-VэIитIсцатяо-

1.6K 142 55
                                    





Dos días más pasaron llegando el final de la semana.

Dylan aún no se atrevía a ir a ningún sitio solo y prefería quedarse en casa.

Sasha encantado de ello, no se negaba a que no saliera.

Es más, si por él mismo fuera, levantaría un muro de hormigón alrededor del joven para que nada ni nadie pudiera rozarle.

Lo suyo parecía obsesión.

Pero ni por asomo.

Sasha temía que algún cabrón de las otras bandas intentara quitarle a su castaño tras haberse enterado de la terrible "desaparición" del grupo de Mijhail y los suyos junto con Ivan.

Seguía medio recostado junto al joven, viéndole dormir.

No tenía gran cosa que hacer salvo lo de siempre al final de semana;

Recuento de ganancias.

Acariciando el cabello del castaño vio cómo poco a poco éste iba desperezandose hasta que abrió los ojos y le vio.

-Hola- saludó Dylan.

-Dobroye utro, malen'kiy- devolvió el saludo Sasha.

Dylan ya iba entendiendo un poquito más el ruso.

Al menos lo indispensable.

Y ya sabía que eso de "malen'kiy" significaba "pequeño".

Elevando los brazos, Dylan los enredó en torno al cuello del moreno y se lo atrajo hacia sí.

Sus bocas se fundieron en un largo beso de buenos días dónde dejaban implícito lo que el uno sentía por el otro.

Despacio, ambos se fueron retirando para quedarse mirando a los ojos.

-¿Por qué no me...lo dijiste?- preguntó Dylan.

Sasha jugó con las manos de ambos a entrecruzar los dedos.

-Eso no es algo que se vaya contando a la ligera- respondió.

El joven tragó saliva.

-¿También... también "trabajas" con...chicos que...-

-Dejé de hacerlo en cuanto te conocí a ti- contestó Sasha evitando que acabara la frase.

Dylan dio un suspiro de alivio.

-Decidí que porqué prostituirlos si podían hacer otras cosas y en mejor situación- explicó.

Dylan sonrió sin dejar de mirarle.

-O sea que...podría decirse que eres un mafioso bueno- repuso.

Sasha se rió.

-Es posible- asintió.

Moviéndose igual que un animal, se le situó encima, apartando la ropa de cama y dejando al descubierto el cuerpo del chico.

Haciéndole que abriera las piernas, se ubicó entre ellas, bajó su pelvis y dio un golpecito en la entrepierna desnuda del castaño.

-Oooh- jadeó Dylan.

A Sasha se le escapó una risita un poco más fuerte de lo normal.

-¿Es...es que eso no...descansa?- suspiró el castaño percibiendo con absoluta perfección el miembro del moreno luchando por adentrarse en él.

-Es difícil cuando te tengo desnudo y solo para mí- rezumó el hombre.

Meciéndose contra Dylan, buscaba hundirse hasta la empuñadura.

SASHA Where stories live. Discover now