ANILLO

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Jimin seguía escuchando las palabras de Taehyung en su cabeza una y otra vez: Nunca me enamoré de Jimin, siempre he amado y siempre amaré al mismo hombre, a Tomy.

Jimin respiró profundo para controlar las emociones que lo estaban embargando. Quería estar enojado, quería estar furioso, pero lo único que sentía era desolación y tristeza. Jimin no necesitaba escuchar las palabras de la boca de Taehyung, él ya lo sabía; siempre supo que Taehyung no lo amaba, su novio todavía amaba a Tomy, no había olvidado y nunca olvidaría a Tomy; y si estaba con alguien con el mismo rostro, seguiría aferrándose a su recuerdo.

Miró dentro de la habitación y no solo estaba Gabriel parado cerca de la ventana acompañando a Taehyung, también estaba Chris, y para su consternación, Alen.

¡Traidor! ¿No se suponía que Alen era su amigo? Ofendido, dio media vuelta y llegó al ascensor antes de que cualquiera de ellos lo alcanzara. ¿Qué diablos hacían esos cuatro idiotas reunidos y hablando de él?

—¡Jimin! —escuchó a Taehyung llamándolo, pero su voz se perdió cuando las puertas del ascensor se cerraron.

Llegó corriendo hasta su automóvil y comenzó a conducir sin rumbo fijo. Sentía las lágrimas caer de sus ojos mientras su teléfono vibraba sin parar en su bolsillo. Sabía perfectamente quien lo llamaba y no pensaba contestar.

Para su sorpresa se dio cuenta que estaba dirigiéndose a la casa de Sara; sin duda, en ese momento lo que más quería era abrazar a su hijo.

Apenas bajó del automóvil Taehyungie salió de la casa corriendo.

—¡Papá! —gritó, corriendo hacia sus brazos.

Jimin lo levantó y lo abrazó fuerte contra su pecho. Cuando abrió los ojos Sara estaba frente a él, debió notar que había estado llorando porque lo miró extrañada, pero no le dijo nada.

—¿Estás bien? Supe que estuviste en el hospital.

—Ya estoy bien —dijo con la garganta apretada—. ¿Puedo llevarlo a dar un paseo? Puedes venir con nosotros si quieres.

Sara pareció dudar, mientras veía a su hijo tirar de su mano hacia el automóvil.

—No, ve solo con él, no lo traigas muy tarde —le dijo sonriendo.

—Gracias.

Subió al automóvil con Taehyungie y la bella sonrisa de su hijo alivió un poco del dolor que sentía. Se dio cuenta que necesitaba estar con su hijo, necesitaba al Taehyung inocente, al Taehyung que jamás lo lastimaría... Al Taehyung que sí lo amaba.

Llevó a su hijo al parque y pasaron la siguiente hora jugando y paseando. En las últimas semanas, había podido ver a su hijo solo unas cuantas horas a la semana, según lo que había ordenado el tribunal de familia. Para él no era suficiente, estaba acostumbrado a tenerlo casi todo el fin de semana y algunas tardes de la semana incluso, aquel escaso tiempo era demasiado corto.

Cuando notó que su pequeño hijo tenía sueño, lo llevó de vuelta a la casa de Sara. Para su sorpresa ella había sido bastante amable los últimos días. Le entregó a Taehyungie a Sara y subió a su automóvil. Sara se quedó parada en la puerta con el niño en brazos.

En esos momentos su hijo agitó su pequeña mano y Jimin apoyó la suya en la ventanilla del automóvil y modulo un Te amo a su hijo.

De inmediato sintió como si una descarga de electricidad recorriera su espalda. Y aquella ahora conocida sensación volvió.

Recordó su mano apoyada en una ventanilla, pero no era un automóvil, era un bus. Y al otro lado del vidrio no estaba su hijo, estaba Taehyung, con una hermosa sonrisa modulando: Yo tampoco te amo.

DESTINADOSWhere stories live. Discover now