Regresé.

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- ¡Papá!.- Fan Xing tenía los ojos acuosos.- ¿Alguna noticia?

- Aún no hay nada.- Elai negó.

- Ya han pasado dos días papá.- Fan Xing limpió las lágrimas que estaban a punto de salir.

- No debes asustarte.- Elai acarició la nuca de su hijo.

- ¿Y así muchos te llaman uno de los más poderosos?. Saeed pateó una silla.- Ni siquiera puedes encontrar uno de los tuyos.

- Deben ser pacientes.- Elai observó a Saeed.- No podemos apresurarnos, Zhan debe estar bien.

- ¿Que maldita paciencia?.- Fai se levantó de su asiento.- Vamos Saeed, busquemos por nuestra cuenta a Zhan.

- Mi papá está haciendo todo lo posible por encontrarlo.- Fan Xing los observó.

- Aún así...ese esfuerzo ha sido inútil.- Fai tiro del brazo de Saeed.- Sentados aquí no ganaremos nada.

- Lo siento papá.- Fan Xing observó a su padre.- Sabes lo que Zhan significa para ellos también, es por eso que actúan de esa manera.

- Yo los entiendo.- Elai sonrió.- Se muy bien que representa Zhan en la vida de cada uno así que no tienes que excusarlos, si te soy sincero...- Elai suspiró.- Ustedes son las únicas personas a quienes permito sin problema alguno estar junto a Zhan debido a su vínculo, de haber sido otros...- Elai negó mientras sonreía.

- Lo sé muy bien papá.- Fan Xing sonrió.

- Bien...seguire buscando.- Tomó su abrigo.- Pero como ya les dije...debe estar calmados, algo que me dice que Zhan esta bien.

Una vez más Elai Canaveris abandonó el hogar de Xiao Zhan cargando en su rostro una expresión serena, mientras aquellos tres estaban vueltos un caos debido a la desaparición de Zhan el se encontraba tranquilo, su intuición le decía que detrás de la desaparición de Zhan sólo había un nombre, Wang Yibo.

Habían pasado dos días desde que Wang Yibo salto desde la azotea de Xiao Zhan con el en brazos y se perdió en la noche, nadie tuvo rastro alguno y mucho menos noticias, su familia lo busco por todos lados sin éxito alguno, todos se preocupaban.

En un lujoso apartamento moderno a las afueras de la ciudad se encontraban Xiao Zhan, encerrado en una habitación, reposaba en una gran y cómoda cama mientras dormía, la puerta de aquella habitación se abría, detrás de ella Wang Yibo quién se aproximaba con una bandeja en sus manos, con pasos lentos se acercó a la cama en donde se sentó y con un toque delicado acarició el pelo del dormido Zhan.

- ¿Hace cuanto no te alimentas?

- Lo hago cada tres días, se suponía que hoy debía de hacerlo.- Zhan hablaba con debilidad.

- Ven aquí...- Yibo sostuvo sus hombros y lo levantó atrayendolo hacia el y recostandolo de su pecho.- Debes alimentarte.- Mostró un contenedor donde había un líquido rojo.- Vamos...- Lo acercó a los labios de Zhan.

- Espera...- Zhan lo detuvo.- Yo...no consumo sangre humana...solo animal.

- Lo sé muy bien.- Yibo sonrió.- Yo también lo hago...- Llevo el contenedor a los labios de Zhan.- Tómala despacio.- Acercó sus labios a la frente de Zhan.- Lo lamento, no sabía que estabas a punto de colapsar, actúe de manera precipitada.

Una vez Zhan terminó de tomar aquella sangre se incorporó, su cuerpo empezaba a recobrar de a poco sus energías, Xiao Zhan llevaba un régimen con su alimentación, cada tres días debía tener su dosis de sangre animal, la sangre humana le desagradaba, pero lo que más le desagradaba era lastimar a inocentes por lo que adapto su cuerpo a ingerir sangre animal, una vez terminó de tomar aquel líquido dejó escapar un suspiro de alivio.

In My Veins (Finalizada) Where stories live. Discover now