sᴏʀᴇ ᴇʏᴇs

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ʟᴇᴇʀ ᴄᴏɴ "sʟᴏᴡ ᴅᴀɴᴄɪɴɢ ɪɴ ᴀ ʙᴜʀɴɪɴɢ ʀᴏᴏᴍ -ᴊᴏʜɴ ᴍᴀʏᴇʀ"

Horacio metió la tarjeta en aquella máquina que registraba su hora de entrada y salida, acomodó su gorro de lana amarillo y sorbió por la nariz, seguramente iba a coger un resfriado

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Horacio metió la tarjeta en aquella máquina que registraba su hora de entrada y salida, acomodó su gorro de lana amarillo y sorbió por la nariz, seguramente iba a coger un resfriado.

Entró a los vestuarios y se colocó su uniforme de siempre, aunque está vez llevaba una sudadera azul a juego con sus jeans rojos; se miró al espejo notando lo roja que estaba su nariz, mierda. Intentó no tomarle tanta importancia así que salió al parking donde se veía todas las noches con Conway para patrullar.

—Hola.— saludó alargando la "a", como siempre aunque su voz sonó un poco mal.

—¿Estás enfermo?

—No lo sé.— se encogió de hombros mientras el Superintendente ponía el dorso de su mano sobre su frente, comprobando que tenía fiebre.

—Vamos al hospital a que te receten algo.— el de la cresta asintió levemente mirando todo el trayecto por la ventana.

Una vez estuvieron frente al gran edificio ambos entraron pidiendo, o más bien, demandando que atendieran a Horacio, que ahora tenía los ojos llorosos y la nariz aún más roja.

Una linda y amable chica los dirigió a un consultorio donde el menor le platico sus síntomas y le recetaron algunos medicamentos junto con reposo de unos cuantos días; durante todo ese tiempo Conway solo permaneció recargado en la puerta cruzado de brazos esperando al chico.

—¿Que coño hace un patrulla aquí?— el pelinegro frunció el ceño volviendo a entrar al hospital, buscando al agente que debería estar patrullando. —¿Dónde está ese hijo de perra?— susurró entre dientes bastante enojado. —Oh.— volvió a susurrar después de algunos segundos, con los ojos sobre una mesa de la cafetería.

Por supuesto Horacio siguió su mirada encontrándose con Volkov y una chica pelirroja, ambos hablaban tranquilamente mientras bebían café y comían galletas.

—Super.— el hombre se giró a ver al otro.—¿Me deja darle algo a Volkov?— Conway asintió mientras salían de nueva cuenta.

El señor se subió al patrulla mientras Horacio tomaba una sudadera negra de los asientos de atrás, la sujetó con fuerza antes de volver al edificio; con algo de pena abrió las puertas de cristal de la cafetería, donde solo estaban aquella EMS y el Comisario.

—Volkov.— susurró llamando la atención de los dos.

—¿Sí, Dan?

—Su chaqueta, muchas gracias.— sonrió levemente de lado mientras daba media vuelta y salía del hospital.

Justo cuando pasó por fuera, donde se podía ver claramente las mesas del lugar de comida, notó que la pelirroja se colocaba la sudadera y le sonreía en grande al ruso que tenía el mentón sobre la palma de su mano, admirando a la chica.

—Anda, tómala que te toca otra en 8 horas.— el Superintendente le tendió un Powerade y una pastilla blanca en cuanto entró al patrulla, solo asintió y tomó su medicamento.

Heather ☣ volkacio ☣ AUWhere stories live. Discover now