ᴇɴᴅ

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ʟᴇᴇʀ ᴄᴏɴ "ᴛᴏᴏ ɢᴏᴏᴅ ᴀᴛ ɢᴏᴏᴅʙʏᴇs -sᴀᴍ sᴍɪᴛʜ"

ʟᴇᴇʀ ᴄᴏɴ "ᴛᴏᴏ ɢᴏᴏᴅ ᴀᴛ ɢᴏᴏᴅʙʏᴇs -sᴀᴍ sᴍɪᴛʜ"

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—Niños, al auto.— Viktor tomó la mochila dónde cargaba con todas cosas que necesitaba para cuidar y atender adecuadamente al pequeño Alexander.

Dos infantes rubios corrieron fuera de casa abriendo la puerta de atrás del auto último modelo que poseía su padre. El ruso los siguió cerrando la entrada de su hogar con llave intentando no despertar al bebé que dormía plácidamente en sus brazos. Después fue hasta su auto donde Edmon y Alisa jugaban con su tableta y reían sin parar.

—Shhhh.— colocó un dedo sobre sus labios mientras dejaba a Alex en la silla diseñada especialmente para nenes de no más de 2 años.

Subió al lado del piloto y arrancó el coche, conduciendo hasta la casa de Conway, ya que como cada domingo se juntaban a comer algo y platicar tranquilamente sobre la semana.

—Buenas tardes.— saludaron sus hijos en cuanto el Superintendente abrió la puerta y los dejó pasar.
 
—Hola niños.— revolvió el cabello de ambos para luego mirar como Volkov intentaba desabrochar el cinturón de la silla de bebés con una sola mano. Negó con la cabeza y se acercó a ayudar a su Comisario.

—Gracias.— el peligris suspiró dándole las mochilas de Alisa y Edmon junto con la pañalera de Alexander, logró sacar al bebé de 1 año y lo acomodó en sus brazos asegurándose que seguía dormido.

—Eres una mierda en esto de ser padre soltero, eh.— su superior soltó una pequeña carcajada antes de volver a entrar a su casa.

El ruso solo rodó los ojos y dejó a la criatura en uno de los sillones de cuero, asegurándose de rodearlo con un par de cojines para evitar que rodará.

Los años habían pasado y con ellos miles de cosas más. Como por ejemplo su matrimonio con Sloan el cual terminó un año atrás, en el cual ella dijo que no se sentía lista para atarse a una vida monótona y quería vivir los placeres de la vida antes de que el tiempo se acabara, así que lo dejó solo con sus tres hijos. El nacimiento de sus pequeños fue algo que sin duda alegró su vida de sobremanera, primero llegó Edmon, un precioso niño de ojos verdes y sonrisa cautivadora, que con los años se volvió muy travieso y siempre lograba que los oficiales en la comisaría cayeran en sus bromas; Alisa era totalmente diferente a su hermano, con los ojos azules más brillantes que haya visto y pequeñas pecas en todo el rostro, se volvió la pequeña princesa de papá, al igual que la consentida de Conway y Greco, que no dudaban en llenar de besos sus mejillas regordetas, era tan tranquila que por momentos la comparaban con una planta; después llegó Alexander, que era la viva imagen de Ivanov, lo cual le provocaba llorar en las noches mientras veía al pequeño dormir plácidamente, las imágenes del cadáver de su amigo entre sus brazos seguían frescas.

—Priviet.— entró al jardín trasero de la casa de Conway saludando a todos los que estaba ahí, sus pequeños de 8 y 7 años ya estaban en la alberca jugando con Michelle.

Heather ☣ volkacio ☣ AUWhere stories live. Discover now