Capítulo 1.

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La fresca mañana daba inicio en la capital de China desde ten planas horas se notaba el movimiento de sus habitantes por las calles y sus avenidas.

Shanghái era una ciudad que nunca paraba siempre sus calles se encontraban personas caminando, haciendo sus rutinas de día a dia, por sus calles transitaba un auto color azul dentro un joven de una deslumbrante sonrisa, se encontraba hablando por teléfono mientras detenía el vehículo cerca de un establecimiento de comida.

Xiao Zhan un dulce y encantador chico de apenas veintitrés años bajaba de aquel coche con aquella encantadora sonrisa, era querido por el personal del establecimiento era un amor de persona. Y una belleza para quien lo mirara.

Su delgada figura, su perfecto corte de cabello aquellas hebras  negras como la tinta, aquel rostro digno de ser la portada de una revista, esos labios delgados y de un color cereza y en su lado izquierdo debajo de sus labios  un adornaba un lunar, su carisma única tenia a todas las chicas suspirando por el. Para el pesar de ellas no podían poner sus manos en el sin que su hermana las matara Xiao Zhan era como la luna tan hermoso como inalcanzable.

Entre pequeñas charlas con el personal sale, con el pedido para sus hermanos que esperaban, aquel día era el mejor de su vida todos sus esfuerzos habían dado fruto, por fin su mayor sueño se había echo realidad. Reanuda su camino tras colocar el desayuno el al asinto vacío, la música inundaba el ambiente Xiao Zhan tarareaba la canción, mientras conducía tenía cuidado de evitar o provocar un accidente.

Todo iba con tranquilidad ese día maravilloso, hasta que un fuerte golpe hizo que gira en volante con tanta fuerza evitando chocar con los autos delante de él, su corazón parecía que saldría de su pecho, sus manos sudaban mientras se hacía a la orilla para ver el daño causado por el golpe de aquel conductor bruto.

— Diablos la luces delanteras completamente deshechas -con pesar se masajea el entre cejo_

Se suponía que ese día debaria haber sido perfecto no así, tenía que pagar el daño ocasionado por aquel estupido imprudente que habia ocasionado eso a su auto. Negaba tenía que avisar que llegaría tarde a la inauguración de su pastelería, iba a realizar la llamada cuando llega un lujoso auto estacionadose unos mentros de su auto, bajando de ahí un chico más joven que el se atrevía a pesar, se notaba que era típico niño adinerado y arrogante y claro que lo era por la mirada despectiva que había dado al ver a su auto.

—¿Como me piensas pagar el daño que le ocasionastes a mi auto? -lo observa despectivo de arriba a bajo- Dudo que tengas para pagarme_

Esas fueron las primeras  palabras que escucho salir de su boca, haciando que alzara una ceja y su molestia saliera afrontar por lo prepotente y arrogante de aquel chico frente a el que se negaba a sacarse lo lentes de sol.

— Claro -masculle entre dientes- espero que usted pague el daño y yo no, por que no fui yo el imprudente que se metió en el carril_

El joven molesta por aquellas palabras.

— Por lo que observo -lo barre la con la mirada- Ropa sencilla pero gastada, cara bonita solo la tienes, en tu imagen no hay nada que trasmita dinero -con arrogancia dibuja una sonrisa- Ya se como me pagaras todos los días en este lugar durante noventa y cinco días me traeras todo lo que te pida comprar_

— Pero que diablos dieces!!! -grita dando zancadas hacia el chico tomándolo de su chaqueta- ¿Quien te crees que eres? realmente piensas que voy hacer la estupides que dijiste.
-lo empuja con fuerza- Pudrete maldito arrogante _

Echo una furia se sube a su maltratado auto y se aleja lo más rápido posible antes de que el impulso de querer golpearlo le gane.  Xiao Zhan odiaba ese tipo de personas que se vieran a los demás como basuras y sin valor por no tener lo que ellos tenían.

95 Días Para Amarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora