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Al separarse, Hwasa respiró profundamente, su ansiedad por lo que se aproximaba había terminado. Pero, aún tenía al príncipe delante de ella, con un rostro ruborizado y confundido.

Hoseok puso la mano sobre su nuca, miró al suelo y aún rojo, habló. —ah- ¿eso fue? ...—

Hwasa lo miró con una ceja levantada, extrañamente pensó que lucía adorable y sonrió para ella misma. Pero no podía permitir que ésto se prolongara más. —tenemos que volver, la ceremonia pronto comenzará.— se giró mientras comenzaba a sonrojarse al igual que él.

Él la siguió a la salida sin decir más, al salir a donde la demás realeza se encontraba Hwasa se perdió entre los invitados y ya no tuvo oportunidad de hablar con ella, aunque lo deseaba.

Por fin, los puestos fueron tomados como correspondían. Taehyung estaba en el altar esperando la llegada de Eunha, miraba sus manos las cuales temblaban un poco y sus hombros se sentían tensos.
Ni siquiera quería mirar a los invitados, con temor de toparse a Jungkook y que su mirada delatara su gran amor cuando todos los demás ojos en el lugar se dirigían a él.

Incluyendo la mirada de Jungkook, sus ojos estaban clavados en el bello príncipe de traje blanco, el cuál se notaba claramente nervioso, con su cabello acomodado hace un par de segundos por Leeteuk, sus ojos inquietos y cómo relamía continuamente sus labios para humectarlos. Tan perdido en él que no se había percatado de la mirada de Jisoo.

Ella lo veía curiosa, jamás lo había visto mirar de tal forma, no lo entendía.

Eunha apareció interrumpiendo los pensamientos de todos, atrayendo la atención con su gran porte e innegable belleza, caminando del brazo del rey NamJoon.

Cuando Eunha llegó frente a Taehyung y sujetó sus manos, logró transmitir paz al príncipe, después de todo ellos eran amigos. Había confianza y seguridad en esa sonrisa que ella otorgó.

El padre no se hizo esperar, comenzó con la prédica y pasó a los votos, los cuales fueron dichos correctamente, sobra mencionar que ambos padres los escribieron para sus respectivos hijos. Al momento de terminar, tenía que besarla y por todos los cielos que no había pensado en eso.

Y cuando empezó a considerarlo el padre habló. —hijo, puedes besar a tu esposa.—

Taehyung tenía que reaccionar pero se quedó en blanco, se hizo para adelante y para atrás en un momento. Cada segundo era un poco más incómodo que el anterior pero Eunha sonrió y con calma se acercó a él, sostuvo su barbilla y girando un poco su rostro besó su mejilla.

Todos estaban tan confundidos como Taehyung mismo por la acción. ¿Eso se permitía? se lo cuestionó, pero sintiéndose aliviado sonrió y también besó la mejilla de ella.

NamJoon miró boquiabierto y molesto a Jin por lo que acababan de presenciar, pero el otro rey le devolvió la mirada relajada y levantó sutilmente los hombros, comenzando a aplaudir.

Todos los demás siguieron la secuencia de aplauzos que el rey Kim había comenzado, principalmente Jungkook con una gran sonrisa.

La celebración continuó, todo convirtiéndose en felicidad, vino, banquete y bailes.

Los novios estaban muy ocupados mientras recibían felicitaciones, abrazos y muchos regalos.

Ambos príncipes anhelaban estar juntos y poder charlar privadamente pero serían pacientes pues sabían que les restaba una vida para seguir juntos. Mientras tanto, Hwasa sostenía una copa en su mano mientras charlaba con una prima lejana que es duquesa de los Jeon, bastante agradable. Caminaban por la entrada del reino juntas.

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