PÚBLICO

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Taehyung estaba que se salía de su propia piel de los nervios.

Jimin no le hablaba desde la discusión de la mañana del sábado. Para él no había sido una discusión tan grave, así que todavía no entendía por qué Jimin estaba aún tan molesto.

Por otra parte, Chris había quedado boca abierta cuando recibió un corto mensaje de Alen diciéndole que se quedaría a pasar la noche con su mamá y Jimin. Alen estaba igual de enfadado con Chris, su amigo había supuesto que era porque Chris se había negado a entregarle las fotos a Jimin, y Alen había cerrado filas con su amigo.

Ni Jimin, ni Alen habían respondido el teléfono en toda la tarde y cuando por fin Chris logró hablar con Evelyn para saber de ellos, su suegra le había dicho que sus novios se habían pasado la tarde conversando y bebiendo y que cuando ella llegó los encontró a ambos muertos de la risa y en un estado lamentable.

Cuando Chris quiso ir a buscar a Alen, Evelyn le dijo que ni Alen ni Jimin querían verlos o hablar con ellos. Taehyung no pudo evitar sentirse muy culpable, la noche del sábado fue la primera vez que sus amigos habían dormido separados y enojados, desde que vivían juntos. Y todo por su culpa. El domingo por la mañana Chris lo había llamado para contarle que había recogido a Alen con una resaca monumental y aún muy molesto con él.

Y Chris se había desquitado con Taehyung, le había gritado enojado al teléfono por casi media hora.

—¡Esto es tu culpa! ¡Habla de una buena vez con Jimin o yo mismo lo haré! —fue lo último que dijo Chris antes de cortar la comunicación.

Ya era lunes por la mañana y estaba desesperado por hablar con Jimin. Caminó decidido hacia una de las construcciones donde había visto a Jimin, hasta que dio con él.

—Jimin... —cuando se giró a mirarlo, el rostro de Jimin lo miró muy enfadado—. ¿Puedes venir a mi oficina por favor?

—En seguida —dijo sacándose los guantes con brusquedad.

Taehyung suspiró tratando de calmarse, había traído uno de los retratos de Tomy que tenía en su oficina principal para enseñársela a Jimin, pero aún no sabía cómo haría para explicarle.

Cuando entraron a la pequeña oficina, Taehyung se sentó nervioso en la orilla del escritorio y esperó a que Jimin cerrara la puerta, lo que hizo con más brusquedad de la necesaria.

—¿Todavía estás molesto conmigo por lo de las fotografías?

—No —dijo Jimin sin mirarlo—. No estoy molesto, estoy furioso contigo.

—Jimin... —suspiró nervioso—. Hay algo... hay algo que no te he dicho.

—Más bien algo que nadie me dijo, ni Chris, ni Gabriel, ni tú, ni nadie —dijo molesto mirando a Taehyung—. Ya es tarde para decírmelo. Ya vi las fotos de Tomy que tienes en la bodega.

Taehyung sintió una piedra caer en su estómago. Lo sabía. Jimin lo sabía.

—No es lo que estás pensando —dijo en un susurro.

—¿No? ¿Y cómo diablos puedes saber lo que estoy pensando?

—Supongo que lo que todo el mundo piensa cuando me ve contigo.

—¿Que solo soy un sustituto pobre de tu novio muerto?—dijo Jimin enojado.

—¡No! —dijo Taehyung tajante—. Te equivocas, jamás te he visto como un sustituto o como un reemplazo o nada por el estilo.

—¡Pero eso es lo que estoy pensando! —dijo levantando la voz—. ¡Y lo que todo el mundo debe pensar cuando te ve conmigo!

—Te equivocas, Jimin. Lo que piensan es que es algo enfermizo que esté contigo, que no es normal y que debo estar mal de la cabeza.

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