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Nathalie Sancoeur seguía criogenizada en el tuvo que permanecía en el castillo donde el escritor reinaba, el poderoso dios observaba con calma las facciones de la mujer, se veía tan tranquila y en paz que hasta se arrepentiá de querer terminar con su existencia.

─¿Que has hecho maldito.

Se escuchó decir a una voz, el hombre sonrió y se dio la vuelta.

─Destino─ musitó en tono socarrón ─¿O debería llamarte Obelion; como prefieres?

─Soy Obelion, destino es el nombre que me diste, no pienso usarlo, ya no soy una marioneta tuya─ gruñó ─¡Dime porque la tienes ahí encerrada!

─Junto mis piedras en una misma era y además estuvo arruinando la continuidad tiempo-espacio con sus viajes─ se medio gira y mira el tubo ─Merece un castigo

─Tu no eres quien controla eso, yo soy quien se encarga de juzgar lo que está bien y lo que está mal.

─Te cree para que hagas eso, pero ya no estás más bajo mi control, solo eres un tonto que finge ser yo. . .¿o te crees que no me enteré que acudiste al llamado de las piedras?

─Estoy unido a las piedras. . .

─Mentira, quisiste tener ventaja conmigo, como cuando te le presentaste a la viajera y le diste la estúpida idea de que viajando por el multiverso iba a encontrar una cura, pero nadie puede salvar a ese Gabriel, es solo un pedazo de basura─ suspira

─¡Tu tienes el poder!.

─Que no pienso usar para salvar a un simple mortal─ búfo

─Dejala ir, eres un dios, si tanto aborreses a los mortales ¿para que la mantienes aquí?.

─Es un cebo─ sonríe, tres bestias aparecen y atrapan a Obelion ─Nada pasa sin que yo lo quiera, está Nathalie será la carnada para atrapar a la viajera, y una vez ella esté aquí voy a ponerle fin a su viaje, el multiverso volvera a tener armonia y su destrucción servirá como recordatorio para todos, que desafiarme no es una opción─ toma su báculo y se acerca al otro dios ─Adios viejo amigo, suficiente te has entrometido, ahora volverás a temerme como al principio─ lo toca y este se vuelve de piedra

Tras esta conversación el escritor abandonó la habitación y se fue a sentar a su trono, quería esperar paciente que su nueva camada de dioses le traigan a los héroes fugitivos y con ellos a Catalyst, la viajera, quién estaba a punto de terminar su recorrido por todo el multiverso, de llegar al final, encontraría el portal que la conduciría hasta los dominios de Lord Rocket, y eso no era nada bueno.

Volviendo a París, Lady Scarlett tomaba el miraculous del conejo y se los enseñaba a nuestros recientes viajeros.

─Ire a buscar a su portadora─ comento ─No puedo dárselos a ustedes, necesitan todos los refuerzos que sean posibles

Chloe abandonó la habitación y se fue columpiandose entre los edificios, mientras tanto Nathalie y Adrien se quitaban sus trajes, el rubio lucia bastante más joven que el nuestro, su cabello estaba peinado de forma diferente, la parte baja de esta estaba rapada y la parte alta bastante crecida, la cual caía elegantemente por el costado derecho de su cabeza, Nathalie estaba igual a como la conocemos, la diferencia era que no usaba lentes y vestia ropas más casuales.

─Sientanse como en casa─ mencionó la azabache

De fondo los rubios estaban parados uno frente al otro observando sus diferencias, Marinette los veía algo risueña, de verdad podían ser algo tontos cuando querían.

─¿Puedo preguntar algo?─ dijo Gabriel, la mujer asintió ─¿Donde estoy aquí?

─Muerto─ respondió, para el hombre fue como un valdaso de agua fría ─Hubo un atentado en la mansión, tu y Emilie murieron

Miraculous: La búsqueda por las piedras cósmicas.Where stories live. Discover now