ʜᴇᴀᴛʜᴇʀ

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ʟᴇᴇʀ ᴄᴏɴ "ʜᴇᴀᴛʜᴇʀ -ᴄᴏɴᴀɴ ɢʀᴇʏ"

Estaba completamente orgulloso de él por todo lo que había cocinado, la comida estaba sobre la isla de la cocina de Conway ya que había decidido cocinar ahí para no tener un accidente en el trasporte de la comida o algo parecido

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Estaba completamente orgulloso de él por todo lo que había cocinado, la comida estaba sobre la isla de la cocina de Conway ya que había decidido cocinar ahí para no tener un accidente en el trasporte de la comida o algo parecido.

—¿Lo cocinaste todo tú?— su jefe miraba todos los platillos sin poder creer que el de la cresta había hecho eso solo.

—Sip, con mis manitas.— mostró sus manos haciendo que Conway rodará los ojos.

—¿Vas a darte una ducha?— el pelinegro ataba su corbata y se miraba en uno de los espejos para comprobar que toda su ropa estaba perfecta.

—Sí, traje mi ropa.— señaló una mochila que descansaba sobre el sillón marrón.

—El baño es la tercera puerta a la derecha.— Conway abrochó los botones de las muñecas de su camisa.

—Gracias.— sonrió tomando su mochila roja y caminando hasta el lugar donde su jefe se había bañado antes.

Al abrir la puerta lo recibió el cuarto de baño más elegante que había visto en su vida. Se quitó toda su ropa dándose su tiempo para admirar su trabajado cuerpo, durante años había vivido avergonzado de sí mismo pero al final del día se dio cuenta de que eso no era lo mejor para su vida ya que viviría infeliz durante mucho tiempo y eso no era lo mejor, así que empezó a cambiar todo lo que le molestaba; le costó años de arduo trabajo pero ahora estaba feliz con todo en su vida.

Después de una ducha con agua caliente para relajarse, secó su cuerpo y se colocó su ropa que consistía en un elegante pantalón negro, una camisa blanca la cual arremangó hasta sus codos, y una corbata negra. Para ser sinceros todo le quedaba de puta madre y resaltaba su figura.

—Super, terminé.— salió del baño con la mochila en su mano, volvió hasta la sala donde Conway veía la televisión sentado en el sillón.

Tomó asiento al lado del otro mirando el aburrido documental sobre animales salvajes, estaría bien pero en una esquina de la gran pantalla ponía que era libre de violencia y carecía de sangre. Tomó su móvil para llamar a Gustabo y meter presión pero el sonido del timbre lo interrumpió, se levantó emocionado para abrir la puerta y recibir a su primer invitado.

—Muy buenas noches, Horacio.— Greco estaba ahí con un par de botellas de vino y la gran sonrisa que lo caracterizaba.

Una hora más tarde todos estaban ahí, esperando al ruso que había avisado que llegaría un poco tarde. Gustabo estaba algo ebrio e intentaba hacer que los demás tomaran pero solo Michelle seguía su juego ya que la confianza entre ambos había mejorado muchísimo desde que Gus trabajaba en el CNI. How Deep Is Your Love sonaba en las bocinas de la casa de Conway, los gustos musicales de Greco eran la hostia por lo que todos bailaban en la sala bajo la mirada del Superintendente que solo bebía whisky y reía de vez en cuando.

Heather ☣ volkacio ☣ AUWhere stories live. Discover now