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La escena es la misma de siempre, un ventanal enorme redondo con lo que parece ser el dibujo de una mariposa, iluminando una habitación completamente oscura, llena de mariposas y con una persona en el centro.

─¡No!.

Gritó nuestra figura y se dejó caer al suelo, era su primer día con estos poderes y había fallado, depósito toda su esperanza en este villano que terminó como siempre desde que este juego empezó.

Su nombre era Nathalie Sancoeur, ahora conocida como Hawk Moth, aveces mujer, aveces secretaria, aveces enfermera, aveces Mayura, aveces Madre.

Ella no deseo nunca esto, pero el pasar de los días y su gran admiración por un hombre que haría todo por su familia, hicieron cambiar su parecer.

Todo empezó aquel día en el que descubrió el secreto mejor guardado de su jefe, y se atrevió a decirle que lo ayudaría, en ese momento no pensaba, quedó obnubilada por la grandeza de su traje y la de sus poderes.

Desde entonces trabajo arduamente para que la fachada de Gabriel Agreste se mantenga y que absolutamente nadie sepa que el encarna al villano más temido de los últimos tiempos.

Poco a poco la admiración que guardaba dentro de ese diminuto y esbelto cuerpo se fue convirtiendo en algo más, al ser la única en conocer el secreto además de ser su cómplice se convirtió en su confidente, noches a noches consoló a un devastado Gabriel Agreste, y le dio ánimos en sus días más oscuros, fue su pilar y su único sostén.

Hasta que cruzó la línea, usar ese Miraculous era la única prohibición que Nathalie tenía, después podía hacer lo que ella quisiera y nadie la cuestionaria, era como la nueva señora de la casa, sin serlo oficialmente.

Lentamente el destino de la antigua dueña de la casa recayó sobre sus delicados hombros, y aquella terrible enfermedad la comenzó a consumir.

Sus últimas fuerzas fueron puestas en una batalla decisiva, como siempre los héroes vencieron, pero esta vez no del todo, Nathalie astuta como solo ella sola puede ser en medio de todo el descontrol causado por Hawk Moth, logro llevarse con ella una de las pertenencias más preciadas que tenía el guardián de los Miraculous, una copia del grimorio que Gabriel guardaba en su mansión, completamente decodificado.

Con esa información el millonario fue capaz de reparar el broche maldito y así obtener un enorme poder; pero para la asistente fue demasiado tarde, aquel prodigio no la mato, pero si la dejo extremadamente débil, postrada en una cama, atada a unas máquinas que controlaban todos sus signos y hasta incluso la ayudaban a respirar, el prometió que estaría bien, que según el grimorio todas sus heridas sanarían, pero era un largo y lento procesó, que ella cada día detestaba más.

Todo cambio una mañana, llevaba varios días sin usar el respirador, Gabriel irrumpió en la habitación que le había sido cedida para que el pueda vigilar y ella no viva sola en su diminuto y solitario apartamento.

─Hay una exposición en Nueva York, hay un colgante que aparece en el grimorio, es un Miraculous, iré tras el─ se sienta sobre la cama y la observa ─¿Puedo confiar en ti?, voy a necesitarte en caso de que ellos también acudan por ese Miraculous

─Sabes que puedes confiar siempre en mi─ replicó sin mirarlo, escondió su vista en la laptop que tenía sobre su regazo desde donde trabajaba, porque se negaba a dejar de hacerlo aunque estuviera en tan mal estado de salud

─Gracias, prometo traerte un recuerdo─ se levanta y abandona el lugar

El plan era perfecto, el iba ganando, ella demostró que a pesar de sus heridas aún podía ser la villana a la que muchos temían; pero el destino es cruel y por ahora no quería que los vientos de la victoria soplen para su lado, como siempre desde que empezó, fue vencido, pero esta derrota sería diferente para el.

