𝙊𝙡𝙮𝙢𝙥𝙪𝙨 ❥ 𝙎𝙝𝙪𝙪𝙢𝙖𝙩𝙨𝙪 𝙉𝙤 𝙑𝙖𝙡𝙠𝙮𝙧𝙞𝙚.

𝒳𝒱𝐼𝐼

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Sangre
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La nueva Nihil se había presentado ante todos, su primera aparición luego de su cambio fue en el Valhalla, la gran mayoría de Dioses se sorprendieron, no por el vestido rojo, ni por la actitud tan egocéntrica, si no por su voto a favor para eliminar la humanidad, nadie se lo esperaba después de todo durante las conferencias anteriores ella siempre se mantuvo neutra con sus votos, pero ahora simplemente voto por la destrucción sin siquiera escuchar el discurso de Hércules a favor de la humanidad.

Zeus no entendía del todo lo que pasaba con Nihil, pero le gustaba, no, más que gustarle sentía fascinación por verla convirtiéndose en un ser destructivo, él anhelo este momento desde el primer día que la vio suprimiendo sus habilidades destructivas, en algún punto pensó que esto jamás pasaría pero justo ahora estaba pasando y precisamente frente a sus ojos.

La conferencia culminó con los humanos sobreviviendo una vez más, la ira de las Dioses no fue tanta como para destruir a sus creaciones, al finalizar la conferencia Hermes se había acercado a Nihil que caminaba tranquilamente por los pasillos, y también quien al inicio de la conferencia se tomó un momento para decir que su nuevo nombre sería "Hil", no hubo ninguna respuesta negativa todos lo aceptaron, aunque es obvio que lo harían ya que de lo contrario tendrían que vérselas con ella y más de uno quería evitar conflictos con la Diosa.

–Ni- —La Diosa detuvo su andar cuando escuchó la voz de Hermes a sus espaldas. –Hil-sama, disculpe que la moleste pero, quisiera hacerle algunas preguntas —Hermes se acercó a la Diosa y se arrodilló frente a ella en espera de una respuesta, su cuerpo estaba tenso mentiría si dijera que la presencia de ella no lo hacía sentir acorralado.

–Hmm, adelante Hermes pregunta lo que quieras —Una pequeña sonrisa se plasmó en sus labios mientras observaba al pelinegro arrodillado frente a ella.

–¿Que pasó con usted? —Hizo la pregunta sin moverse de la posición en la que estaba, la Nihil que tenía en frente no era la misma que llegó al Olimpo hace muchísimos años.

–Enserio? —Una mueca de desagrado se hizo presente en rostro de la fémina. –Esa pregunta es decepcionante viviendo de alguien tan inteligente como tú —La peliblanca se inclinó para acariciar el cabello de Hermes. –Mírame —El obedeció alzando la cabeza para mirarla. –Buen chico —Sonrió con malicia y esas palabras desconcertaron totalmente a Hermes. –Lo qué pasó conmigo no es ningún secreto, ni nada del otro mundo, sencillamente deje de reprimir ciertas cosas, no puedo fingir para siempre.

–¿Fingir? —Hermes ladeó la cabeza fingiendo confusión ante las palabras de Nihil.

–Exactamente mi querido Hermes, fingir —Se agacho a la altura del pelinegro, y lo tomo con fuerza por la mandíbula. –No todos podemos ser como  tú —El hermoso azul cielo en los ojos de la albina, se tornó de un rojo sangre muy intenso. –Ahora es tu turno de responder mis preguntas —Hermes a penas le había prestado atención a las palabras de la Diosa, su atención estaba por completo en los ojos de esta, jamás había visto algo así. –Recuerdas que hace mucho tú fuiste quien me dio información de Poseidon, pero también le diste información mía a él, eso es cierto?.

–Si —Por la situación en la que estaba, que al pelinegro le hubiera gustado mentir y decir que no, pero si mentía lo más probable es que Nihil se diera cuenta y todo terminaría peor.