CAPÍTULO 8

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- ¡Este es en definitiva! -afirmó Scarlett, modelando el décimo vestido que se probaba.

A decir verdad, era bastante parecido a los nueve anteriores. Negro, ajustado, sin detalles y escote en forma de corazón. Un vestido igual al que tenía repetido en su armario unas veinte veces. Pero para ella este, justamente "este" tenía ese "no sé qué" que lo hacía perfecto. Yo seguía intentando encontrar ese algo.

-Ahora que ya lo tienes, ¿Nos podemos ir? –pregunté, agobiada de estar sentada en medio de un sillón viejo lleno de vestidos por más de una hora.

-Ya casi, dame solo un momento.

Revisé la hora en el reloj desesperada por salir de ahí. Faltaba poco para el mediodía.

-Deberíamos ir por algo de comer antes de tu turno.

-Si recuerdas que perdí mi empleo ¿no?

-Claro, lo había olvidado –dije -¿Podemos ir por comida de todas formas?

-Por supuesto. Ya está -respondió sin dejar de mirarse en el espejo -Luciré perfecta en mi cumpleaños -se volteó y levantó el mentón pensativa - ¿Crees que debería probarme otro? Quizás debamos sacar otra ronda de eliminación, solo para estar cien por ciento seguras.

-Scaaaarrr -gimoteé completamente desesperada -Te quedarás sola a hacer esa ronda porque yo muero de hambre.

Me levanté automáticamente dejando caer el montón de vestidos que tenía en mi regazo.

-Holly espera, una ronda más. Lo prometo –dijo ladeando la cabeza y suplicando con la mirada.

-Es suficiente. Te llevas ese o yo me voy y te quedas sola.

Ella resopló con resignación y entró al probador a regañadientes. La esperé junto a la puerta e inmediatamente salió, la empujé hacia el mostrador. No soportaría ni un segundo más de distracciones.

Prácticamente corrí para llegar a tiempo al comedor. No estábamos muy lejos, pero con la cantidad de bolsas que llevaba Scarlett era una maratón en desventaja.

-No entiendo por qué comemos esto -se quejó ella. Odiaba la lasaña.

-Pudiste comprar cualquier otra cosa en el camino -respondí mientras masticaba mi deliciosa lasaña de tres quesos.

-Lo sé... pero debo ahorrar -dijo con pesar puyando su plato con el tenedor.

- ¿Lo dices en serio? –respondí señalando las cinco bolsas llenas de ropa que se había comprado. –Has gastado quizás lo último que quedaba de tu sueldo y aun así dices querer ahorrar.

-Pues desde ahora no gastaré –dijo muy segura, pero sabía que no aguantaría ni una semana - ¿No me preguntarás por qué?

Levanté la vista y cogí otro bocado.

-Asumo que por tu cumpleaños.

Ella sacudió la cabeza.

-Es mucho mejor –me aseguró con una sonrisa de oreja a oreja. –Vamos, adivina.

Levanté la mano y negué con el dedo índice.

-... comiendo... -mascullé.

-Me mudaré con Tom.

Si no hubiese tragado antes de que lo dijera, probablemente habrían tenido que salvarme de morir ahogada. Comencé a toser con fuerza hasta que las lágrimas comenzaron a rodar por mi mejilla. Scarlett se levantó asustada y comenzó a darme palmadas en la espalda mientras me sostenía los brazos sobre mi cabeza. Le di un largo trago a mi bebida y por fin sentí un poco de alivio.

Una vez másWhere stories live. Discover now