ᴀɴɢᴇʟ

2.9K 369 100
                                    

ʟᴇᴇʀ ᴄᴏɴ "ᴀʀᴇ ʏᴏᴜ ʙᴏʀᴇᴅ ʏᴇᴛ? -ᴡᴀʟʟᴏᴡs ғᴛ. ᴄʟᴀɪʀᴏ"

—Vamos Conway, por favor

اوووه! هذه الصورة لا تتبع إرشادات المحتوى الخاصة بنا. لمتابعة النشر، يرجى إزالتها أو تحميل صورة أخرى.

—Vamos Conway, por favor.— hizo un puchero mientras entrelazaban sus manos y hacía la mejor cara de cachorrito abandonado.

—Que no.— el hombre se estaba empezando a cansar por la insistencia del menor y seguramente terminaría golpeandole con la porra.

—¿Qué no qué?— la puerta del despacho de Conway se abrió mostrando a un hombre rubio de chaqueta roja.

—¡Gustabo!— gritó levantándose de su lugar y corriendo hasta su hermano.

Pocas veces lograba ver a su mejor amigo ya que el CNI lo explotaba todos los días al menos 12 horas y era poco el tiempo que tenía para dormir o hacer cosas fuera de su trabajo como infiltrado.

—¡Te extrañé!— abrazó con fuerza al mayor posando su cabeza sobre el hombro del otro, que le devolvió el gesto igual de emocionado. Se separaron para sentarse en las sillas frente al Superintendente.

—¿Qué ocurre con el viejo?— preguntó señalando al hombre que solo lo fulminó con la mirada dejando los trámites de lado, para hablar con los chicos.

—No quiere que celebremos la Navidad en su casa.— acusó a Conway con su hermano. —Yo quiero estar contigo, con Michelle, Volkov, Greco y el Super, pero no quiere prestarnos su casa.

—¿Y por qué no en la tuya?

—Ya le dije que no es tan grande como la suya y no vamos a caber.— en su tono se mostraba lo frustrado que estaba, la Navidad era la fiesta más importante para él.

—Vamos Conway, deje que hagamos la fiesta ahí, Horacio y yo prometemos limpiar todo y dejar las cosas en su lugar.— Gustabo era el único capaz de hacer cambiar al hombre de parecer.

—Esta bien.— respondió luego de un par de minutos donde Horacio lo miraba fijamente y el rubio solo se recargaba en el posa brazos de la silla. —Pero si una sola puta silla está fuera de su lugar, se la verán conmigo, anormales.— el de la cresta aplaudió emocionado.

—Tengo que ir a comprar lo que necesito para hacer la cena y tú tienes que comprar los regalos de Navidad.— se giró a ver a su hermano que asintió con una sonrisa por ver al menor tan feliz. —¿Conway puedo...?

—Vete a tomar por culo.— lo interrumpió mientras el ojimiel se levantaba y corría lejos de la oficina.

—¡Ahora vuelvo, voy a cambiarme!— gritó cuando estuvo unos metros alejado.

—¿Podrá preparar la cena o tengo que pedir una pizza?— Conway levantó una ceja a Gustabo que negó con la cabeza divertido.

—No lo creo, la Navidad siempre ha sido su época favorita en todo el año así que no creo que necesite ayuda a cocinar, además cuando algo se le mete en la cabeza no hay manera humana para sacarle esa idea.— sonrió pensando en su hermano. —¿Y qué tal las cosas aquí? ¿Me extraña?— preguntó en todo coqueto, como siempre, jugando con el Superintendente.

—¿Tu que crees, subnormal?— Conway sonrió un poco de lado, correspondiendo el coqueteo de Gustabo.

El rubio se levantó caminando hacia el mayor pero cuando iba a acercarse más la puerta se abrió.

—¡Gustabo! ¡No tenemos todo en día, corre!— Horacio acomodó su gorro apresurando a su mejor amigo.

—Ya voy.— rodó los ojos yendo a la salida pero antes de poder irse del todo, besó los labios del Superintendente.

Heather ☣ volkacio ☣ AUحيث تعيش القصص. اكتشف الآن