cuatro.

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– ¡Zeus, Zeus, Zeus traeme las llaves! – le grite al perro molesto. Realmente no sabia si este perro de hacia el tonto o tuvo alguna vez un trauma con el perro de mi abuela con traer las cosas. – Zeus voy atrasado. – le suplique y el dio vuelta su cabeza y se levanto, las llaves aparecieron de bajo de su trasero y me reír un poco ante la situación.

Saque la chequera y las llaves, esta vez iría en la moto ya que las calles ya no estaban tan heladas como los días anteriores y el aire estaba fresco y limpio.

Cerré el departamento y baje las escaleras hasta llegar al estacionamiento, apreté los cambio y llegue a la puerta.

– Buenas noches y conduzca con cuidado Sr.Turner – me dijo el nochero Wen un viejito de 78 años muy agradable. Asentí con la cabeza y me despedí.

Los semáforos estaban contra mi al parecer, todos marcaban la luz roja y me estaba desesperando un poco, mire el reloj de mi mano y marcaban ya las 11.45 suspire levemente.

Aparque afuera del bar y Shaing me saludo con un movimiento de cabeza.

– Su chica lo esta esperando señor – soltó él y entre corriendo a buscarla. Hasta que la encontre, Violet estaba sentada en una mesa para dos mirando las rosas que estaban en la mesa, y les sonreía, me pareció tierno el gesto y sonreí también para mi mismo las rosas moradas que le había dejado le habían gustado como me había dicho Parker. Llegue a su lado y ella sobresaltada pego un pequeño grito mirándome molesta.

– Llegas exactamente 15 minutos tardes, Alex – rodeó los ojos y se levantó del asiento tomando su bolso.

– ¿Donde vas? – le pregunte confundido.

– Me voy Alex, llegaste atrasado – me dijo y tomo las rosas aventándolas hacia mi – esto no es una cita.

– Violet – la acorrale y sostuve sus manos – ya he llegado y tuve un problema con mi perro y las llaves. – ella giro la cara hacia mi – Y si te gustaron las rosas, me he quedado parado observándote como las mirabas … y le sonreías. – Sus mejillas se tiñeron de rojo y escondió su mirada en mi pecho.

– ¿Tu perro y las llaves, ah? – evito el tema y sonreí ante su ternura escondida, asentí con la cabeza y se sentó nuevamente en la mesa tomando las rosas y acariciandolas.

– Sí, Zeus se ha sentado encima de ellas y no me dejaba salir de la casa hasta que lo reproche más fuerte y recién ahí saco su trasero de ellas. – Violet tapó su boca con la mano para reír y yo solo la mire – No te tapes la boca Violet, tienes una sonrisa hermosa.

– Es mala costumbre – me dijo calmándose un poco y subiendo los hombros, ambos nos sentamos – tuve que usar frenillos cuando pequeña y todos se burlaban de mi por los frenos, en un colegio de alta sociedad todos tiene sus dientes perfectos.

Asentí levemente – Pero ellos no tiene la misma personalidad perfecta que tu tienes – le dije y ella me golpeó bajo la mesa con el pie.

– No me gustan los piropos – me dijo incomoda.

– Tendrás que acostumbrarte – solté y ella se removió sorprendida y por segunda vez en la noche la he visto sonrojarse – ¿Café con cupcakes? – pregunte cambiando el tema.

– Sería lo ideal – me dijo y llamamos al garzón quien vino corriendo a nosotros y tomo los pedidos.

Carly esta noche tomo el micrófono y el bar estaba reflejado en eso, parejas por todos lados y solo las luces de las velas iluminaban, las bailarinas ahora no se mecían en los caños si no que llevaban vestidos largos y delicados y bailaban al compás de la voz de Carly, giraban y daban vueltas mientras yo miraba conmocionado a Violet quien las veía encantada, ella sostenía su cámara en la mano con ganas de tomar una fotografía pero se lo resistió un poco más.

Cigarros y Café.Where stories live. Discover now