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Para JiMin, YoonGi es alguien amable sin una pizca de maldad, él único que le brindó una mano.
Para YoonGi, JiMin es un simple humano.
Pero... ¿Por qué un simplemente...
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Escucho voces a su alrededor, pero sus ojos se negaban a abrirse y ver que ocurría.
Intento mover su mano, pero parece que su cuerpo tampoco estaba de acuerdo en cooperar con su cerebro.
Se sintió frustrado.
El sonido de un cascabel le llamó la atención.
Esta vez, cuando abrió sus ojos, se vio inmerso en un pasaje onírico un poco extrañó.
Dando el primer paso, JiMin sintió el frío bajo sus pies, y pudo ver que estaba sobre agua. Sin embargo, no era demasiado fria.
Siguió caminando, escuchando cada vez más cerca el sonido de aquel cascabel, sus pasos de detuvieron cuando estuvo presente frente a una cabaña en medio de aquel montón de árboles.
La dulce voz de un joven cantando proviniendo desde lo profundo de aquella cabaña.
Cautelosamente JiMin subió los peldaños de madera y comenzó a caminar por el pasillo que daba al patio trasero.
El sonido de una mecedora y la voz se hizo más fuerte, al igual que el del pequeño cascabel.
— Duerme, sueña lindo, que papá pronto volverá, que la luna ilumine tú camino, y tu corazón siempre sea feliz, duerme niño duerme, que mañana un día nuevo será —era una canción de cuna.
Los ojos de JiMin se humedecieron, porque era la misma canción de cuna de sus recuerdos.
Su padre solía cantarsela siempre que tenía malos sueños, y su madre le acompañaba con los tarereos de fondo.
— Ya no tengas miedo, las cosas malas siempre pasarán, ríe todo el tiempo, papá contigo estará —arrullo lo que parecía ser un bebé.
JiMin no podía ver el rostro de aquella persona, pero por su fisionomía se veía muy joven, y tenía una voz suave. Sus cabellos rubios.
JiMin camino lentamente hasta estar más cerca, como supuso nada extraño pasó. La persona ahora frente a él no se inmutó, y siguió cantándole al bebé en sus brazos.
Entonces el sonido del cascabel resonó fuertemente y la cabeza que estaba viendo al bebé en sus brazos, alzó la cabeza para observar a su alrededor.
Los hermosos ojos ámbar con plateado le observaron, aunque parecía ver más allá de JiMin parado frente a él.
Una cálida sonrisa se hizo presente en el rostro jovial de aquel joven, haciendo que sus facciones fueran más infantiles. Su pequeña nariz de botón, sus mejillas rosadas, pestañas pequeñas pero hermosas y unos labios finos y rojizos cual granada.
— Llegas tarde —hablo el joven.
— Ummm, perdón, pasaron muchas cosas de camino a casa —respondio alguien a sus espaldas.