Volvió a París hecho una furia, entro en su casa más molesto que nunca, camino por los pasillos indignado, si el diablo se lo cruzará ahora mismo hasta el tendría miedo; con firmeza abrió la puerta y allí se quedó estático, frente a sus ojos su leal asistente se acomodaba la parte superior del pijama, tenía un hombro descubierto y con su mano lo masajeaba, parecía que le dolía, el no lo resistió, cerro de un portazo la puerta y se encaminó a la cama, ella lo miro confundida y él, el ahogo sus penas y males en ella.

─Lo siento Nathalie.

Agarra la computadora y la lanza al suelo, luego se sienta sobre ella y la besa, la besa bruscamente, con su mano sostiene firmemente su mentón para que ella no se pueda apartar, aunque en su frenesí no se da cuenta de que no oponía resistencia.

Luego suelta su mentón y sin dejar de besarla con sus manos corre la bata y se la quita, ella tenía un sosten rosa pálido, que hacía ver a la mujer fuerte que se escondía debajo del traje, como una niña inocente; el en su papel de villano dejo de jugar con su boca y se fue a disfrutar de su cuello, mientras que con sus firmes manos apretaba los pechos de la mujer, ella estaba extasiada y el, sentía como días y días de frustración se iban de su cuerpo; ella inconscientemente deja escapar un jadeo y eso encendió más la perverción en el; se separó de ella y la mira desde ahi.

─No creí que pudieras llegar a hacer eso frente a tu jefe─ se quita el saco y desabotona el chaleco, queda en camisa, ella lo mira avergonzada ─Quitame la camisa si eres valiente─ ella se abalanza y descubre el tonificado cuerpo del diseñador ─Si querías esto podrías haberlo pedido hace mucho tiempo─ la besa

Luego la tira sobre la cama y le arranca la parte baja del pijama, la admira así, tenía un hermoso cuerpo que era escondido por la rectitud que aquel espantoso traje ejecutivo, guardo en sus pupilas la imagen y después prosiguió con su profanación, primero retiro el sostén, dejando al descubierto los redondeados senos de la adulta, y después se acercó a ellos, introduciendo uno de sus pezones en su boca, ella volvió a jadear, para el era como música para sus oídos; se quedó entretenido ahí, hasta que decidió empezar a besar su desnudó cuerpo, hizo todo un camino de besos hasta que llegó a su vientre, ahí paro y con fuerza le arrebató su ropa interior, ella sabía que estaba mal, pero no había forma de pararlo, estaba tan extasiada que su mente solo pensaba en continuar.

─¿Quieres que siga?─ preguntó en tono seductor y malicioso, ella solo asíntio

El diseñador se acercó a su sexo e introdujo sus dedos comenzando a jugar con el, ella se sintió en el cielo, realmente era una sensación que la llenaba de placer, luego se detuvo, se alejó, se quitó los pantalones y regreso a ella.

─Hoy vas a ser mía.

Anuncio e introdujo su miembro en ella, esa sensación fue más de lo que podía sentir, verdaderamente jamás se imaginó que el tuviera semejante virilidad, así estuvieron unidos por un largo rato, hasta que el expulso toda su impotencia, llenando el interior de la mujer.

─¿Señorita Nathalie está bien?

Una voz la saco de aquel recuerdo, ella estaba arrodillada sobre el suelo de la guarida, una lagrimas escurrían por sus mejillas, la realidad era completamente diferente a esa memoria que ella a pesar de la brusquedad con la que sucedió, la guardaba con mucho cariño.

─Estoy bien Nooroo─ contesto y se levantó

─La próxima vez ganaremos─ trato de animarla

─Espero que así sea─ se acerca a la salida, a un costado ve el grimorio, camina hacia el, lo agarra entre sus manos y lo lanza fuertemente

Luego de ese berrinche, sale de la guarida para regresar a la superficie y continuar aparentando vivir una vida que no le corresponde, después de aquel encuentro todo cambio y no fue para bien; mientras tanto el libro permaneció en el suelo, abierto, en un capítulo prohibido que nadie en mucho tiempo había alcanzado a mirar.

Miraculous: La búsqueda por las piedras cósmicas.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant