siete Pisos, lo que significa que se sitúa por encima de todos los otros NPC's en Nazarick. Es la hermana de Nigredo y Rubedo.— el de la cresta solo atinó a asentir un poco, fingiendo que entendía. —Entonces, ¿Se la lleva?— sonrió de una manera tierna que seguramente lograba que más de uno llevara cualquier producto de la tienda.

—Claro.
 

Heather ☣ volkacio ☣ AUWhere stories live. Discover now