ᴡɪsʜ ɪ ᴡᴇʀᴇ

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ʟᴇᴇʀ ᴄᴏɴ "ᴠɪᴅᴇᴏɢᴀᴍᴇs -ʟᴀɴᴀ ᴅᴇʟ ʀᴇʏ"

Su horario de trabajo le gustaba mucho, porque la noche era un poco más tranquila que el día, tal vez había alguna alerta sobre un robo con arma blanca pero siempre eran situaciones que podía controlar

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Su horario de trabajo le gustaba mucho, porque la noche era un poco más tranquila que el día, tal vez había alguna alerta sobre un robo con arma blanca pero siempre eran situaciones que podía controlar.

Aunque a veces las cosas se tornaban muy aburridas, como ahora que ordenaba papeleo de hace años, a Conway le gustaba mantenerlo ocupado.

Suspiró al darse cuenta que había olvidado un expediente en la oficina de abajo, la que estaba al lado de los calabozos. Dejó todo lo que estaba haciendo para bajar al sótano, la verdad estaba aburrido pero llevaba más de media hora viendo vídeos de "cosas que no sabías hace 5 minutos" y en verdad era entretenido. Bajaba los escalones dando leves brincos por cada peldaño, parecía un niño pequeño aunque todos en comisaría ya sabían eso y estaban totalmente acostumbrados.

—Te encontré.— sonrió victorioso con la carpeta en mano, después de rebuscar entre los cajones del gran archivero.

—¿Saldrás con ella?— sin saber por qué se metió en el espacio para los pies del escritorio, no quería escuchar conversaciones privadas pero ya no podía escapar de su pequeño escondite.

—Pues... Sí.— se escuchó el sonido de una de las celdas, seguramente habían detenido a algún ladrón.

—Tienes que llevarla a una cita pero nada de esas mierdas de McDonald's.— el ruso emitió un sonido de afirmación. —Tienes que formar tu familia Volkov, no toda la vida estaremos trabajando en el CNP y al final del día deberías ir a casa con tu esposa e hijos.— Horacio colocó una mano sobre su boca para evitar emitir un sonido de sorpresa que lo delatara.

—Ya hablamos de esto Conway.— Volkov suspiró mientras abría la puerta para poder subir a la armería de comisaría y dejar lo que le había decomisado al asaltante.

—A ver.— su tono se suavizó así que ahora parecía ser una amena plática de amigos. —¿Te gusta Sloan?

—Si.— Horacio casi suelta un grito al sentir como el Comisario se recargaba en el escritorio.

—¿Ella gusta de ti?

—Mhm.

—¿Siguen saliendo?

—10-4.

—Entonces no hay ningún puto problema.— sintió como Conway se sentaba en el escritorio, la sensación de que en cualquier momento lo descubrirían estaba ahí. —A menos que haya alguien más.— eso lo hizo poner su total atención. —¿Te gusta alguien más, Volkov?

Hubo unos segundos de silencio que para Horacio fue una eternidad, solo quería saber si el ruso lo tomaba en cuenta como un partido para su vida sentimental.

—No.— su tono era totalmente seguro así que la poca esperanza que tenía se desvaneció por completo.

Tomó su móvil para enviar alertas de auxilio y que estás lograrán sacar a los superiores de la comisaría.

"Hay un grupo de hombres enmascarados y con rifles de asalto entrando a una badulake, ayuda por favor."

Escribió y al instante la notificación llegó a los teléfonos de los hombres.

—Se viene un código 3.

—Andando.

Heather ☣ volkacio ☣ AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora