RENDENCIÓN

5.- NAVIDAD...

Aclaraciones:

Esta historia transcurre después de la guerra con Voldemort, donde Harry venció, el gran cambio es que Dumbledore está vivo, y su actitud deja mucho que desear, el resto de los personajes que murieron, pues aquí también están muertos incluido los padres de Draco. Haaaa y existen los Veelas!!!! A mi estilo claro.

// Pensamientos //

+++++++++ Separación de Escenas ++++++++++

----------- Flash Back---------

# Conversación Telefónica #

5.- NAVIDAD...

"Lo único que recibirás de la gente es eso, "Lastima y desprecio", nada más" que palabras más fuertes y lacerantes... y también tan verdaderas, "Lastima" era lo único que tendría de Harry... nada más, era un maldito Gryffindor, bueno con todos, no solamente con él. Si hubiera sido cualquier lo hubiera ayudado igual, él no era especial y mucho menos importante para el moreno, se lo había dicho en su habitación. No lo quería, No era nada para él y siempre lo había sabido, desde que lo vio por primera vez en el callejón Diagon. Pero... y si siempre había tenido la respuesta ¿Por qué dolía tanto? ¿Por qué? Si siempre supo que no estaría con él.

Miro hacia la pequeña ventana cubierta de nieve, al parecer ya llevaba dos días encerrado, según sus cálculos esa noche sería navidad, tenía sus labios morados por el frío y sus pómulos colorados, se encontraba acurrucado apoyado en la pared, trataba de ni siquiera moverse, como creyendo así que el frío calaría menos en sus entumecidos huesos, si salía bien de esa de seguro tendría una pulmonía. Dumbledore lo visitaba cada mañana para atormentarlo, lanzándole palabras hirientes y despectivas, el rubio no sabía que tanto mal le había hecho al viejo profesor para que este tener tanto odio sobre él, por más que se pensara y se pensara no lograba dar con tonto rencor.

Se quedó dormido por un instante, sus ojos le pesaban, al parecer por el frío, era como que se adormecía a momentos, al final no era tan malo dormir, en sus sueños veía a su madre y juntos adornando el árbol de navidad. Ella siempre había sido amorosa, una mujer refinada y elegante, siempre impecable y glamorosa, y lo más importante, una buena madre y mujer. Juntos escogían cada año los colores con los que decoraban el árbol, Draco sonreía radiante y su madre también, su padre siempre serio los miraba desde el sillón, no era muy comunicador con ellos, pero era buena persona. Draco los amaba y por sobre todo a su madre, perderlos había sido un dolor muy grande, si no hubiera sido por sus amigos que lo acompañaron en cada momento, sin lugar a dudas se habría dejado consumir por la soledad. Volvió a despertar, ya era media noche, los sonidos de fuegos artificiales le hacían entender que era así, con lentitud levanto una mano y se imaginó a su madre sonriendo, lágrimas caían de sus grises ojos, estaba solo, así que podía llorar tranquilo.

-Feliz Navidad Mamá... Feliz Navidad Papá... Harry... Feliz Navidad...- Y se quedó con la última sonrisa que le había dado el pelinegro antes de irse el otro día y volvió a dormirse, pero los sueños bonitos con sus padres se habían esfumado y la cara del Profesor Dumbledore aparecía atormentándolo, lastimándolo, entrando en su mente como un ladrón, pisoteando sus recuerdos y esperanzas, porque el director era un ser poderos y en la legerimencia era un experto, si bien no había tocado a Draco físicamente en lo psicológico lo estaba rompiendo, quemando uno por uno recuerdos gratos y dejándole solamente tristeza y desolación.