CAPÍTULO 14

63 4 0
                                    

Mi cabello estaba corto, mucho más corto de lo que pensé que quedaría. Al verme frente al espejo me sentía completamente desconocida con reflejos color bronce y rosa en las puntas. Scarlett se había logrado salir con la suya, pero no podía quejarme, lucían de maravilla y en pocos días me acostumbraría a mi nuevo look.

Wade y Milo estaban igual maravillados con nuestro cambio. Incluso Wade estaba al borde de romper esa fina línea que mantenía nuestro código de amistad en regla.

-Basta Wade –dijo Scarlett como por tercera vez –deja de babear por Holly.

Wade y yo intercambiamos miradas y le lancé una papa frita.

-De haber sabido que esta era la forma más fácil para hacer que te enamoraras de mí, lo habría hecho hace mucho –bromeé.

-Pues deberías buscar la forma de enamorarte de mí, ya que muchas chicas piensan que eres mi novia.

-Eso es cierto –afirmó Milo.

Resoplé y le di un golpecito a Milo con el brazo.

-Bueno, pero eso no te ha impedido tener centenar de citas.

-Hasta que de alguna forma te las ingenias para mandarlas al caño –respondió cruzando los brazos – ¿Te gustaría que te llamara en el medio de alguna cita o que apareciera en medio de... tú sabes?

-No te molestes, ya lo he hecho yo –respondió inmediatamente Milo, mientras le daba un enorme mordisco a su hamburguesa.

Scarlett dejó caer la papa frita que estaba a punto de morder y me miró con una gran señal de interrogante sobre su cabeza.

- ¿Qué acaba de decir? –preguntó ella.

Esta vez le propiné un fuerte golpe con el codo a Milo que lo hizo escupir su hamburguesa.

-No tiene importancia –dije, mientras Milo intentaba no vomitar el resto de comida –es una tontería.

- ¿Milo? –Preguntó Scarlett con una sonrisa –habla ahora mismo si no quieres que mi hermoso pie golpee tu debilucha pierna.

Milo nos observó a ambas sin saber a cuál de las dos hacer caso. Arrugó el envoltorio de su hamburguesa junto con los restos que había escupido y se levantó rápidamente.

-La encontré con Sebastian en mi habitación.

- ¡Milo! –chillé.

Él arrojó los restos al basurero y corrió hacia los baños.

-Patético –se burló Wade.

- ¿Cómo que los encontró en su habitación? ¿Cuándo ocurrió? –preguntó Scarlett con una sonrisa lasciva.

-Basta. –dije apartando mi comida. Había perdido el apetito -Fue hace mucho, ni siquiera lo recordaba.

Wade arqueó una ceja sin creer una tan sola palabra de eso.

-Claro. Ambos fingiremos que te hemos creído; –dijo, cogiendo mis papas –pero dejando de lado tu anécdota erótica, no puedes aparecerte en un momento así.

- ¡Fue una tan sola vez! y en mi defensa de verdad necesitaba que me prestaras ese cd.

-Podrías arruinarle su cita de ahora –dijo de pronto Scarlett.

Le sonreí con hipocresía y ella me sacó la lengua mostrando su bocado de comida masticada.

- ¿Una cita? –preguntó Wade, asombrado.

-Se pone mejor. Pregúntale con quien.

En ese momento Milo se sentó a mi lado y nos observó a todos a la espera de que continuáramos charlando.

Una vez másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora