DARK QUEEN ||Bucky Barnes||

Capítulo. 8

El Capitán América.

Steve después de someterse al suero y ser testigo del asesinato del Dr. Erskine, el Senador de Estados Unidos, Brandt. Hizo que Rogers viajara por todo el país y otros también, con un colorido traje y con el nombre de 'Capitán América' para promover los bonos de guerra y así ayudar a los soldados, en vez de permitir que los científicos lo estudien para intentar recrear la formula del difunto doctor.

El capitán se encontraba descansando después de un acto que realizó para los soldados aún activos de alguna unidad, a la vez que dibujaba un mono con su traje sobre un monociclo.

—Puedes hacer mucho más que eso.— Steve escuchó la voz de Peggy Carter, a lo que alzó la mirada de su dibujo.

—Durante mucho tiempo soñé con venir al extranjero y estar en el frente de batalla. Servir a mi país. Finalmente tengo todo lo que quería, y estoy usando unas mallas.— Habló el rubio.

—Tu destino era ser un súper soldado, no una promoción.— Respondió la castaña.

Rogers suelta un largo suspiro. —Iré a hablar con Phillips.— Se dirigió a hablar con el General, el cual firmaba unas cartas que al ojiazul le parecieron extrañas.

—Muy buenas Capitán. ¿A qué le debo el placer de su visita?— Dice el General concentrado en su labor.

—¿Qué son esas cartas, Señor?— Pregunta Steven curioso.

—Cartas de pésame, para las familias de la unidad 107.— revela Phillips.— Ninguno regreso.—

—Busque por favor al Sargento Barnes.— Steve se colocó al lado del General.

—Me suena el nombre.— Phillips ni se molesta en buscar.

—B-A-R-N-E-S, Señor.— Demanda Rogers, quería saber si su amigo estaba bien.

—Si, sé escribir.— El general revisa las cartas. —Lo siento, Rogers.—

—¿Y la Teniente Taylor? ¿Ella si regresó?— pregunta Steve con una pequeña gota de esperanza aún.

—No, ella tampoco.— le responde el hombre de avanzada edad.

Peggy coloca su mano en el hombro de Steve, dándole fuerzas.

—¡No! Hasta que no lo vea con mis propios ojos no lo creeré, llévenme a esa base.— Ordena.

—Tiene una función en 30 minutos, Capitán.—

—Oh, claro que si.— Sale Steve de la carpa seguido de Carter.

—¿Qué harás?— Dice la Agente tratando de seguirle el paso.

—Buscar a mis amigos.— Contestó.

—¿Te vas a la guerra?— Vuelve a preguntar Carter pero con preocupación.

—Dijiste que estaba destinado a hacer más. ¿Eso lo decías enserio?— El Capitán decide mirarla.

—Si.— Responde ella.

—Entonces apóyame.— dice tomando un casco y una chaqueta el muchacho.

—Haré más que eso.— Le contestó ella.

Carter contacto a Howard Stark para que ayudará a llevar al Capitán a las líneas enemigas con uno de sus aviones. Peggy le daba algunas instrucciones a Steve antes de que empezaran a bombardear la nave.

—¡Cuando salte, den la vuelta y márchense!— ordena Steve.

—No, no me darás ordenes.— responde Carter

—Claro que lo haré. ¡Soy Capitán!— Steve saltó con su paracaídas, cayendo al suelo sano y salvo.

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Steve llegó a la base y luego al lugar donde fabricaban las armas, sin saber lo que hacían toma una y sigue caminando con sigilo. Encuentra a un guardia distraído y después de noquearlo, le arrebató las llaves que abren las celdas de los soldados aún vivos.

—¿Quién eres tú?— Pregunta Timothy Dugan, uno de los soldados.

—Soy el Capitán América.— Responde el hombre que antes usaba mallas. Buscando con la mirada algún rastro de sus amigos.

—Oye, ¿sabes lo que haces?— Pregunta el soldado llamado James Montgomery.

—Si, golpeé a Adolfo Hitler cientos de veces.— Asiente el capitán y corre a buscar a sus amigos.

Red Skull ve en la pantalla a Steve e inicia la autodestrucción de toda la base, al verlo entendió que no podía luchar contra él. El doctor Zola corrió a su oficina para recoger todas sus pertenecías, en donde se encuentra al Capitán, el cual decide seguirlo pero escucha el susurro de una persona.

—James Barnes, Sargento de la 107.— Repetía Bucky una y otra vez.

—¡Bucky!— Rogers entra en la habitación para desatar a su amigo.

—Steve.— Dice en un susurro y sonriendo.

—¡Hey! Las damas primero.— Reclama Jordan desde su camilla

—Los creí muertos.— Grant desata a sus amigos y los abraza.

—Y yo te creí más bajo.— Bucky ve de arriba a bajo a su amigo.

—¡Vámonos!— Conduce a la salida a sus amigos a la salida.

—¡Oye, Steve! Tienes lindo trasero.— La castaña dice solamente para fastidiar.

—Ya cállate y corre.— Dice Steve buscando una salida del lugar.

Los tres corrieron hacía una posible salida y se encontraron con Johann Schmidt y el Dr. Zola.

—Capitán, al fin nos encontramos.— Dijo Schmidt.

Steve se acerca a Johann, cuando el segundo va a golpearlo, Steve coloca el escudo de por medio, escudo que Schmidt marca con su puño. Rogers le regresó el golpe a Johann, el que retrocedió dejando ver algo bajo su ojo. Zola separa el punte que permitiría a los demás cruzar e irse antes de la explosión.

Schmidt se retira la piel de su cara, mostrando su cráneo rojo, de allí su apodo.

—¿Tú no estás así, verdad?— Le preguntó James a Steve.

—No se engañe, Capitán. Estás fingiendo ser un simple soldado pero en realidad solo temes admitir que dejamos atrás nuestra humanidad.— Va caminando a la puerta. —A diferencia de ti, lo admito con mucho orgullo.— Se va junto a Zola, dejando a los otros tres sin salida.

—¿Ahora qué hacemos? No me quiero morir, soy muy hermosa para eso y aún no me pongo ese lindo vestido que me compré.— Chilla Jordan.

—Bien, vengan por aquí.— Steve los conduce hacia una baranda aún resistente. —Pasaremos uno a la vez. ¿Quién va primero?—

—La damas, por supuesto.— Dice Bucky mirando al vacío asustado.

—Miedoso.— Jordan se sube a la baranda y camina sin ningún titubeo, como si tuviera mil vidas.

—Creo que no las cambiaron.— Dice Steve. —Ahora tú, Buck.—

James cruza caminando sobre la baranda, cuando casi llega al final, la misma se derrumba pero rápidamente Jordan lo toma de los brazos evitando su caída.

Jordan sonríe coqueta al verlo. —Hola, galán.— Saludó y ayudó a Bucky a subir.

—¡Váyanse sin mi y guíen a los otros!— Gritó el Capitán viéndose acorralado.

—¡No te dejaremos!— Gritan Jordan y Bucky a la vez.

Steve suspira y dobla una barandilla. Luego procede a saltar para alcanzar el otro lado, justo cuando todo explotó...